La imagen pura de lo cotidiano a través del ojo de Daniel Barraco

El fotógrafo y escritor mendocino editó el libro “Dos o tres segundos de silencio”. Un compilado de fotos de distintas etapas de su oficio, en las que captura situaciones simples que se vuelven trascendentes.

El nuevo libro del fotógrafo Daniel Barraco recopila cien imágenes en blanco y negro.
El nuevo libro del fotógrafo Daniel Barraco recopila cien imágenes en blanco y negro.

“Hay en Daniel Barraco una libertad, una errabundia, una disponibilidad absolutamente fotográfica que hacen de cada una de estas imágenes no un aspecto de un universo cerrado, sino una aventura particular…”, describe Jean-Claude Lemagny, Ex-Director del Departamento de Estampas y Fotografías de la Biblioteca Nacional de Francia sobre la obra del reconocido fotógrafo mendocino.

En dicho texto titulado “El sentimiento trágico del instante”, que el fotógrafo incluye en su último libro “Dos o tres segundos de silencio” expresa claramente la búsqueda y lo que impone observar las instantáneas tomadas durante dos décadas de trabajo como fotógrafo artístico.

El libro es en síntesis, un compilado de momentos diarios y naturales que Barraco supo capturar con su lente y su visión de fotógrafo, en tiempos analógicos donde la búsqueda pura del instante resultaba una condición propia del oficio.

La belleza cotidiana convertida en arte

Pese a estar alejado de la práctica activa de la fotografía, Daniel Barraco sabe que el arte de capturar el instante correcto no es exacto y es ahí donde radica el estilo propio. El blanco y negro (aspecto que distingue a toda su obra) sostiene esa atmósfera oscura y densa que el realizador capturó con su cámara.

París fue su lugar de residencia durante diez años en la década del ’80 y comienzo de los ’90, y entre sus calles, barrios tradicionales y el típico tren subterráneo de la capital europea logró fotografiar escenas casi cinematográficas, que en la actualidad cobran un sentido estético distinto.

“Este tipo de fotografías son diferentes a otras obras, porque fueron tomadas en la calle, con la luz que encontraba en ese momento, muchas veces con cámaras de pequeños formatos. Hace años que me alejé de la práctica activa de tomar fotos, pero en los últimos 15 años de oficio, la fotografía que más me interesaba era esta y la que tiene más posibilidades”, cuenta Daniel Barraco sobre las cien imágenes que selecciona en su último libro editado por Ediciones del Amante Universal.

En este libro propone un recorrido diferente. La fotografía en estado puro, sin texto y referencia que la acompañe. Y esa es la clave para hacer del ejercicio de la observación algo complejo y en algunos casos caótica. Por ejemplo, la instantánea tomada a dos jóvenes mujeres en un atardecer de verano, el paisaje de un barrio parisino resulta imperceptible en el momento capturado, que podría confundirse con otra calle de Latinoamérica o Argentina.

“Esto es fotografía pura, en cada página solo está la imagen y el epígrafe de cada foto se encuentra al final del libro. Lo pensé de esa manera porque quería que impactara solo la imagen y que nada interfiriera en el proceso de descubrir la foto e interpretarlo”, sostiene sobre como diseño su último libro en el que incluye obra desde el año 1983 hasta el 2003.

A su vez, lo dramático de la atmósfera subyace en las distintas situaciones y planos que se logran en una misma fotografía. El espejo como reflejo de la misma historia da como resultado una imagen única, difícil de lograr en la convulsión de la actualidad.

La foto tomada en París es una de las imágenes que más representan su trabajo.
La foto tomada en París es una de las imágenes que más representan su trabajo.

-¿Se identifica con un estilo de fotografía?

-Me gusta tener una actitud curiosa a lo que sale, por eso fotografío personas, animales u objetos, pero todos con la sensación de haber robado ese instante a la situación. Estar agazapado a la espera de que aparezca la situación. Por eso es necesario estar muy atento para ver lo que surge. No me gusta el estilo demasiado marcado porque limita el trabajo. Por eso intentar no tener estilo es una posibilidad de un trabajo de mayor riqueza. Podes profundizar en algo, pero corres el riesgo de ser repetitivo.

-En la era de la imagen ¿se vulgarizó la fotografía artística?

-Se ha banalizado en algún sentido. En términos fotográficos la posibilidad que nos da la tecnología con los teléfonos, que fotografían muy bien con una luz difícil de lograr, eso ha hecho que descienda el rigor del trabajo. Lo malo es que ciertas fotografías se presentan como una obra fotográfica, con ciertas pretensiones y no es así. Las exigencias para hacer un buen trabajo en fotografía siguen siendo las mismas, pese a los avances de la tecnología.

-A raíz de la constante exhibición en las redes sociales se pierde la curiosidad y el valor de lo instantáneo y natural.

-En el ámbito lo que le llaman la fotografía artística es la irrupción de lo conceptual. Hay cosas muy pobres en cuanto a la imagen, pero acompañadas con un texto y un marco teórico, que deja de lado lo fotográfico como lo primordial. Hay poca atención a la realización efectiva de la obra, para que no pierda la calidad de la imagen, sin apoyarse en un texto o un concepto para darle contenido a algo que no lo tiene.

El fotógrafo captura situaciones cotidianas que invitan al análisis.
El fotógrafo captura situaciones cotidianas que invitan al análisis.

-De todas las fotos seleccionadas, ¿cuál representa su trabajo?

De todas las fotos hay una en particular que me gusta mucho, es un hombre con un reflejo en un vidrio. En esa foto hay varias situaciones y elementos; hay una persona, un cuadro y reflejado en la vidriera, y por detrás pasa justo una persona. Ese tipo de imágenes que tienen varios planos de la observación y los espejos, una idea que me gusta mucho que devuelve la imagen repetida y se logre una nueva. Es una de las fotos que siento más mía de todas las que recopilo en el libro.

Dos a tres segundos de silencio

El libro de Daniel Barraco recopila cien imágenes de su autoría y muestra el periodo prolífero de su trabajo como fotógrafo artístico. Un compilado de instantáneas que sugieren situaciones sin fronteras e invitan a un análisis personal.

Editado por Ediciones del Amante Universal, “Dos a tres segundos de silencio” se encuentra disponible a librería García Santos Libros (San Martín 921, Ciudad) y en las redes sociales del fotógrafo.

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