Khaman Maluach nació en el 2006 en Rumbek, estado de Lagos, en Sudán del Sur. Es una de las caras emergentes de la NBA con los Phoenix Suns. Sin embargo, su camino hacia lo más alto estuvo marcado por la adversidad, el sacrificio y una fuerza de voluntad admirables.
Cuando estalló la guerra civil en Sudán del Sur en 2013, la infancia de Maluach dio un giro abrupto: se trasladó junto a su madre y hermanos al campamento de refugiados de Kawempe, en Uganda.
Allí Khaman creció practicando fútbol, el deporte más accesible. Fue recién a sus 13 años cuando el destino lo sorprendió: un motociclista de boda-boda (un tipo de taxi), lo animó a jugar al básquet. Ese encuentro fortuito cambió su vida para siempre.
Un entrenador llamado Akech Wuoi Garang advirtió del potencial físico del joven y le dio la oportunidad de entrenar y continuar sus estudios. Fue gracias a una beca que Maluach pudo iniciarse formalmente en el deporte con disciplina y visión.
Con 14 años ingresó a la academia africana de la NBA en Senegal, tras ser recomendado por el exjugador Luol Deng. Allí tuvo acceso a entrenamientos de alto nivel, educación y competiciones internacionales.
La explosión internacional y posterior llegada a la NBA, la élite total del básquet
En 2023 debutó con Sudán del Sur en el Mundial de Básquet con 16 años recién cumplidos y fue parte del primer equipo africano clasificado a los Juegos Olímpicos París 2024. En la capital francesa fue el jugador más joven y deslumbro contra gigantes como LeBron James.
En el Draft de la NBA de este año fue traspasado a los Phoenix Suns, convirtiéndose en el jugador de la academia africana de la NBA mejor elegido en la historia. Su aparición en la ceremonia, con lágrimas y la bandera de Sudán del Sur y Uganda cosida en su traje, lo consolidó como un símbolo de esperanza.