Hace un tiempo, en el agro se acuñó el concepto de la "Vaca Viva", en contraposición a los cantos de sirena que llegan desde Vaca Muerta. Expoagro, la semana pasada, fue el escenario ideal para mostrar esto.
Para la autora Expoagro mostró un agro dinámico e innovador enfocado en las oportunidades en lugar de la queja constante.
Hace un tiempo, en el agro se acuñó el concepto de la "Vaca Viva", en contraposición a los cantos de sirena que llegan desde Vaca Muerta. Expoagro, la semana pasada, fue el escenario ideal para mostrar esto.
La muestra del campo argentino exhibió una parte de una industria que se mueve, crece e innova, impulsada por la incorporación de tecnología, financiamiento y un ecosistema productivo que apuesta al futuro. Otro clima de negocios y otra Argentina, diferente del modelo de frustración y queja que se vive en otras economías regionales, donde la falta de incentivos, la presión fiscal y la incertidumbre suelen paralizar la inversión y el desarrollo.
A saber: durante toda la semana, más de 220.000 visitantes recorrieron la megamuestra, explorando los espacios de 700 expositores de maquinaria, insumos y servicios para el agro. En este marco, se registraron solicitudes de crédito por más de 8.000 millones de dólares, reflejando el dinamismo y la apuesta del sector por la innovación y el crecimiento.
Se pudieron observar largas filas en los stands de los bancos, con el del Nación como nave insignia, para acceder a créditos que permitan renovar la tecnología aplicada a tasas muy convenientes, facilitando la modernización de los establecimientos productivos y la mejora en la eficiencia operativa. Este acceso a financiamiento es clave para mantener la competitividad en un contexto global desafiante, donde la eficiencia y la tecnología son determinantes.
Pero además, este campo es un productor de "punta": utiliza cada vez más inteligencia artificial, robots de pulverización, desarrollo de I+D en semillas, drones y software, es decir, tecnología de vanguardia para mejorar los rendimientos en cada centímetro del agro argentino. La combinación de inversión, conocimiento y herramientas avanzadas convierte al agro en un motor clave para la economía.
Con una mirada local, Expoagro deja un aprendizaje, quizás para las economías regionales —en algunos casos tan bastardeadas—, y es que la narrativa basada en la queja constante debe cesar. La imagen del campo fundamentada en la frustración y el enojo es, en algún punto, perjudicial. En lugar de centrarse únicamente en lo que falta, el enfoque debería estar en visibilizar oportunidades y mostrar cómo se pueden llevar a cabo.
Todo esto es difícil de plantear en un escenario donde los costos de producción no son cubiertos, pero la experiencia demuestra que la clave está en adaptarse, innovar y buscar soluciones para seguir avanzando. Si el agro logra sortear obstáculos y proyectarse al futuro con determinación, otras industrias pueden hacer lo mismo y transformar su realidad con estrategias similares.