La nena de Tupungato que con 5 años no soporta más el bullying: “Me dicen chancha”

La nena vive en Tupungato y el jueves pasado sufrió una grave crisis debido a las burlas de sus compañeros.

"Me dicen chancha. Estoy harta". Tiene solo 6 años.
"Me dicen chancha. Estoy harta". Tiene solo 6 años.

“Los niños son muy crueles”, se suele escuchar en conversaciones de adultos como desentendiéndose de los comportamientos de sus propios hijos y desligando cualquier responsabilidad a alguna especie de “entidad suprema” que, claro, incluye el ámbito escolar.

El bullying es un problema serio, casi una pandemia, que afecta a muchas sociedades del mundo. La Argentina no es la excepción, la “picardía criolla” o “la audaz ironía” con las que muchos intentan describir la esencia del nacido en estas latitudes sureñas suelen convivir en un límite muy difuso con la burla, el maltrato y el desprecio.

El caso de una nena mendocina de 5 años es la muestra más cruel de los efectos del bullying. En su corta vida, y más aún más corta vida escolar, asegura que ya está cansada. Las burlas la agobiaron. No puede pensar en jugar en los recreos porque en su cabeza resuenan los constantes maltratos.

“No quiero ir más a la escuela. Me dicen gorda”, confiesa llorando ante la cámara de su tía, que vive en Tupungato, que decidió filmar la desgarradora confesión de su sobrina para que algo cambie.

“Me tratan de gorda chancha, estoy cansada. Me tienen harta”, repite la nena, que solo tiene 6 años, que lleva 2 dentro del sistema educativo, pero ya le bastó para enfrentar la “crueldad” de sus compañeros.

“Mi Dios!, ¿qué está pasando?. No lo quería hacer público, pero basta. Ella es mi sobrina y recibe bullying todos los días en la escuela. tan sólo tiene 6 añitos !!basta de bullying. Los niños también sufren. Pónganse todos en el lugar del otro”, escribió desesperada en su Facebook Mariela Paz, tía de la nena.

La publicación generó un impacto tremendo en las redes. El posteo de Mariela Paz fue compartido más de 17 mil veces. Más allá de estos fríos números, la intención del posteo es que su sobrina recupere la alegría con la que la nena solía ir a su escuela a jugar y aprender. No, ha recibir insultos.

El drama de Agustina por el bullying

Agustina cumplirá los 6 años el próximo 9 de mayo. Va al primer grado de la escuela Lindor Castillo, en La Arboleda, Tupungato. Es la menor de 4 hermanos y el jueves pasado llegó a un límite preocupante. La nena regresó de la escuela y su templanza dijo “basta”. Agus tiró la mochila, se acostó junto a su mamá y comenzó a llorar por horas.

La crisis que sufrió Agus llegó a tal nivel que sus padres decidieron llevarla al hospital. Los profesionales recomendaron suministrarle un “calmante” para que lograra encontrar un alivio efímero. Pero finalmente volvió a encontrar en su interior algo de calma y regresó tranquila a su lugar seguro: su casa.

“Ella sufre bullying desde jardín”, aseguró a este diario Verónica, mamá de la nena. “No es una situación nueva, mi marido ya fue a hablar a la escuela. Pero la semana pasada volvió a llegar a casa destrozada. Grita que no quiere ir más a la escuela”.

Verónica asegura que no sabe bien qué hacer, por lo que decidió filmar el llanto de su hija y le envió los videos a su hermana. Esas grabaciones llegaron a las redes y se viralizaron. “La maestra de Agus se ha portado bien, intenta contener la situación pero es difícil. Son 4 los niños que le hacen bullying, ya sabemos quiénes son pero yo no quiero generar más conflicto con los padres”, sentenció Verónica.

Tras la grave crisis del jueves pasado, los compañeros de la nena le prepararon para el lunes una amistosa bienvenida con la intención de que la nena recupera el entusiasmo por estudiar, y jugar. “Ella no quería ir pero finalmente aceptó y fue. Los chicos le habían preparado carteles y habían llevado juguetes. Al final todos la abrazaron”, relató la mujer.

Ese abrazo, según contó Verónica, no generó en la nena el efecto deseado. Por el contrario le provocó rechazo. Como ella misma dice en medio de las lagrimas, está “harta”. Si bien son pocos los acosadores, la pequeña recibe como negativo todo lo que venga desde sus compañeros.

“Ahora me citaron de urgencia en la escuela a una reunión con la directora y la maestra. Esperemos que por fin se termine el acoso hacia mi hija”, dijo esperanzada Verónica mientras se preparaba para ir a la escuela.

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