El fuego sagrado continúa intacto

Arrancó la tan temida “transición” en la Selección Nacional. Sin embargo, en su primer campeonato, los jóvenes demostraron que tienen talento y jerarquía para seguir arriba.

El seleccionado argentino de básquetbol, que conduce técnicamente Sergio Hernández, se encuentra en plena etapa de transición luego del alejamiento del equipo de muchas de sus principales figuras como Emanuel Ginóbli, Andrés Nocioni y Carlos Delfino, entre otros, y aunque no pudo coronar una buena semana con el título de la Copa América, tuvo varios puntos positivos en sus actuaciones.

El combinado nacional logró ponerse arriba por 20 puntos cuando promediaba el tercer cuarto del encuentro decisivo en el Orfeo de Córdoba, pero no pudo sostener la embestida de Estados Unidos, que ganó 81 a 76 al sobreponerse con hidalguía en un cierre caliente en el que los pibes argentinos estuvieron inseguros en los momentos claves.

Sin embargo, el balance es positivo porque algunos de los jóvenes que ya tienen un par de años con el seleccionado ratificaron su poderío, además aparecieron como un muy buen recambio otros jugadores que están haciendo sus primeras apariciones, con el pivote cordobés Javier Saiz como el más destacado entre los nuevos.

El juego interno del elenco argentino era un aspecto a observar en esta fase final disputada en Córdoba, porque el equipo no contaría con su máximo referente, Luis Scola, con una lesión muscular, y estaba en duda la presencia de Gabriel Deck, quien se recuperaba de un esguince de tobillo, por lo que la “Oveja” Hernández confió en Saiz, de 23 años, para arrancar la semifinal ante México.

“Hace dos semanas había gente que no sabía ni siquiera que existía... ¿Saiz? ¿Quién es?, se decían. Por eso, él tiene que estar súper feliz. Hizo más que lo que está obligado a hacer, que es jugar cada día con el corazón”, había remarcado Hernández sobre el jugador de Regatas de Corrientes, luego del juego ante los aztecas el sábado.

Estas apariciones, como la confirmación del buen nivel de Nicolás Brussino o Patricio Garino, por ejemplo, sumadas a los ya más experimentados bases Facundo Campazzo (26) y Nicolás Laprovíttola (27), que igualmente son jóvenes, más el todavía vigente Scola (37), las expectativas de llegar bien armados para el Mundial de China 2019 y los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, son grandes.

Además, en estos torneos locales Argentina podrá seguir demostrando para qué está. “Con 23 años de edad de promedio estuvimos en otra final continental. Decidimos hacer un plantel joven. Y estamos muy muy contentos”, remarcó el DT Hernández.

“Hubo un deseo constante de mejorar, de encontrar una identidad que nos quedara a medida. Eso, para mí, fue lo más importante que se logró en el ciclo. Se vio en la cancha que Argentina tuvo siempre una misma idea”, consideró Hernández, que sin embargo se lamentó por la derrota en la final.

Argentina había comenzado el certamen el fin de semana anterior con tres triunfos en Bahía Blanca, al imponerse a Venezuela 67 a 62, a Canadá 92 a 86 y a Islas Vírgenes 104 a 58.

Así al ganar el Grupo B, cruzó en la semifinal el sábado último a México, al que venció en el Orfeo por 84 a 67, antes de perder ante los estadounidenses 81 a 76.

Pasó la “Generación Dorada” para el básquetbol argentino, ahora la apuesta a los jóvenes es fuerte y, de acuerdo a lo mostrado en esta AmeriCup de la FIBA, el equipo de Hernández se ilusiona con seguir entre los mejores.

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