Andrés Llaver: “La constancia es la clave para los logros”

La noche del domingo 29 de marzo de 2015 quedará grabada a fuego en el seno de la familia Llaver. Es que Andrés, ese pibe de cabellera robusta, de 19 años de edad, jugó el mejor partido de su carrera basquetbolística.

Clave para que el Centro Deportivo Rivadavia venciera a Villa Mitre de Capital Federal por 73-62 y pusiera la serie play offs de reclasificación match point (2-0). El base juvenil ingresó desde el banco de relevos y en 31’ 52’’ anotó 25 puntos. Magistral.

Tras la chicharra final y los festejos de todo el pueblo Naranja, fue el jugador más buscado por todos. Aplausos, felicitaciones, autógrafos, fotos con los más chicos. Fue el día que convirtió en estrella. Fue el día en que le quitó el disfraz de goleador e ídolo al Hueso Ronco y se robó todo el protagonismo.

"No, no, es mucho. El Hueso es un ídolo de la institución. Ha dejado su huella en muchos chicos del club. Es imposible compararme. Ojalá, algún día pueda lograr todo lo que le dio al club", con estas palabras, expresando su admiración por Fernando Ronco, compañero y ex DT suyo en divisiones formativas, el base Andrés Llaver arrancó su charla con MÁS Deportes.

Acto seguido, solicitó que lo esperáramos cinco minutos para continuar con el encuentro. “Estoy saliendo de rendir un parcial en la Facultad. Anoche, después del partido, no tuve ni tiempo para festejar. Llegué a casa y me puse a repasar. Así es la vida del deportista y estudiante. No hay que aflojar”, explicó el base Naranja.

Es que Andrés está cursando el segundo año de la carrera Ingeniería Civil en la UNCuyo. Y con respecto a la clásica pregunta de cómo hace para estudiar y jugar en un certamen muy competitivo como es el Torneo Federal, que incluye viajes afuera de la provincia cada 15 días, contó: “Es muy duro.

Tengo la posibilidad de vivir con mi hermano en el centro de Mendoza. Pero, por los entrenamientos y partidos, me quedé en Rivadavia. Es vital estar convencido de lo que uno hace. La constancia es clave para los logros. Cuesta, pero con sacrificio todo llega”.

Con apenas 19 años, el pibe Llaver habla con una experiencia admirable, como si estuviera con el balón en la mano y manejando el un ataque estacionado de Rivadavia. Sobre las sensaciones de su juego espectacular contra Villa Mitre, donde se robó los aplausos de propios y extraños, afirmó: “Fue una noche soñada. Salió todo muy bien. A medida que pasaban los minutos me sentía más seguro. Confianza siempre tengo, porque desde el año pasado soy consciente de que tengo muchos minutos en cancha. El apoyo de mis compañeros es fundamental”.

Arrancaba el primer semestre del 2014 y el base titular, Diego Cabañez, dejaba el club. Los directivos del club hablaron con el DT Minelli y le pidieron el nombre del jugador que tenían que ir a buscar.

Y el ‘Colo’, hombre de la casa, como ninguno, no dudó un segundo y se la jugó por el pibe: “Quiero un base para el Federal, pero aclaro, que mi base titular será Andrés Llaver. Llegó su momento.

Tiene todas las condiciones para ser un  verdadero crack”, decía en su momento. Sin dudas que el tiempo le dio la razón al entrenador multicampeón de Rivadavia. Andrés Llaver es un agradecido: “El Colo es un docente. Es un placer tenerlo como entrenador. Por el grupo que ha formado, merecemos el ascenso al TNA”.