Un mendocino reveló el genoma de la zanahoria

Pablo Cavagnaro formó parte de un equipo internacional que es noticia en la prestigiosa revista Nature. El investigador del INTA La Consulta fue el único argentino de un grupo que logró explicar por qué esta hortaliza es naranja.

Es probable que antes de cursar sus estudios en la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNCuyo, Pablo Cavagnaro no imaginara cómo su vida estaría signada entre laboratorios, clases y huertas. Hoy este mendocino dedica su vida a la investigación y un trabajo del que formó parte se acaba de publicar en una de las revistas científicas más prestigiosas del mundo: Nature.

El estudio en cuestión logró secuenciar el genoma completo de la zanahoria, lo que permite comprender el origen, el color y el valor nutricional de una de las hortalizas más consumidas en el mundo. El proyecto fue liderado por la Universidad de Wisconsin, EEUU, e implicó tres años de trabajo con 21 investigadores de 7 países: EEUU, China, Turquía, España, Italia, Polonia y Argentina.

Cavagnaro, quien llevó la bandera de nuestro país en esta investigación, es ingeniero agrónomo con un doctorado en biología, durante el cual hizo estadías en EEUU y así conoció al laboratorio de la Universidad de Wisconsin. Allí hizo parte de su tesis de doctorado, que la codirigió Philipp Simon. Este experto apostaría por su formación y años después invitaría al mendocino al equipo que logró secuenciar la zanahoria.

En diálogo con Los Andes, Pablo explicó que uno de los hallazgos fue el gen responsable de la acumulación de beta-caroteno, un precursor de la vitamina A, en la raíz de la zanahoria. “Este gen es uno de los dos genes responsables de la conversión del color blanco (tipo salvaje ancestral) a naranja”.

Con la información de toda la secuencia del ADN, los científicos buscan entender cómo se produjo la domesticación de esta hortaliza, descubierta en Asia central hace alrededor de 1.100 años y cuyo color era amarillo o violeta. “Saber cuál es el fragmento del ADN responsable de ese color naranja característico nos va a permitir obtener cultivares con mayor contenido de vitamina A, por ejemplo”, señaló el investigador del INTA La Consulta.

Cavagnaro fue uno de los responsables de la construcción del mapa genético que sirvió para el ensamblado de las secuencias de ADN y para poder establecer su orden y orientación. Todo lo hizo desde Mendoza, conectándose por internet con el resto de los investigadores del equipo. “Particularmente interesantes eran las reuniones periódicas que había en el grupo de trabajo, cuando se discutían los avances del proyecto y la información que iba surgiendo de los análisis de la secuencia”, recordó.

Pablo es investigador adjunto del Conicet y trabaja en dos lugares: la facultad de Ciencias Agrarias de la UNCuyo y la Estación Experimental Agropecuaria Mendoza del INTA. Él destaca que gracias a la vinculación de ambas instituciones han podido generar muchos avances, ya que una tiene estudiantes con conocimiento y la otra aporta herramientas para aplicarlo.

“Es importante la vinculación entre científicos. Los proyectos más complejos de la ciencia ahora van así. En este proyecto se armó una dinámica muy interesante; otros destacaban cosas que vos quizás no veías. Fue muy enriquecedor participar de un proyecto tan complejo en el que intervenían instituciones diversas e investigadores con perfiles y experiencias distintas”, reflexionó. (Más información en suplemento Economía)

Hacer más eficiente el mejoramiento de hortalizas

El equipo de investigadores secuenció el ADN completo de una única zanahoria e identificó en la secuencia más de 32 mil genes. Una vez que se terminó esa secuencia, hizo lo mismo con otras 35 variedades (hay cerca de 50 variedades y subespecies distintas).

Dentro de la investigación se menciona mucho al beta-caroteno, un potente antioxidante que le da un color anaranjado. El beta-caroteno además es precursor de la vitamina A, fundamental para el sistema inmune, la piel y la vista. En los resultados, se destaca un gen que llamaron DCAR_032551, que interviene en la acumulación de beta-carotenos en la raíz de la zanahoria.

Según destacó el investigador mendocino, esta información va a permitir hacer más eficientes los planes de mejoramiento de esta hortaliza y de otras especies emparentadas a la zanahoria como el apio, el perejil, el cilantro y el comino.

Cavagnaro subrayó que la secuencia y las informaciones obtenidas son de acceso gratuito y público, así como consideró que ayudará a la labor científica local: “En el país, el programa de mejoramiento de zanahoria se lleva a cabo en el INTA La Consulta, en Mendoza. La secuencia del genoma nos va a permitir desarrollar variedades mejoradas más rápida y eficazmente”.

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