7 de junio de 2025 - 12:59

El Mercadito Agroecológico: una red comunitaria de productores que se extiende desde el Valle de Uco

Son voluntarios y voluntarias que articulan la producción sin uso de agroquímicos y un sistema de comercialización directa. Sus productos llegan a todo el Valle de Uco.

Desde hace siete años funciona El Mercadito Agroecológico en distintos puntos del Valle de Uco. Esta red de comercialización directa entre productores y consumidores, promueve una alimentación sana y sin agrotóxicos, pero además sus integrantes tienen un fuerte compromiso ambiental.

Desde el 2018 se transformó en una alternativa concreta de consumo responsable que continua en forma interrumpida crecimiendo por el trabajo colaborativo de familias productoras, voluntarias y voluntarios en los departamentos de Tunuyán, Tupungato y San Carlos.

Todo empezó con una consiga clara de lucha, a fines de 2017 vecinos y vecinas del Valle de Uco se movilizaron en San Carlos para frenar las fumigaciones aéreas sobre viñedos. De esa resistencia nació otra idea, vincular estos espacios que ya estaban siendo productivos, con las personas interesadas en consumir alimentos de manera consciente. Así dio sus primeros pasos El Mercadito Agroecológico, abriéndose paso en comercialización directa entre pequeños productores y consumidores, basado en los principios de la agroecología, el compromiso ambiental y la autogestión.

“Fue más o menos por fines del 2017, cuando surgieron unas manifestaciones en San Carlos a causa de que querían fumigar las viñas con aviones. Entonces, la gente se organizó para decir que no quería fumigaciones de este tipo, y se empezó a charlar de que más allá de oponerse, tal vez podría ser interesante contactar a los pequeños agricultores agroecológicos que ya existían en la zona para empezar a comprarles productos”, recuerda Ailén Pagliafora, productora de Finca Pagliafora e integrante del Mercadito.

Del intercambio a la organización en el Valle de Uco

Las primeras compras comunitarias se realizaron durante el verano de 2018, en plena temporada de frutas y verduras. Fue un tiempo de experimentación, en el que productores y consumidores se conocieron, comenzaba así a delinearse la organizarse. “Se empiezan a contactar con algunos productores, que siempre hemos estado en las zonas ambientales, pero no había surgido este intercambio con la población del Valle. Así es que empiezan los primeros intercambios, organización de compras comunitarias”, relata Ailén.

Con el tiempo, la red fue creciendo. Actualmente, existen cinco puntos activos de entrega distribuidos en Tunuyán, Tupungato y San Carlos (en La Consulta, Eugenio Bustos y la Comunidad Musulmana). La difusión del Mercadito se da, en su mayoría, a través del boca en boca: personas que lo conocen y recomiendan a otras. Así, quienes se interesan acceden a grupos de WhatsApp específicos para cada punto y donde realizan sus pedidos. Todo el sistema se sostiene sobre una fuerte base de participación voluntaria, tanto de quienes producen como de quienes compran. “Cada persona pide lo que quiere y después la suma total es lo que el productor tiene que preparar. Hay una persona que ofrece su casa para hacer de verdulería por esa semana, y todas las personas que pidieron van a retirar a ese lugar. Se pesan, arman su pedido y pagan”, explica Pagliafora. “Es autogestivo y voluntario, porque se supone que tiene que estar rotativo el rol de verdulero o verdulera”.

Su organización es horizontal y abierta. Pueden sumarse nuevos productores siempre que cumplan con las condiciones agroecológicas. “Tiene que estar libre de pesticidas, de químicos, pero también tener un cuidado más amplio por el suelo, por el ambiente, por las personas. No es solo estar libre de químicos, sino cuidar también lo social.”

En algunos casos, las entregas se realizan en espacios fijos, como el Mercado de la Estación en Tunuyán o un local en La Consulta, San Carlos. Durante la pandemia, el sistema ya estaba consolidado, lo que les permitió sostener el abastecimiento sin interrupciones. “Como ya teníamos un nivel de organización bastante bueno, y por ser productores de comida podíamos transitar, todas las personas del mercadito pudieron seguir consumiendo nuestros productos.”

Cada punto de distribución funciona como una pequeña comunidad. “Se han formado pequeñas comunidades. No solo para consumir, sino también para conocernos. Incluso hubo momentos en los que hacíamos una Eco-Feria una vez al mes. Ahí nos empezamos a conocer y somos también como un grupo de ayuda.”

En esa red de vínculos, el capital social se vuelve tan importante como los alimentos. “Los mercaditos son como la puerta de este hermoso proceso, donde nuestro capital social se amplió enormemente.”

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Productos elaborados de El Mercadito Agroecológico.

Productos elaborados de El Mercadito Agroecológico.

La oferta saludable y consciente

El Mercadito vende alimentos agroecológicos producidos en el Valle de Uco: frutas y verduras de estación, huevos, dulces, conservas, mermeladas, productos secos y elaborados. “En el verano tenemos tomates, berenjenas, ciruelas, cerezas, damascos, zapallos, verdes. En otoño empieza el caqui, la manzana. Hay lechuga, rúcula y mix de verdes casi todo el año”, detalla Ailén.

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Frutas y verduras de estación.

Frutas y verduras de estación.

Actualmente, la propuesta está integrada por los emprendimientos Ser Suelo (verdes y huevos), Finca Pagliafora (frutas, verduras y elaborados), Mate Cocido (elaborados de verano), Avalenn (recientemente incorporado) y Mi Granjita de Codornices (huevos de codorniz).

También se incluyen alimentos que no se producen localmente, como limones, palta, cebollas o papa, que se compran colectivamente a otros emprendimientos orgánicos del país. “Los revendemos para que esa plata quede en el fondo de productores y así poder costear los fletes hasta los lugares”, explica Pagliafora.

Además, se ofrecen productos secos provistos por diferentes proyectos de Argentina, como, por ejemplo: granos, harinas, fideos, aceites, azúcar mascabo y más. “Lo que se te ocurra prácticamente lo podés encontrar también en el Mercadito.”

Comunidad entre consumidores y productores

Si bien la propuesta del Mercadito es ofrecer alimentos saludables, también busca reconstruir el vínculo entre quienes producen y quienes comen. “No solo que la gente se ha olvidado del sabor real del tomate o de la manzana, sino que también hay que ir educando en que la fruta o verdura no siempre es perfecta. A veces tiene un gusanito, un pique. Porque no fumigamos. Y eso también es aprender a convivir con la biodiversidad.”

Desde sus orígenes, el Mercadito está vinculado a la defensa del ambiente. La lucha por la Ley 7722, que protege el agua frente a la megaminería en Mendoza, forma parte del espíritu que lo sostiene. “Todos entendemos que no va a existir agroecología si no defendemos el agua, los recursos y la tierra. Tiene que ir de la mano.”

Además, señala la productora que “está muy relacionado con cómo surge este movimiento y con la fuerte relación que existe con la lucha por la 7722. Tenemos que luchar para que no se contamine el recurso agua, el recurso tierra, por intereses que no son los comunitarios.”

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Desde el surco. El Mercadito impulsa una producción consciente y sustentable, sin agrotóxicos.

Desde el surco. El Mercadito impulsa una producción consciente y sustentable, sin agrotóxicos.

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