Una de cada tres mujeres jóvenes sufren trastornos alimenticios en Argentina

La cifra “recrudeció” durante la cuarentena debido a la pérdida de contacto con los grupos de pares y la falta de una red social de contención provocada por el aislamiento.

Imagen ilustrativa
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La Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), indicó que una de cada tres adolescentes padece patologías vinculadas a la conducta alimentaria, como la anorexia nerviosa o bulimia nerviosa.

La cifra “recrudeció” durante la cuarentena debido a la pérdida de contacto con los grupos de pares y la falta de una red social de contención provocada por el aislamiento.

La SAP advirtió que si bien no hay datos oficiales “para documentarlo más precisamente”, las encuestas y consultas a especialistas “auto administradas en las escuelas arrojan una prevalencia de desórdenes como la Bulimia Nerviosa (BN) y/o Anorexia Nerviosa (AN) en casi 1 de cada 3 mujeres jóvenes.

Según señaló Télam, estas adolescentes presentan algún grado de desorden previo en su imagen corporal, que se ven reflejadas en las conductas que adoptan en cuanto a la alimentación.

Según Rut Vanesa Mariñas, pediatra especialista en adolescencia, señaló que el aislamiento social, impuesto para reducir los contagios de coronavirus, tuvo en contrapartida, un “aumento considerable en las consultas a especialistas que se ven reflejadas al día de hoy, debido a una serie de factores vinculados con jóvenes y adolescentes especialmente”.

“Son múltiples los factores que llevaron a este incremento en los trastornos, no es sólo por el aislamiento social, sino toda la situación, el temor al futuro, el miedo por la salud propia o de familiares, la situación económica (en el hogar), la falta de proyección, la incertidumbre”, analizó la especialista del Hospital Sor María Ludovica, de La Plata.

La pediatra también explicó que estas consideraciones pueden provocar un “disparo de patologías preexistentes, trastornos de personalidad, de la percepción de su estado físico” y que la escuela, en relación a esto, funciona como “una red de contención, muchas veces el contacto entre pares que se da ahí es un escape de lo que sucede en el hogar ”

La pediatra que integra el Comité de Estudio Permanente del Adolescente (CEPA), especificó que “el aislamiento exacerbó todo, los chicos pasan más tiempo solos, con sus pensamientos, comparándose todo el tiempo con algo que no es real, con imágenes retocadas con photoshop o gente que siempre es feliz”.

“El contacto real es distinto al virtual, cuando ves a alguien te das cuenta de gestos y actitudes sin filtros. En cambio, en la virtualidad, uno ve lo que el otro quiere que veas” y pueden “dispararse distintos trastornos: de la autoestima a fobias, entre otros”, destacó también Mariñas.

No pasa sólo por lo físico, esa “comparación con ese otro”, remarcó la pediatra, sino que, “muchas veces produce mucha frustración también lo material, pensar que nunca vas a ser así de bueno porque no tenés la posibilidad de comprarte tal o cual cosa”, concluyó.

Es importante advertir determinadas conductas que puedan sugerir un trastorno en relación con la alimentación sostuvo la especilista, también destacó que “Los y las adolescentes no viven en un mundo paralelo, la situación económica en los hogares, el miedo a la muerte, o la incertidumbre ante una enfermedad desconocida les afecta como a todos”.

“No compartir las comidas, con una u otra excusa nunca los ves comer, aunque dicen que ya lo hicieron o que se sienten mal, o se lleva la comida a su cuarto porque está haciendo algo que no puede interrumpir”, son uno de los principales cambios en un adolescente con este tipo de desorden alimenticio, advirtió Rut Vanesa.

También destacó que, “lo primero es hablarlo, no desde el lugar de controlador, sino desde un lugar contenedor y de acompañamiento”, esto ante determinadas actitudes que puedan indicar que un niño, niña o adolescente esté padeciendo algún trastorno relacionado con la alimentación.

Es muy importante una consulta “a especialistas, pero de una manera integral”, ya que estas patologías tienen que evaluarse “desde lo físico, lo psicológico y en el contexto social en el que vive el adolescente”, remarcó la Pediatra con 15 años de experiencia.

La Anorexia Nerviosa y Bulimia Nerviosa constituyen las formas más conocidas en la población en cuanto a los trastornos de la conducta alimentaria, definidas clásicamente como una alteración en la forma de alimentarse. Esto impacta en la salud psicosocial y física de las personas, impacta en 4 a 5 mujeres por cada varón.

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