Marisol Cavichioli: "Medir la huella de carbono se ha transformado en una ventaja comercial"

Marisol Cavichioli, directora de GenB Economía, explica cómo el primer clúster de carbono en Mendoza impulsa la sostenibilidad empresarial y genera ventajas comerciales concretas en la región.

En Mendoza, el lanzamiento del primer clúster regional de carbono impulsa un modelo colaborativo donde empresas de distintos sectores trabajan juntas para reducir su impacto ambiental y fortalecer su competitividad.

GenB Economía, consultora referente en economía de triple impacto, es parte de este proyecto regional tiene como objetivo principal impulsar el crecimiento comercial de empresas comprometidas con la sostenibilidad, integrando sectores clave como el turismo, la producción, la logística y la industria vitivinícola.

El clúster, desarrollado por Agrojusto, GenB Economía, Portfolio Inversiones, Reciclar, WineOps y SAK Wine Travel, funciona como una red colaborativa que promueve prácticas regenerativas.

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El clúster de carbono en Mendoza: Paula Brandi, Marisol Cavichioli, Maria Angel Pasquariello, Farid Nallim, Carina Egea, Fernanda Bonesso, Sofía Ruiz Cavanagh y Juan Pablo Miguel.

El clúster de carbono en Mendoza: Paula Brandi, Marisol Cavichioli, Maria Angel Pasquariello, Farid Nallim, Carina Egea, Fernanda Bonesso, Sofía Ruiz Cavanagh y Juan Pablo Miguel.

Desde diario Los Andes dialogamos con Marisol Cavichioli, directora de GenB Economía, quien describe un cambio de paradigma para las empresas mendocinas: la medición de la huella de carbono dejó de ser un requisito ambiental para transformarse en una herramienta estratégica que abre puertas comerciales.

- ¿Qué beneficios están viendo las empresas mendocinas que ya comenzaron a medir la huella de carbono y tienen reportes de sus emisiones?

- La medición de la huella es una herramienta de gestión muy fuerte porque abarca la trazabilidad completa de la compañía en su proceso productivo o de servicios. El primer impacto que tienen las empresas es en costos, al eficientizar procesos que les permiten reducir gastos. Ese es el primer eje.

Además, esta medición posiciona a las empresas como competitivas en licitaciones, por ejemplo, con el Estado provincial. Existe un programa de compras públicas sostenibles que exige a los proveedores indicadores cuantificables de impacto ambiental y huella de carbono. Por lo tanto, una empresa que cumple con esto está en ventaja comercial respecto a otra que no.

También los consumidores eligen marcas responsables ambiental y socialmente, dejando de lado el precio para considerar el impacto que la empresa genera en su entorno. Finalmente, para aquellas empresas que exportan, hay mercados como México, Chile, Colombia, Perú y la Unión Europea que exigen productos bajos en carbono para permitir la importación. Así, la sinergia se da tanto a nivel local como internacional, y esto se transforma en una ventaja competitiva.

- Con respecto al tema turístico, con este proyecto que han generado, ¿qué obstáculos están encontrando para que las empresas adopten prácticas regenerativas?

- El principal obstáculo muchas veces es la falta de conocimiento. Por eso, constantemente tenemos que sensibilizar a las empresas sobre la importancia de transitar ese camino. Además, es fundamental vincular la oferta y la demanda, porque esta falta de conocimiento hace que muchas empresas tengan buenas ideas, pero les cueste traducirlas en un plan de acción concreto y sostenido en el tiempo.

En particular, vinculado con el turismo, la provincia y Argentina en general están atravesando una temporada de baja. Esto hace que el proyecto tome aún más valor, ya que, pese a la baja, los resultados del último año fueron muy buenos porque los turistas siguen eligiendo empresas y localidades que apuestan a la sostenibilidad.

- Las certificaciones como Empresa B o la medición de huella de carbono son cada vez más comunes. ¿Hasta qué punto representa una transformación real en las prácticas empresariales?

- El punto de partida de esa transformación siempre es el directorio de la empresa, y luego se extiende a toda la cadena organizacional y a la cadena de valor. Cuando el directorio está convencido, ese compromiso se contagia y se generan cambios estructurales, sistemas de gestión que tienen un proceso.

Primero se mide el estado de situación actual y, a partir de ese diagnóstico, la empresa comienza a vincular su plan de negocios, comercial, de marketing y acciones estratégicas con la sostenibilidad como eje central. No es algo aislado, sino incorporado dentro del plan estratégico general. Es un camino que se empieza de menos a más; lo importante es que las empresas comiencen poco a poco y continúen con el proceso.

- ¿Cuánto tarda una empresa en medir la huella de carbono?

- Depende del tamaño de la empresa, la cantidad de sucursales y colaboradores, pero es un proceso relativamente sencillo. No debería demorar más de uno o dos meses si la empresa realiza un buen relevamiento previo de los datos necesarios. Es una fase inicial bastante intuitiva.

Después se desarrolla un plan de trabajo anual para que la empresa empiece a implementar acciones o compromisos para reducir su impacto. Pero medir la huella en sí no suele tomar más de uno o dos meses; no es un proceso complejo.

Huella de carbono
Medir emisiones ya no es solo un gesto ecológico: se convirtió en una ventaja comercial concreta.

Medir emisiones ya no es solo un gesto ecológico: se convirtió en una ventaja comercial concreta.

- ¿Qué implica el lanzamiento del primer clúster de carbono en Mendoza y cómo se vincula esto con el trabajo que vienen desarrollando en la empresa?

- El inicio surge para poder potenciar comercialmente a todas las empresas que estén trabajando fuertemente en sostenibilidad. Junto con otras compañías con las que trabajamos en el proyecto, Agrojusto, Portfolio Inversiones, Reciclar, WineOps y SAK Wine Travel, generamos una sinergia entre ellas, ya que cada una aborda distintos aspectos de la sostenibilidad, para desarrollar circuitos turísticos que potencien a otras empresas y productores.

Dentro de ese trabajo tomamos varios ejes. Uno fue medir la huella de carbono organizacional y ayudar a las empresas a mitigar su impacto ambiental. Otro eje fue colaborar en el recupero de residuos, que muchas veces es el puntapié inicial para comenzar. Además, abordamos el financiamiento sostenible para aquellas empresas que necesiten líneas de inversión, ya sea para inversión directa o capital de trabajo, muchas veces enfocados en problemáticas sociales o ambientales. Por último, el cuarto eje, que está más ligado a lo social que a lo ambiental, apunta a que estas empresas que ya trabajan en sostenibilidad impacten también en la cadena de valor de productores locales, para que formen parte del proceso.

Entendiendo la sinergia y el expertise de cada una, desarrollamos paquetes turísticos que potencian la demanda de empresas en logística, hotelería, bodegas y restaurantes. Ese fue el primer paso. Y esta medición de la huella de carbono dejó de ser una herramienta ambiental para transformarse en una ventaja comercial.

- ¿Están abiertos a otras industrias, por ejemplo al agro o a la ganadería?

- Sí, trabajamos con todas las industrias. En este caso, el clúster Mendoza Regenera comenzó con un proyecto turístico, pero todas las empresas que lo conformamos tenemos experiencia en distintos sectores, así que sí, estamos abiertos.

De hecho, para empresas de la industria o el agro que midan y compensen su huella con nosotros, existe el mercado voluntario de carbono, una plataforma que da visibilidad a nivel nacional a este tipo de proyectos. Por supuesto, trabajamos con todos.

El mercado nace como una iniciativa de la Bolsa de Valores de Argentina, llamada BYMA. Esta plataforma pone en valor proyectos certificados para vender créditos de carbono con certificación internacional, normalmente BERRA, un organismo que acredita que un proyecto o región captura o mitiga carbono.

Las empresas que quieran comprar créditos para compensar su huella pueden ingresar a esta plataforma. El proceso se realiza a través de una cuenta comitente con un agente de bolsa y es bastante sencillo. Es como comprar y vender dólares, pero con créditos de carbono. Así, una empresa que mide y quiere mitigar su huella puede comprar créditos, y la Bolsa visibiliza y transparenta toda la transacción.

Biografía

Marisol Cavichioli es economista, especializada en gestión ambiental, huella de carbono y finanzas sostenibles. Es licenciada en Economía por la Universidad Nacional de Cuyo, con posgrado en Estrategia Financiera y maestría en Sociología Económica por la Universidad Nacional de San Martín.

Cofundó y dirige GENB Economía, consultora enfocada en certificación ambiental y finanzas sostenibles. Es gerente financiera de Epiliquid SAS, startup de biotecnología aplicada al cáncer. Fue directora de operaciones en la empresa tecnológica Quinto Impacto y consultora financiera en Grupo Triunfo Seguros. También ocupó cargos gerenciales en Toyota Yacopini y Rispoli Viajes. Su trabajo integra economía, sostenibilidad e innovación. Tiene dominio intermedio del idioma inglés. Su perfil combina formación técnica, experiencia directiva y compromiso con el desarrollo económico sustentable.

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