Hace dos meses el Gobierno provincial oficializó la incorporación de 12 ambulancias nuevas para el Servicio de Emergencias Coordinado. En el acto se indicó que “se suman” a las 22 que estaban en la calle, en todo el territorio provincial. Pero, desde adentro, sostuvieron que, en realidad, esos 12 móviles vinieron a reemplazar a los que ya estaban “en estado deplorable”.
Pero si el territorio requiere más ambulancias, no es el principal problema para el sistema de emergencias provincial. El primero es que faltan médicos y choferes para ese servicio. Son pocos los que quieren trabajar en el SEC. No se pagan buenos sueldos y son muy maltratados.
Para esta nota no se consiguió una voz oficial. María Inés Valencia, que durante 12 años fue directora del SEC y que hace dos meses había sido distinguida por la vicegobernadora, Hebe Casado, y el ministro de Salud, Rodolfo Montero, por su trayectoria, respondió que “ya no estoy a cargo del SEC. Debería hablar con las nuevas autoridades”.
Después de algunas averiguaciones, resultó ser que no hay una “nueva autoridad”, sino tres profesionales que cumplen la función de “encargados” o “coordinadores”, según se dijo. Son Matías Donati, Gabriel Mengual y Lucas Mariani, todos integrantes del SEC desde hace tiempo y que ahora tienen esta función compartida y también difusa, a juzgar por el hecho de que ninguno respondió a las consultas realizadas por este medio, seguramente porque formalmente no están autorizados a dar respuestas oficiales.
Desde hace tiempo hay quejas hacia el Coordinado por las supuestas demoras en asistir a las emergencias. Más allá de considerar que, ante la existencia de una emergencia, cualquier demora parece mucha, internamente se reconoce que esas demoras existen debido a la gran cantidad de emergencias en comparación con la cantidad de móviles y personal.
Si bien el 12 de agosto pasado se presentaron 12 nuevas y modernas unidades, la mayoría reemplaza unidades existentes que “están en estado deplorable”.
La cantidad de móviles en la calle no ha variado mucho y tampoco el número de bases, desde hace 20 años a la fecha, pese a que es muy evidente el aumento de población y accidentología.
Pese a todo, el SEC es el que más y mejores respuestas da. “Los privados no concurren. El servicio público de emergencias es el que, tarde, lento o como sea, termina salvando las papas. Las ambulancias privadas no concurren a accidentes, salvo que sean convocados especialmente en una situación crítica, con muchos heridos. “Sin dudas falta ambulancias en el Coordinado”, dicen desde adentro.
Pero también es cierto que la falta de móviles no es lo más grave. Muchas veces los médicos solo pueden quedarse cumpliendo horario en las bases, porque no hay choferes para las ambulancias. “Un chofer nuevo cobra unos $700 mil, contra más de un millón que cobra un chofer en el sector privado”, advierten.
Pero también faltan médicos. “Los chicos jóvenes son contratados, trabajan un tiempo y se van. No aguantan. Se paga mal y el chofer y el médico de una ambulancia son muy mal tratados en todas partes, desde el lugar donde sucede la emergencia, las guardias de los hospitales y también dentro del mismo sistema”.
Advierten que “hay muy poca gente trabajando. Con los pocos que son en toda la provincia, se arma la guardia del día y casi siempre quedan sectores descubiertos”.
A las 22 ambulancias del SEC que hay en toda la Provincia, hay que sumarle de apoyo las ambulancias de los hospitales, pero esas están dedicadas a traslados especialmente, no suelen ir a las emergencias salvo situaciones excepcionales. Además, solo tienen choferes. No tienen médicos asignados.
Por esta falta de ambulancias, se establecen prioridades. A los accidentes casi siempre llega primero la policía. Por radio o teléfono, desde el 911 se les hace un interrogatorio el policía que está en el lugar para que informe la cantidad de heridos, que estime (a simple vista, sin revisión médica) la gravedad de los heridos y, a partir de allí, ver a qué emergencia corresponde desplazar a la ambulancia primero.
Ocurre que “por cada ambulancia que se desplaza a una emergencia, queda inevitablemente una zona enorme totalmente descubierta” y, como un ajedrez, hay que hacer movimientos precisos.
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Servicio de Emergencias Coordinado: Las ambulancias son pocas, pero son menos los choferes y los médicos
Los planes del Gobierno
El gobierno provincial anunció un plan de trabajo 2024-2030, que apunta a mejorar la calidad de atención, optimizar los tiempos de respuesta y aumentar la eficiencia en la gestión de recursos.
El 12 de agosto se incorporaron 12 ambulancias de alta complejidad totalmente equipadas, además de anunciar una reestructuración del Servicio de Emergencias Coordinado (SEC).
Según se informó, las nuevas unidades cuentan con respiradores a turbina, videolaringoscopios, electrocardiógrafos, equipos de trauma, botiquines completos, cardiodesfibriladores, oxígeno central, camillas para pacientes de hasta 250 kg, sensores de vientos laterales y un kit completo de atención prehospitalaria para adultos y pediátricos.
Un detalle fue que las nuevas ambulancias ya no son blancas, sino de colores fuertes, para “facilitar la identificación tanto en tierra como desde el aire”, se informó.
Las ambulancias tienen un innovador sistema de seguridad que frenan cuando detectan un objeto que interrumpe su trayectoria. Esto se produce tanto cuando avanza el vehículo como cuando lo hace en reversa.
El gobernador Alfredo Cornejo reconoció en ese acto que la exigencia del trabajo del personal del Servicio Coordinado de Emergencias, “es muy estresante para el personal, y el pueblo de Mendoza les debe un reconocimiento. Más de una vez deben soportar que las personas a las que asisten o sus familias los insulten por llegar tres minutos más tarde”.
Sobre los móviles, el gobernador dijo que “tenemos 115 ambulancias en la provincia, un estándar bastante alto para el país. Lo que necesitamos es que estén georreferenciadas y se muevan con agilidad donde las necesitemos. Estas 12 que se suman hoy a las 22 del sistema coordinado”, dijo, aunque en realidad la mayoría reemplaza a algunas que ya no están en condiciones o deben ser sometidas a reparaciones de fondo.
Con respecto a los ingresos de los trabajadores del sistema, Cornejo reconoció las limitaciones salariales que atraviesan. “No estamos en salarios óptimos, y lo reconozco. Pero si no crece la economía nacional, es muy difícil mejorar esos ingresos. Aun así, no hemos dejado de invertir en los servicios esenciales del Estado”, apuntó.