Di Stéfano: tozudo, grandioso y hasta "saca ídolo"

Además de un notable futbolista, don Alfredo fue un DT tan exitoso como controvertido. En River, no dejó concentrar al gran ídolo, "Beto" Alonso, previo a la final de 1981.

Di Stéfano: tozudo, grandioso y hasta "saca ídolo"
Di Stéfano: tozudo, grandioso y hasta "saca ídolo"

Las biografías sobre la vida de Alfredo Di Stéfano están plenamente justificadas, más que nada porque se trató de un adelantado a su tiempo y, para muchos analistas, un precursor del "fútbol total" que supo poner en práctica Rinuls Michels en Ajax y luego en la "Naranja Mecánica" de Holanda'74.

Acerca de la "Saeta Rubia" hay abundante material escrito y fotográfico, además de algunos filmes que lo recuerdan - sobre todo - en su etapa exitosa del Real Madrid. Sin embargo, no siempre se lo evoca como un entrenador que estuvo ligado al éxito, especialmente en el fútbol argentino. Bajo su conducción, Boca ganó el Nacional'69 y River el Nacional'81.

Respecto del campeonato que ganó con los "Millonarios", hay un hecho que trasciende al tiempo y hasta al propio logro conseguido por la banda roja. Ni más ni menos que la pelea histórica con el gran ídolo riverplatense de aquél tiempo, Norberto Alonso.

El incidente cobró tal gravitación, que Di Stéfano tomó la determinación de sacar al "Beto" Alonso de la concentración dos días antes del partido de vuelta por la final del campeonato, frente a Ferro Carril Oeste, en Caballito.

¿Qué había sucedido? El por entonces presidente de River, Rafael Aragón Cabrera, pugnaba por una limpieza interna del plantel, cuya base no podía manejar. Inclusive, un ícono como el director técnico Ángel Labruna, quien en 1975 había cortado con la sequía de 18 años sin títulos, se fue del club porque no estaba dispuesto a descabezar a los líderes grupales; entre ellos, Alonso, Merlo y Jota Jota López. Entonces, el empresario contrató a Di Stéfano para dirigir al equipo pero también con la intención de que iniciara la renovación.

Por tales motivos, a River llegaron Julio Olarticoechea (Racing), Enzo Bulleri y Américo Gallego (Newell's) y Jorge García (Rosario Central), entre las incorporaciones locales de más peso. De todos modos, la más rutilante era Mario Kempes, quien venía a hacer el intento de eclipsar la gran contratación de Diego Maradona por Boca Juniors (campeón metropolitano de ese mismo año).

A poco del cierre de la fase de grupos, en un partido accidentado sucedió lo imprevisto: River empató contra Loma Negra, de Olavarría (el equipo sostenido económicamente por la empresaria Amalia Fortabat) y Kempes fue expulsado luego de un incidente mayúsculo que le costó seis fechas de suspensión.
En el cierre de la primera ronda, el "Millo" debía vencer a Sarmiento, en Junín (lo hizo, por 2 a 0) y Loma Negra no debía vencer a Talleres de Córdoba, a quien, curiosamente, dirigía Labruna. La cuestión es que Angelito logró que la "T" empatara en Olavarría y así River se clasificó.

En cuartos de final eliminó a Rosario Central y en semifinales a Independiente, por lo que debía jugar la final contra la revelación del torneo: el "Tren Bala" de Carlos Griguol.

En la definición, el "Millo" ganó la ida por 1-0 en el Monumental con un disparo de Olarticoechea y la revancha debía disputarse en Caballito, el fin de semana siguiente. El viernes, a dos días del partido definitorio, Di Stéfano decidió no concentrar al "Beto" Alonso, sin explicación previa. La prensa buscó el testimonio del jugador, quien dijo: "Di Stéfano no fue de frente; uno de los dos está de más: él o yo". En tanto, el entrenador se despachó con frases de su sello: "El que decide las inclusiones o exclusiones soy yo; no saqué a ningún ídolo, sólo a un jugador".

El juego, finalmente, terminó 1-0 a favor de River, tras un cabezazo de Kempes. A su cierre, en el momento de la vuelta olímpica, se dio un caso paradójico: la hinchada de River salió a apoyar masivamente al jugador y a manifestarse en contra del DT. La letra del cantito que se impuso masivamente fue "Andate ya de River, gallego "cho...", que el Beto no te quiere, y yo tampoco".

Tiempo después, ante la consulta periodística, Di Stéfano fue taxativo con su respuesta: "Me dolió que la gente gritara en mi contra, pero me guío por mi criterio y no por capricho". Una frase que sirve para dejar en claro cómo se manejaba don Alfredo, quien llegó a ser intocable en Real Madrid pero que cosechó una imagen teñida por la polémica en River.

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