"Pensé que iba a ser muy difícil y no sabía si lo iba a lograr, de hecho pensé que iba a terminar el colegio recién cuando saliese de acá. Pero las chicas de enfermería me ayudaron muchísimo a estudiar y acá estoy, con el título de bachiller en Economía y Administración", resume, con orgullo, Yesi desde una de las camas especiales del Servicio de Rehabilitación del hospital Lencinas (Godoy Cruz) y donde pasa gran parte de su día, aunque alterna con ejercicios especiales.
Volver a vivir
El domingo 13 de abril de este año, por la madrugada, Yésica era parte de un grupo de amigos que iba a bailar a un boliche alvearense. Caminaban por la banquina de la ruta nacional 188, "iban caminando, por el costado de la ruta, y en sentido contrario al de los autos, como se recomienda en esos casos, para que cualquier conductor pudiese verlos de frente", cuenta la madre de Yésica, siempre al lado de la cama de su hija (ahora en el Lencinas, antes en el Hospital Central)
Sin embargo, ningún recaudo que pudiesen tomar los jóvenes sería suficiente ante la fatal imprudencia que cometería en cuestión de segundos Francisco Agustín Martínez (23). Al mando de un Ford Fiesta, el joven circulaba por esa misma ruta y con destino al mismo boliche al que iban Yésica y sus amigos. A alta velocidad, Martínez atropelló al grupo de amigos.
Yésica Gatica
Yesi, la estudiante que terminó el secundario en una cama de hospital y confirma que "querer es poder"
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Como consecuencia del accidente, falleció Francisco Cruz (26), quien estaba en el grupo junto a Yésica, mientras que la joven sufrió graves golpes que afectaron su cabeza y su médula.
"El tipo se desvió justo donde estaban los chicos caminando, y los atropelló", repasa la madre de la joven egresada al momento de reconstruir el accidente. El dosaje realizado luego del episodio a Martínez confirmó que el conductor circulaba con 2,14 gramos de alcohol por litro de sangre (más de cuatro veces el límite permitido por ley -0,5-).
Gatica fue trasladada de urgencia al Hospital Schestakow (San Rafael) y, tras 10 días internada allí, la derivaron al Hospital Central (Ciudad de Mendoza). A las heridas craneales que había sufrido Yesi se le sumaba una severa lesión medular. Así las cosas, en el Central la sometieron a una cirugía de fijación de columna, para la que debieron hacer una incisión a la altura del cuello y le colocaron un disco de material orgánico. El diagnóstico ya estaba confirmado: la lesión en la médula había dejado a Yésica con cuadriplejia.
Yésica estuvo cerca de cuatro meses en el Hospital Central -dos de ellos en la Unidad de Terapia Intensiva-, mientras que hace menos de un mes fue derivada al Lencinas. Su madre, quien vive con ella, puso en pausa toda su vida en Alvear para instalarse en el Gran Mendoza desde hace cinco meses y no moverse de al lado de su hija.
"Vivimos las dos solas y yo trabajaba en una fábrica. Cuando fue el accidente en abril, había terminado la temporada de trabajo unos días antes, por lo que me pude ir con ella, primero a San Rafael y ahora a Mendoza", resume Marilín, quien está rentando una habitación en un hostel de calle Rioja (cerca del Hospital Central) para estar lo más cerca posible de su hija. Incluso, ahora está buscando un nuevo alojamiento, más cerca del Lencinas (Godoy Cruz).
Dígame "bachiller"
Si bien Yésica Gatica había terminado de cursar el secundario durante el ciclo 2024 en la escuela orientada Nicolás Luca (General Alvear), adeudaba un Aprendizaje Prioritario (lo que antes eran unidades) para egresar. Hasta el accidente, el objetivo de la joven era sacar ese Aprendizaje y terminar este año el secundario, como cualquier otro estudiante que adeuda uno de esos contenidos.
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Yesi, la estudiante que terminó el secundario en una cama de hospital y confirma que "querer es poder"
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No obstante, el accidente y sus consecuencias llevaron a Yesi a verse obligada a mudar su día a día a la cama de un hospital (o de tres, que son por los que ha pasado hasta el momento). Y la Educación Domiciliaria Hospitalaria se convirtió en la modalidad ideal para que la estudiante pudiese sacar el Aprendizaje que le quedaba pendiente y, así, recibirse de bachiller.
"Las primeras dos clases de 'Formación para la Vida y el Trabajo', que es el nombre del Aprendizaje Prioritario que quedaba pendiente, fueron en el Hospital Central, y las otras dos fueron acá en el Lencinas. El 31 de agosto presentó su trabajo final", explica a su turno María Pacheco, la docente hospitalaria que acompañó a Yesi a alcanzar su meta.
Como suele ocurrir cada vez que se activa la modalidad de Educación Hospitalaria, la docente se puso en contacto con la escuela de origen de la chica y de allí se coordinó el contenido para que Yésica pudiese terminar el secundario de esta manera. Y así lo hace durante cuatro clases, que comenzaban los jueves a partir de las 16.
Durante 2024, Yésica había comenzado a trabajar en un proyecto junto a otras dos compañeras y que, de acuerdo a la planificación inicial, sería el trabajo final con el que completarían el aprendizaje de "Formación para la Vida y el Trabajo".
"El proyecto integraba todas las materias que habían visto durante el año, y consistía en llevar a la práctica un caso que permitiera abordar la inclusión efectiva al trabajo. Las chicas habían preparado un emprendimiento de colines de pelo y debían aplicar los conocimientos en economía, materia prima, búsqueda de proveedores y hasta venta", describe la "profe". Y agrega que la base fundamental del proyecto es que Yésica -y todos sus compañeros- puedan salir con los conocimientos para trabajar de forma independiente.
Entusiasmo
Ninguna adversidad pareciera ser suficiente para tumbar a Yesi. De hecho, la joven siempre encuentra motivación para salir adelante, y también encuentra excusas para mantenerse activa (por fuera de las cuatro horas de gimnasia que tiene en el hospital). ¡Si hasta bajó Duolingo en su celular para retomar el aprendizaje de coreano!
"Me encanta el KPop y la cultura coreana", se sincera Yésica, sonriente. Y su madre devuelve la sonrisa: "¡Todo el día escuchando música coreana!", acota Marilín.
Antes del accidente, Yésica trabajaba en una heladería y cafetería de Alvear, y previamente lo había hecho en un carrito de comida rápida.
"Antes del accidente quería entrar al Ejército, pero los estudios eran caros y no podía pagarlos. También me gustaba Gastronomía, Criminalística y Criminología (en Córdoba), pero siempre la plata era un tema. Y ahora también me está gustando Kinesiología, pero lo cierto es que necesito mover los pies", cuenta Yesi, quien también tiene predilección y facilidad para aprender idiomas.
"Lo que sea que estudie, me va a generar un beneficio si me gusta", piensa en voz alta.
Cómo funciona la Educación Domiciliaria Hospitalaria
Según explica una de las coordinadoras de Educación Domiciliaria Hospitalaria en el nivel secundario, Lorena Cuccurullo, esta modalidad es una de las dos formas en que se puede continuar con el dictado de clases a nivel domiciliario. Por un lado, está la modalidad de Educación Domiciliaria en casa de los estudiantes, y está orientada para quienes mantienen reposo en sus hogares. Mientras que la Hospitalaria es para quienes están atravesando un tratamiento crónico o una internación en algún efector de salud. Ambas modalidades están disponibles para primaria y secundaria.
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Yesi, la estudiante que terminó el secundario en una cama de hospital y confirma que "querer es poder"
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"El objetivo en común es que el o la estudiante pueda completar el ciclo educativo y, en paralelo, continuar con sus terapias", resume Cuccurullo. A nivel secundario, dentro de Educación Hospitalaria, se han atendido 390 estudiantes, de los cuales 20 resultan crónicos (es decir, de forma continua). En tanto, con Educación domiciliaria hay 125 estudiantes.
En el caso de Yésica Gatica y la conmovedora meta alcanzada de haber completado el secundario, jugaron un papel clave, además de la docente María Pacheco, el director del hospital Lencinas, Marcelo Barcenilla, la referente de Salud y fisiatra del hospital Central, Roxana Gutiérrez (quien detectó a Yesi y articuló el trabajo con la modalidad) y todo el equipo del Servicio de Rehabilitación del Lencinas, comandado por Silvana Mercante y que es donde Gatica completa sus terapias y rehabilitación.