Hierro Indio parecía tambalear y terminó cayendo. La presión de los alvearenses y organizaciones ambientalistas fueron más fuertes que el tibio intento de Francisco Pérez y el Gobierno por introducir sin resistencias la minería en nuestra provincia.
Ayer, la Cámara de Diputados enterró en el archivo legislativo el proyecto de Hierro Indio con los 28 votos en contra que cosecharon todos los partidos del arco opositor, más tres legisladores oficialistas oriundos de los departamentos más duros contra la minería; el Frente para la Victoria consiguió apenas 16 votos y hubo además una abstención.
Hace poco más de dos meses, el Ejecutivo remitió dos proyectos mineros a la Legislatura, Hierro Indio y Cerro Amarillo; ambos para habilitar la exploración con el objetivo de cuantificar mineral (en uno hierro, en el otro cobre) y saber si son viables económicamente para la explotación posterior.
Ambos eran tomados como tester para ver si se podía revivir el proyecto minero más emblemático de Mendoza, San Jorge, ése que el mismo gobernador Pérez hizo enterrar en la campaña electoral que lo llevó a la Gobernación.
Pero la avanzada minera naufragó ante la tormenta ciega proveniente desde el Sur mendocino y la impericia a la hora de encarar las Declaraciones de Impacto Ambiental (DIA) y de tomar el pulso al momento político y social.
La DIA de Cerro Amarillo terminó fuera de carrera por falta de información técnica que debía ser incluida obligatoriamente por la Ley de Glaciares, mientras que la DIA de Hierro Indio terminó siendo rechazada por los diputados, y el principal argumento fueron los errores y faltantes de documentación.
Al finalizar la sesión, hasta el presidente de la Cámara baja, Jorge Tanús, decía que debería haberse remitido el proyecto completo, con el máximo detalle posible y con todas las opiniones, aun cuando no fueran necesarias para la etapa de exploración.
El diputado oficialista y precandidato a gobernador, tal vez en la intención de diferenciarse por las propias necesidades políticas, estaba asumiendo que había falencias en el expediente: "Cuando yo presento el proyecto de un edificio, lo presento completo, aun cuando después se va haciendo por partes", comentaba el ingeniero Tanús.
Así en todos los bloques se manifestó casi lo mismo. Tanto el presidente del bloque UCR, Néstor Parés, como los del Frente de Izquierda
Cecilia Soria y Héctor Fresina, y el demócrata Rómulo Leonardi, todos decían más o menos lo mismo al respecto. Con matices, todos admitían que esos faltantes generaban dudas y, como en el caso de los pobladores levantiscos del Sur, sospechas.
En el expediente faltaba el informe del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (Ianigla), que también fue la clave de la caída del otro proyecto minero, faltaban los informes sectoriales de General Alvear y San Rafael, departamentos que comparten la cuenca del río Atuel (el yacimiento de Hierro Indio está a algo más de dos kilómetros de las nacientes de ese cauce, en el departamento de Malargüe).
También se denunciaba la falta de análisis acerca del impacto en los habitantes de la zona, todos puesteros y en posibles yacimientos de valor arqueológico.
Todas estas falencias terminaron dando rienda suelta a la imaginería popular y se encendió la mecha del polvorín alvearense. La vida social en alerta y movilizada, era la promesa de una explosión que hasta hizo temblar al propio intendente de General Alvear, Juan Carlos de Paolo. Fue él quien rogó a Pérez que hiciera algo para detener el estallido y de ese encuentro fue que salió la decisión de hacer una sesión especial a mediodía de ayer.
Ya se sabía que el radicalismo no aprobaría lo que venía del Senado; se sabía que en la misma situación estaban el FIT y los demócratas. Se sabía que el Frente Renovador se abstendría, tal como lo hizo en el Senado.
Y, además, se sabía que tres legisladores oficialistas también estarían con la oposición: los alvearenses Gustavo Majstruk y Cristian González y el tunuyanino Leonardo Giacomelli (otro departamento con tradición antiminera, aunque con menos revuelo esta vez).
No había mucho margen para los 16 escaños del oficialismo. Y terminó pasando lo que se preveía, el golpe mortal a la intención de revivir la minería en Mendoza.
Bronca con Cornejo
Aunque con un tono un poco más calmado que cuando se enoja, ayer el gobernador Francisco Pérez expresó su descontento por el archivo del proyecto minero Hierro Indio. Fue luego de una firma de convenios con el ministro de Defensa de la Nación, Agustín Rossi, que estuvo en Mendoza.
“Yo soy respetuoso de las opiniones y dije desde el primer momento que asumí que iba a respetar la ley 7.722, que no está en debate ni en discusión. Había un proyecto de minería de tercera categoría que es igual que hablar de una ripiera, de un yacimiento de cal, de yeso, de cemento. Por eso avanzamos, no por una cuestión caprichosa. Uno puede discutir, pero negarlo y enviarlo a archivo bajo presión es un grado de irresponsabilidad”, aseguró Pérez.
Cuando se le consultó si hay posibilidades de que más adelante la iniciativa minera se reflote, fue determinante: “No hay margen, si estoy solo. Además con la UCR y su jefe político, que es el intendente de Godoy Cruz (Alfredo Cornejo), no se puede avanzar. Extrañamente toda esta semana se escondió”.
Incluso, en su crítica fue más allá que sólo Hierro Indio. “La Unión Cívica Radical viene negando todo tipo de debate. Así es muy difícil avanzar como sociedad. No es el proyecto de Hierro Indio, es la ley de Turismo, la de Educación, de Ética pública, la del canal Acequia, de Presupuesto, de impositiva y avalúo. Uno puede cometer errores pero pareciera que está todo mal y no es así”, se excusó Pérez, sin hacer ninguna autocrítica.