Tres años de Covid: un recorrido desde las profundidades de la pandemia hasta esta convivencia pacífica

Lo vivido desde aquel marzo de 2020 parece por momentos de ciencia ficción: encierro, distancia, miedo, persecución y los viejos amigos ya casi olvidados como la desinfección obsesiva y el barbijo mal puesto. Hoy ya no genera la inquietud de antaño y el Sars Cov-2 vive entre nosotros como cualquier vecino.

Una foto que se volvió casi una ceremonia tras el ingreso de las vacunas para el Covid. Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes
Una foto que se volvió casi una ceremonia tras el ingreso de las vacunas para el Covid. Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes

Parece que fue hace una eternidad e incluso, en retrospectiva, se siente como una película, de la que locamente formamos parte. La pandemia de Covid-19 aterrizó en marzo de 2020 para cambiarlo todo, implicó una revolución inesperada, un cachetazo a lo planeado que nos dejó entre el desconcierto y la estupefacción. Pérdidas y dolores insuperables de quienes vieron arrancados a los seres queridos de sus vidas, esfuerzos impensados de los trabajadores de la salud, incertidumbre, pobreza, solidaridad, desconfianza, persecución y los abrazos que faltaron. Un cóctel verdaderamente difícil de resumir pero del que seguramente todos guardan algo (o demasiado) en su memoria, en el cuerpo, en los espacios vacíos.

“Un concepto que entendí con al pandemia es una frase que circuló mucho en el ámbito médico: “la peste” no solo mata al cuerpo sino que desnuda almas, en todo los sentidos, desde lo más bueno hasta lo más malo”, resumió el doctor Walter Vázquez, director del Hospital Español.

Este martes se cumplen tres años de aquel 21 de marzo de 2020 cuando se anunció el primer caso en Mendoza. Fue un día después de haberse dispuesto el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio en el país.

Hoy, los “nuevos personajes” que se incorporaron a la cotidianidad están quizás olvidados en algún rincón y las conductas aprendidas se fueron dejando de lado con la baja de los casos y la pérdida de temor por la infección que ya no genera tal inquietud.

El barbijo, aquel nuevo mejor amigo, la manía por la desinfección, el alcohol, la lavandina diluida, el amonio cuaternario, el dudoso dióxido de cloro ya no son parte de la rutina.

Barbijos en Mendoza
Barbijos en Mendoza

La cuarentena, las libertades suprimidas, no poder siquiera salir a caminar, los horarios y días para comprar, los permisos para circular, la aplicación Cuidar quedaron en el recuerdo.

También la necesidad de distancia y la ventilación cruzada, que para muchos fueron obsesión, y hasta tantas palabras escritas a la falta de besos y abrazos. Vernos desde la vereda, a través de vidrios, las despedidas que no fueron, el temor al colapso del sistema de salud, el tiempo de números y estadísticas al punto de ser agobiantes, hoy son historia y de a poco fueron desapareciendo los informes robustos y cotidianos.

Los momentos más difíciles

Elegir los momentos difíciles se les hace complicado a quienes fueron protagonistas, inmersos en esa batalla a ciegas. Pero hay acuerdo en señalar a la olvidable segunda ola: su pico se presentó en Mendoza en mayo de 2021 y fue el momento más crítico, aseguran. Sin dudas, en el inicio el desconocimiento, la escasez de recursos y la incertidumbre fueron un enorme desafío y la aplicación de las vacunas era incipiente y por grupos.

La segunda ola fue la más difícil de afrontar, tenía más agresividad aunque menos contagio que la tercera, con delta la tasa de mortalidad fue más alta, con la circulación de esta variante es donde observamos los casos más extraños de personas que no estaban dentro de los casos con factores de riesgo que desarrollaban cuadros graves”, recordó la Ministra de Salud, Ana María Nadal.

Luego, la letalidad de la variante ómicron (que llegó después de delta) fue menor, con abruptos picos de contagios pero con cuadros más leves.

Lo peor de la pandemia fue todo, la pandemia en sí misma, algo que no hubiéramos imaginado nunca jamás, pero si tuviera que elegir, fue enfrentarnos a una enfermedad que no conocíamos, que nos ganaba en el tiempo y que todos los actores involucrados en la atención de los pacientes pudiéramos hacerlo lo mejor posible”, consideró Cecilia Solchaga, jefa de Clínica Médica del Hospital Español.

Mendoza 29 de setiembre  de 2020 Sociedad

Desinfectan el transporte publico de pasajeros, para combatir el virus Covid 19.
En las paradas de micro, personal de salud coloca Amonio cuaternario para desinfectar
Mendoza 29 de setiembre de 2020 Sociedad Desinfectan el transporte publico de pasajeros, para combatir el virus Covid 19. En las paradas de micro, personal de salud coloca Amonio cuaternario para desinfectar

Luego continuó indagando en los recuerdos: “El momento más crítico que fue la segunda ola, cuando nos vimos más de una vez superados en la capacidad de atención, no teníamos problema de trabajar muchas horas pero estuvimos superados en los recursos que teníamos para asistir a los pacientes, con una enfermedad que desconocíamos y que no tenía un tratamiento específicos, vimos morir mucha gente joven sin factores de riesgo”.

Para Vázquez, “el momento más crítico fue cuando se dimensionó la palabra pandemia, nadie vivió una así, no estaba en los libros, hicimos experiencia sobre algo que no nos podían enseñar y ahí el recurso humano fue lo más importante”.

Las consecuencias sobre la salud mental se ponían en evidencia: “Hubo gente con mucho miedo y angustia (...) muchas familias que quedaron rotas por este virus que no sabemos bien de donde vino y esperemos que no vaya mucho más lejos que esto”.

Las vacunas

“Otro hito importante fue gestionar una pandemia sin vacunas hasta menos de un año luego del inicio, fue una situación muy dura porque era difícil ver la salida del túnel de la pandemia sin vacunas”, comentó Nadal. Y remarcó lo ya dicho tantas veces: la campaña de vacunación fue histórica. Es a ella que atribuyen la baja en los contagios pero no se pueden olvidar los inicios: que cuándo llega, que los grupos, que esta marca sí y lo otra no me gusta y a Iris Aguilar, jefa de Inmunizaciones de la provincia repitiendo hasta el cansancio: “La mejor vacuna es la que me toca”.

Que no arreglaron con Pfizer, que luego sí, que te inocularon imanes y hasta un chip y los discursos antivacunas. La Sputnik 2 que “dejó pagando” a varios porque no llegaba y después, vino el tiempo de que cualquiera da lo mismo.

Cómo olvidar el vacunatorio VIP, la lista de visitantes a la casa Rosada en plena cuarentena y el tan mentado cumpleaños de Fabiola, la primera dama prediencial, que cada tanto vuelven a sacarse a relucir.

La cuestión política nunca estuvo al margen y Mendoza y la Casa Rosada se encontraban muchas veces en veredas contrapuestas. Nadal reconoció que no fue nada fácil posicionarse diferente de Nación.

Al principio no se sabía cómo hacer el diagnóstico, luego aparecieron los PCR, pero todo centralizado en Nación, luego se armó la red de laboratorios en Mendoza hasta que llegaron las vedettes: el test rápido y el autotest. Hoy, la gente ya casi no se testea.

“Luego fuimos aprendiendo y se fue transformando en un virus menos contagioso y menos grave, fue aumentando la tasa de contagio pero ya había cómo gestionarse”, señaló la funcionaria.

Lo irreparable: persecución y violencia

La situación desnudó la cara paranoica, controladora y hasta violenta de muchos sectores de la sociedad. Por violacion del aislamiento se podían hacer denuncias y los vecinos y conocidos discriminaban a los primeros contagiados. Incluso la prensa hacía toda una búsqueda del perfil de cada nuevo contagiado para contar quién era, qué hizo, con quién estuvo. Cómo olvidar el memorable caso 98, del que se hicieron verdaderos mapas para dilucidar la red de contactos contagiados.

Los puestos policiales en las calles dieron para situaciones verdaderamente cuestionables: se llegó a límites de abuso de autoridad insospechados en democracia, muchas veces se trató a la gente como delincuente por salir cuando no le correspondía, hubo multados, golpeados, detenidos y hasta muertos en comisarías. Dos casos quedaron como la máxima expresión de la violencia ejercida: En Córdoba Solange, de 35 años, moría sola a manos del cáncer, sin poder dar el último abrazo a su papá que intentó hasta lo imposible por ingresar a la provincia sin que se lo permitieran.

Abigail en brazos de su papá en Santiago del Estero porque no los dejaban pasar con el auto por la ruta debido a las restricciones por el Covid. La niña de 12 años regresaba a su casa tras recibir atención médica porque padecía cancer.
Abigail en brazos de su papá en Santiago del Estero porque no los dejaban pasar con el auto por la ruta debido a las restricciones por el Covid. La niña de 12 años regresaba a su casa tras recibir atención médica porque padecía cancer.

La imagen de Abigail, de 12 años y con cáncer, llevada en brazos por su papá en la ruta entre Tucumán y Santiago del Estero porque la policía no lo dejaba pasar en auto, quedará grabada como otro emblema de lo que nunca debería haber sido.

Imposible resumir, pero no se puede dejar de mencionar el tema de la información, de la “sobre”, la infodemia, las fake news. Tampoco las nuevas palabras que se hicieron cotidianas, los picos, las variantes, la digitalidad que aprovechó la coyuntura cansada de tanto esperar, sobre todo para entrar a la escuela. El impacto en la salud, sobre todo mental y los efectos secundarios, que aparecían nuevos cada dos por tres. Y por supuesto, la prometida “nueva normalidad” que parecía inalcanzable.

Tiempos mejores

Pero acá estamos, casi lo hemos superado o al menos nos acostumbramos, aprendimos, nos adaptamos y ahora convivimos con el virus Sars Cov-2.

Hoy el escenario es muy distinto. La tercera ola, con pico en enero de 2022, superó ampliamente la cantidad de infecciones notificadas durante la primera y la segunda juntas. Más aún, las duplicó. Los confirmados de la semana 2 de ese año fueron 29.572, hoy algo tan lejano: la última semana en Mendoza hubo 22 notificaciones y hay varias semanas sin fallecidos.

A fines de 2021 la gente empezó a dejar de usar el barbijo
Foto: José Gutierrez / Los Andes
A fines de 2021 la gente empezó a dejar de usar el barbijo Foto: José Gutierrez / Los Andes

El 11 de marzo de 2020 la Organización Mundial de la Salud (OMS) había declarado que la situación ya podía calificarse como pandemia y aun no la saca de esa categoría. Sin embargo, las autoridades sanitarias de Mendoza hace rato sostienen que esto ya es una endemia y el jueves, la OMS sostuvo que este año, el Covid estaría a nivel de una gripe y habrá dejado de considerarse emergencia sanitaria. Estamos más cerca.

Solchaga explicó que sin embargo en el sistema de salud siguen en alerta. “Estamos manejando protocolos similares a los del principio, ante una infección respiratoria aguda de causa no aclarada o neumonía estamos en alerta ante la presencia del Covid, no bajamos la guardia, debemos proteger al paciente que no tiene Covid y protegernos nosotros también”.

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