Walter Neira: “Si todo sale como hasta ahora, la Vendimia va a ser un éxito”

El director vendimial debutó a fines de los ’80 en Guaymallén y su última participación fue en 2011, cuando se suspendieron las repeticiones por un conflicto con los artistas.

Walter Neira. Fuimos a hablar con el Gobernador para que no suspendieran la fiesta... Nos pidió una propuesta, nosotros se la hicimos y acá estamos.”
Walter Neira. Fuimos a hablar con el Gobernador para que no suspendieran la fiesta... Nos pidió una propuesta, nosotros se la hicimos y acá estamos.”

Después de 10 años, Walter Neira vuelve a ser parte de una Vendimia nacional, dirigiendo uno de los seis micro audiovisuales que darán forma a la Edición Especial Vendimia 2021.

En diálogo con Los Andes, el destacado director repasa su carrera y, con humor y ciertos atisbos de tristeza, algunos de los puntos críticos que debió afrontar.

En esta oportunidad, dirige junto a Guillermo Troncoso, y asegura que la experiencia está siendo muy positiva. Con 62 años, oriundo de Guaymallén, Neira se muestra feliz y con proyectos para este 2021.

-¿Cuándo empezó tu camino en la Vendimia?

-Mi primera fiesta fue en Guaymallén, creo que en el ’89 o el ’90. Hacer la Vendimia de mi departamento fue un honor, pero esa fue la primera y la última que hice (risas). No se dio la oportunidad de volver, que se yo. Viste que en las fiestas  departamentales es un poco jodido el tema, en la mayoría no se hace concurso y llaman ellos a quien le gusta.

-Después dirigiste en otros departamentos...

-Sí, que me acuerde, dirigí en Maipú, también una en Capital en el 2007. Me acuerdo porque fue un desafío: fue la primera que salió de la Plaza Independencia y la hicimos en el Parque Central. También hice una en Santa Rosa.

-Previo a esto, ¿ya dirigías en teatro y actuabas?

-Como actor no alcancé a hacer casi nada. Empecé a dirigir muy joven porque no me gustaba ya el estilo de lo que se hacía en Mendoza. Estudié en Buenos Aires con un maestro polaco que me abrió la cabeza, fue un placer. Me largué a dirigir en el ’83. Si todo sale bien este año voy a reponer esa primera obra que se llama Las tejedoras.

-Estuviste un tiempo sin dirigir teatro, ¿por qué?

-Dejé de hacer mucho tiempo cuando cerramos el teatro Viceversa. En realidad hubo una sucesión de cosas que hicieron que no me sintiera bien. Entre octubre de 2010 y marzo del 2011 se juntaron varias cosas y decidí alejarme algún tiempo. La de 2011 fue la Vendimia fallida, donde hubo un problema con los artistas y se suspendieron las repeticiones. En 2015 armé un grupo y estrenamos una obra que todavía seguimos haciendo, de Eduardo Pavlovsky, que se llama ‘La esfera trágica’ y le hemos agregado otras historias.

-¿Cuáles son los aportes que hiciste vos a la Vendimia?

-A mi me parece que con el gran esfuerzo que hicimos en 2006, con Sergio Embrión, dimos el puntapié inicial de la música en vivo. En 2009 incorporamos la actuación en vivo porque, hasta ese momento, todo se hacía grabado. Me causó impresión, yo me asusté (risas). Es que la primera escena era con el Golondrina (Ruiz) viniendo de la viña del Teatro Griego, corriendo y gritando porque venía la tormenta, parándose en el escenario y clavando la cruz de sal. La gente se quedó en silencio y eso me asustó, creí que no les había gustado, pero cuando vieron que era el Golondrina se pusieron de pie y empezaron a aplaudir.

-Rompiste con el esquema de lo que el público esperaba...

-Tal cual, ese fue mi objetivo desde el 2006, cuando hicimos una Vendimia atípica desde lo audiovisual y recibí muchas críticas. Me pregunté qué falló para que no se entendiera el mensaje, y pensé que una parte fue porque estaba grabado. La gente tenía que escuchar la música, seguir el guion y ver la escena. La próxima hicimos el texto en vivo y fui con una historia fácil. Y así fue, fue muy tradicional y al mismo tiempo distinta a las demás. Uso mucho los recursos del realismo mágico. Ese año había una escena donde el personaje tenía una pesadilla y ahí me descargué y puse todo con la excusa de que era un sueño (risas).

-¿Qué te llevó a volver a dirigir Vendimia?

-Yo lo tomé primero como una obligación, porque con otros directores fuimos a hablar con el Gobernador (Rodolfo Suárez) por el tema de las fuentes de trabajo para que no suspendieran la fiesta. A los artistas nos ha ido muy mal el año pasado, por el tema de la pandemia. Estábamos muy mal. Y él nos pidió una propuesta, nosotros se la hicimos y acá estamos.

-¿Cómo fue esta experiencia?

-Fue muy linda, algo hermoso, muy novedosa. Siempre decía que el teatro y la Vendimia me han tratado bien y que me faltaba hacer cine. ¡Mirame ahora! (risas). El director audiovisual fue Ciro Novelli. Mi cápsula es como si fuera una mini Vendimia en 12 minutos: empieza con la creación del mundo, sigue con una pareja, la familia, la viña y el festejo al final de la cosecha. Fueron casi 200 artistas los que participaron. Pude volver a trabajar con Juanita Vera, a quien quiero mucho; siempre la llamo cuando hago algo mío. Ya he visto el primer corte de nuestro trabajo y me parece maravilloso. El Ciro sabe mucho de cine y nos ha ido bien. Si todo sale así, esto va a ser un éxito.

La anécdota de la Virgen de la Carrodilla

En la Vendimia de 2006 (Tierra Mágica) hubo un malentendido. Le dije a un periodista ‘el tema de la Virgen de la Carrodilla no va’, o sea, quise decir que el tema musical no iba no que no iba a estar la Virgen, pero salió que no la iba a poner en la fiesta. ¡Hasta me llevaron un cura! Al final, metimos como 40 vírgenes en miniatura con distintas procesiones y la principal que ingresó con la Asociación Gaucha. Además, pasamos por una pantalla imágenes de todas las vírgenes que encontré, de todas partes del mundo. Lo hice de bronca, puse como 100 vírgenes, encima importadas (risas).

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