8 de marzo de 2025 - 00:00

Lucas Magnano: "Tenemos que aportar para que las desregualciones no sean desprolijas"

El presidente de Coninagro, analizó la crítica situación del campo, el impacto de los costos y la necesidad de mayor competitividad.

A sus 40 años, ha sido parte de la Mesa de Juventudes de ACA y Coninagro, miembro del Consejo Asesor de ACA en Santa Fe y consejero de ACA en la entidad que hoy preside. De visita en Mendoza durante la Vendimia, analizó el presente del campo argentino, las perspectivas para la ganadería y los desafíos que enfrenta el sector en un contexto de reformas y búsqueda de mayor competitividad.

-¿Cómo está el campo hoy?

-Creo que en todos lados la situación es realmente crítica. Sin embargo, el productor nunca deja de tener la esperanza en la próxima campaña, en el próximo ciclo productivo, en lo que viene por delante. El reajuste de los precios relativos ha sido extremadamente importante, no solo para la producción, sino para la economía en general. En algunos sectores el impacto ha sido mayor que en otros, pero más allá de eso, lo que genera mayor incertidumbre son los precios internacionales.

Además, un hecho determinante fue lo ocurrido en enero con la asunción de Donald Trump en Estados Unidos. Ha tomado medidas cuyas consecuencias aún no terminamos de dimensionar, pero lo cierto es que está generando una turbulencia importante en el mercado de commodities. No sabemos exactamente cómo va a repercutir, pero sí que tendrá un impacto. Esto nos preocupa, porque al incremento de costos se suma una baja de per sé previa, junto con las decisiones que está tomando el nuevo gobierno de EE.UU.

En lo que respecta específicamente a la Pampa Húmeda, también debemos considerar la gran cosecha de Brasil. Es probable que los precios actuales representen un techo y que en adelante veamos una estabilización con una leve tendencia a la baja, debido a los altos volúmenes de soja que ingresarán al mercado. La situación del maíz es distinta, afectada por la chicharrita y por factores netamente locales, pero la preocupación sigue presente.

-¿Cómo ven el proceso de desregulación?

-Estamos en un momento clave. Las desregulaciones son necesarias y las vemos muy bien, que tienen que continuar. Pero tenemos que aportar para que no sean desprolijas. Es fundamental no desmantelar herramientas que funcionan ni eliminar estructuras que cumplen un rol importante. Tal vez haya aspectos que mejorar o ajustar, pero no se trata de hacer desaparecer organismos enteros.

En Coninagro, por ejemplo, estamos relacionados con el INYM, y también se han mencionado posibles cambios en el INV. Hay funciones que estos organismos cumplen que son valiosas y deben mantenerse. La clave es mejorar, simplificar procesos, reducir la burocracia y hacer todo más eficiente y orientado a la producción. Eso es lo que queremos todos.

¿Cómo está la ganadería?

—La ganadería, de alguna manera, habla sin emitir sonido. El stock estancado y la falta de productividad a futuro son el resultado de medidas erráticas y crónicas que han tomado los distintos gobiernos. Cuando la ganadería empiece a evolucionar, con un aumento del stock, un mayor flujo de exportación y un abastecimiento interno más sólido, será la señal de que las políticas implementadas van en la dirección correcta.

¿Por qué digo esto? Porque la ganadería es una actividad de muy largo plazo, que siempre excede los ciclos presidenciales y gubernamentales. Como requiere inversiones a largo plazo, muchos productores la utilizan más como un resguardo de valor o una caja de ahorro para compensar dificultades en otras actividades. En este contexto, es preocupante la situación actual.

Creemos que la liberación de exportaciones es un paso en la dirección correcta, aunque aún quedan algunos aranceles por eliminar. Esperamos que en los próximos meses se avance en ese sentido. También será clave que el clima acompañe y que se sigan abriendo mercados, porque esa es la verdadera clave para el crecimiento que la ganadería necesita.

Lucas Magnano presidente de Coninagro
Lucas Magnano presidente de Coninagro durante una rueda de prensa en Mendoza.

Lucas Magnano presidente de Coninagro durante una rueda de prensa en Mendoza.

En la charla mencionábamos las amenazas arancelarias de EE.UU. y el impacto del tipo de cambio. ¿Cómo ven la situación cambiaria actual?

—El tipo de cambio es un tema que el gobierno ha definido como no negociable. Desde el inicio de la gestión, en distintas reuniones, se establecieron tres pilares fundamentales: ancla monetaria, ancla fiscal y ancla cambiaria. Y se dejó en claro que no habría margen para discutirlos. Por lo tanto, objetarlo sería poco inteligente de nuestra parte.

¿Cree que el dólar está atrasado?

—No, probablemente lo que está muy adelantado son los impuestos.

El ministro Caputo dijo que hay que bajar los precios...

—Creo que la carga fiscal es lo que más atenta contra los agentes económicos. El tipo de cambio es relativo y funciona como una sábana corta: ya sabemos lo que pasa en Argentina cuando se manipula deliberadamente para corregir desequilibrios macroeconómicos. Según los números actuales, esos desajustes no están presentes.

Si se intentara forzar el tipo de cambio, solo se lograría sumar más gente a la pobreza y generar distorsiones en la macroeconomía que terminarían afectando a la microeconomía. También es cierto que, en ese proceso, algunos sectores podrían beneficiarse sin asumir riesgos, pero al final del ciclo volveríamos a la misma situación.

Por eso, más que discutir el tipo de cambio, lo que hay que hacer es ganar competitividad. Y para ser claros: necesitamos igualdad de condiciones con la región y con los mercados de destino. Si usamos una analogía con el fútbol, no podemos jugar en Argentina en una cancha de 10x10 mientras en otros países se juega en una de 20x30. Sería imposible competir.

El camino hacia la competitividad ya se inició, pero en algún momento habrá que acelerarlo. Lo fundamental es equiparar las reglas de juego con los competidores de nuestros productos. Cuando eso se logre, el tipo de cambio pasará a un segundo o tercer plano. Hoy la prioridad es hacer más eficiente el uso de los impuestos y garantizar que los recursos realmente sirvan para promover e incentivar la producción.

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