La arboleda Fundación

Qué hacer con los vestigios de la antigua infraestructura.

Proseguimos investigaciones arqueológicas e históricas en el Distrito La Arboleda del Departamento Tupungato, Mendoza.

Lo hacemos desarrollando proyectos científicos avalados por el CONICET y la SECTyP de la UNCuyo, con nuestro equipo de trabajos, contando en esta oportunidad con la participación de los Lics. Juan Pablo Aguilar y Vanina Victoria Terraza.

Esta parte de los estudios en el Valle de Uco corresponde al sector que consideramos propio del asiento jesuítico, casco de la Estancia de Jesús, María y José de Uco de esa orden religiosa, iniciado a comienzos del siglo XVII y que fuera asimismo lugar de instalaciones indígenas preexistentes y que continuara siendo, con posterioridad a la expulsión de la Orden, en la segunda mitad del siglo XVIII, lugar de explotación pecuaria y agrícola, asiento de población, núcleo fundacional del Departamento de Tupungato, creado finalmente como tal en 1858.

Hoy, como un Distrito del mismo, La Arboleda ofrece su pujanza agrícola e industrial, que suma al habitar de las fincas, el de barrios cuyos predios avanzan sobre aquellas, como ocurrió precisamente con loteos y construcción de viviendas y lugares de recreación con respecto a la antigua locación jesuítica.

Hace unos años, cuando pudimos acceder a excavaciones en este antiguo predio, lo hicimos con autorización del señor Tavano que, si bien había loteado el sitio de su propiedad, nos permitió trabajar en lo que serían las calles del lugar. Así lo hicimos y contamos igualmente con la colaboración de la familia Choque, primera que construyó su vivienda en el lugar.

Nuestra labor permitió reconocimientos del subsuelo que prueban con evidencia material que el lugar fue ocupado en época de la presencia jesuítica en la zona y con posterioridad a la expulsión de la Orden. De igual modo, probamos que lo fue desde mucho antes, por parte de los indígenas regionales.

Avances éstos que dimos a conocer en publicaciones y reuniones científicas de las especialidades Arqueología e Historia, asimismo en una jornada de un Instituto Superior de la propia Ciudad de Tupungato y, por nuestra autoría o de corresponsales, en diario Los Andes.

Las familias Jaime, Bejarano, Luffi, Acuña y Acauchi, entre otras propietarias de terrenos del sitio, colaboraron también con nosotros de distinta manera, destacando la señora Cecilia Jaime que nos brindó la totalidad de su lote para nuestra labor.

Por otra parte, el actual Intendente de la Municipalidad de Tupungato tuvo la deferencia de recibirnos, escuchar sobre los avances de estudios y la problemática que la protección patrimonial del lugar podría implicar, como asimismo, según convinimos, recibió un borrador nuestro de propuesta para la prevención de impacto y posible conservación de bienes culturales, en formato de Ordenanza y evitando perjuicios para los vecinos.

De nuestras investigaciones surgieron, por ejemplo, datos cronológicos, avalados por tipología y por la superposición secuencial de fragmentos de objetos -cerámica, entre otros-, evidenciando que el predio fue ocupado en época prehistórica al menos a partir del siglo IV de la Era , lo que fue a la vez convalidado con dataciones absolutas, como las de Carbono 14 y Termoluminiscencia, que asimismo jalonan la sucesión temporal y ofrecen paralelismo con los datos históricos de ocupación del lugar

Fue incluso notable reconocer el arranque de una escala del lugar, antiguo y largo muro de doble hilera de piedras, que preservamos en el sitio y en su momento ilustramos en uno de nuestros artículos publicado en diario Los Andes.

Más recientemente localizamos antiguos solados de cantos rodados y otros arranques de muro de época, en este caso conformando la base de estructuras pretéritas sobre cimientos muy anchos de grandes piedras y mortero de barro, todo lo cual igualmente protegimos en su posición.

En esta parte de La Arboleda, hoy loteo y barrio de viviendas ya instaladas o en avance de construcción, con lotes aún sin proyectos en desarrollo, lugar que en nuestros trabajos denominamos La Arboleda Fundación, hay un subsuelo rico en evidencia material de otros tiempos y de la época de instalación jesuítica en particular.

Mientras contemos con las autorizaciones de vecinos y de la autoridad de patrimonio provincial, al igual que la institucional para nuestros proyectos de investigación, continuaremos nuestras investigaciones, protegiendo y conservando lo que esté a nuestro alcance hacer.

A la vez, quizás debería revalorizarse un planteo y ponerlo a consideración más general: qué hacer con la evidencia de infraestructura en el subsuelo muy próximo a la superficie, que paulatinamente es incidido por el avance de las construcciones y usos actuales.

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