San Martín y el origen de la historia de los siete granaderos que custodian su cuerpo: ¿mito o realidad?

El 17 de agosto de 1850, José de San Martín fallecía auto exiliado en Francia. Sus restos fueron repatriados en 1880.

Todas las mañanas, siete granaderos marchan desde la Casa Rosada hacia la Catedral de Buenos Aires y dos de ellos se quedan montando guardia en el mausoleo de San martín. cada dos horas, la guardia cambia. Hay versiones que sostienen que se debe a 7 granaderos que participaron de batallas con San Martín y en 1850 escoltaron sus restos cuando regresaron al país.
Todas las mañanas, siete granaderos marchan desde la Casa Rosada hacia la Catedral de Buenos Aires y dos de ellos se quedan montando guardia en el mausoleo de San martín. cada dos horas, la guardia cambia. Hay versiones que sostienen que se debe a 7 granaderos que participaron de batallas con San Martín y en 1850 escoltaron sus restos cuando regresaron al país.

Aunque el feriado se trasladó a ayer, lunes 16 y con fines meramente turísticos y de esparcimiento, es este martes 17 de agosto la fecha en que se conmemora el paso a la inmortalidad del General José de San Martín y se recuerda su gesta y el legado que dejó a la Patria. No por nada la historia misma lo ha condecorado con el mote “Padre de la Patria”. El 17 de agosto de 1850, en su residencia de Boulogne Sur Mer (Francia), Don José de San Martín fallecía en el “ostracismo voluntario”, alejado de la vida y realidad política de Argentina.

Los restos del libertador recién llegaron a Buenos Aires en mayo de 1880, a bordo del buque de transporte a vapor Villarino que estaba cumpliendo precisamente su viaje inaugural en ese momento. “Desearía que mi corazón fuese depositado en Buenos Aires”, había especificado en una de las cláusulas de su testamento quien comandara las gestas libertadoras de Argentina, Chile y Perú. Por lo que el arribo de su cuerpo al país fue en cumplimiento de uno de sus últimos deseos.

Y, una de las tantas versiones que se han replicado y han sido sostenida por distintos historiadores resalta un dato de color tan emotivo como poco claro: los restos de San Martín fueron recibido durante su regreso y escoltado por los únicos siete granaderos que quedaban con vida de todos los que habían participado de la cruzada independentista. Siempre de acuerdo a esta versión, los hombres (que ya eran ancianos y deberían haber rondado los 80 años) se vistieron con sus uniformes oficiales y acompañaron a San Martín hasta el lugar donde fueron dispuestos sus restos -y donde se mantienen en la actualidad-: la Catedral Metropolitana (en la Ciudad de Buenos Aires).

30 años después de su muerte, en 1880, los restos de San Martín fueron repatriados desde Francia.
30 años después de su muerte, en 1880, los restos de San Martín fueron repatriados desde Francia.

Sin embargo, no existen registros históricos contundentes de esta conmovedora y llamativa postal, y se trata de una historia que no ha tenido la difusión que otros tantos momentos históricos en la vida del Libertador. Y esto mismo es lo que lleva a dudar de su veracidad. La historia de los siete granaderos que acompañaron a San Martín en su último viaje hacia su mausoleo, ¿es un mito o una realidad?.

Pido para esas almas que las bendiga Nuestro Señor

La campaña libertadora del Ejército de los Andes -que tuvo su punto de partida en Mendoza y San Juan con el Cruce de la Cordillera de los Andes- comenzó en enero de 1817 y tuvo al Regimiento de Granaderos a Caballos como protagonistas principales y excluyentes. Cinco años antes, el 16 de marzo de 1812, el propio San Martín había dispuesto la constitución del Regimiento. Por aquel entonces, San Martín se desempeñaba como teniente coronel de caballería y la creación de este cuerpo respondía a una realidad percibida por el propio nacido en Yapeyú: el difícil estado que imperaba en la organización militar de las Provincias Unidas del Río de la Plata, que se habían alzado en armas contra el Ejército Realista luego de la Revolución de Mayo de 1810.

Una vez culminada la campaña sanmartiniana -que para el argentino llegó a su fin abruptamente luego de la entrevista entre Don José y Simón Bolívar en julio de 1822, en Guayaquil-, San Martín y el Ejército de los Andes regresaron al país. En diciembre 1823, San Martín regresó a Buenos Aires, mientras que unos meses después partió a Europa para su exilio (febrero de 1824). Su enemistad con Bernardino Rivadavia (ministro de Gobierno de la Provincia de Buenos Aires en aquel momento) le impidió instalarse en la vida política argentina.

El Regimiento de Granaderos a Caballos fue creado por el propio San martín en 1812. Participaron de la Gesta Libertadora de Argentina, Chile y Perú.
El Regimiento de Granaderos a Caballos fue creado por el propio San martín en 1812. Participaron de la Gesta Libertadora de Argentina, Chile y Perú.

Los últimos 78 hombres sanmartinianos quedaban de la cruzada independentista, en tanto, llegaron a Mendoza en 1826 desde Chile y en una caravana de 23 carretas. Y más allá de su gesta y su aporte a la Patria, su regreso a Argentina pasó absolutamente desapercibido cuando finalmente posaron sus pies en Buenos Aires. No hubo un recibimiento especial ni nada para ellos, y -luego de una década afuera de su patria y lejos de sus familias- fueron repartidos a su regreso en distintas reparticiones del Ejército.

Incluso, el regreso desde Chile a Buenos Aires -con escala en Mendoza- fue costeado por un generoso vecino trasandino, puesto que tenían sueldos atrasados y -literalmente- regresaban con lo puesto. Entre ellos había siete granaderos: el coronel Félix Bogado, Paulino Rojas, Francisco Olmos, Segundo Patricio Gómez, Dámaso Rosales, Francisco Varga y Miguel Chepoya. Los siete habían sido parte del regimiento desde el combate de San Lorenzo, en 1813.

San Martín transportado a Cauquenes por una compañía de 60 granaderos. Óleo de Fidel Roig Matóns.
San Martín transportado a Cauquenes por una compañía de 60 granaderos. Óleo de Fidel Roig Matóns.

Este destrato e indiferencia por parte de Rivadavia concluiría en un desenlace aún más triste para el Cuerpo de Granaderos a Caballo: ese mismo año, 1826, Bernardino Rivadavia -flamante presidente- dispuso disolver el cuerpo como tal.

Los siete custodios

A fines de mayo de 1880, los restos de San Martín volvieron a tocar suelo argentino, tal y como había sido una de sus últimas voluntades. Y es aquí donde entran en escena (o habrían entrado en escena, de acuerdo a algunas versiones) los siete granaderos heroicos e incondicionales. De acuerdo a esta reconstrucción, siete viejos granaderos -vistiendo sus gastados uniformes oficiales- se sumaron a la llamativa escolta del cuerpo del Libertador hasta la Catedral y lo hicieron sin haber sido convocados por nadie.

Esta misma versión resalta que, impávidos, los siete granaderos permanecieron custodiando el mausoleo de San Martín hasta la mañana siguiente, cuando -también sin decir ni una sola palabra- se retiraron de la misma manera en que habían irrumpido en la escena.

Luego de la disolución dispuesta por Rivadavia, fue Julio Argentino Roca (en 1903 y durante su segunda presidencia) quien recreó el regimiento, mientras que Figueroa Alcorta en 1907 los designó como responsables de la escolta presidencial.

¿Mito o realidad?

A juzgar por las edades que los siete granaderos tenían al momento de participar de la Gesta Libertadora -deberían haber promediado entre los 20 y los 30 años-, el día en que el cuerpo de San Martín regresó a Buenos Aires y fue escoltado hasta la Catedral, los siete granaderos heroicos que -se dice- acompañaron los restos del Libertador y lo resguardaron durante la primera noche deberían haber estado cerca de los 80 años.

Esta postal de los siete octogenarios vestidos con sus pintorescos y gastados uniformes de granaderos hubiese sido por demás llamativa, tanto para quienes participaron como espectadores del traslado de los restos de San Martín como para la prensa de la época. El detalle es que en ninguna crónica periodística de los diarios de la época se deja constancia de los siete granaderos.

El Regimiento de Granaderos a Caballos en el Campo Histórico de El Plumerillo (Las Heras).
El Regimiento de Granaderos a Caballos en el Campo Histórico de El Plumerillo (Las Heras).

Consultado por La Nación, en marzo de 2018 el historiador Daniel Balmaceda resaltó que la historia de los siete granaderos que habían combatido con San Martín y luego escoltaron sus restos hasta la Catedral pudo ser parte de una confusión justamente con esos siete granaderos que habían regresado a Buenos Aires en 1826 en el grupo de 78 hombres que pasaron por Mendoza y fueron recibidos sin penas ni gloria. “Había siete que eran granaderos y habían salido de Buenos Aires en 1814. Participaron en toda la campaña libertadora. Uno de ellos era Félix Bogado, que había sido uno de los prisioneros de los realistas cuando San Martín los enfrentó en San Lorenzo. Él era parte del ejército de Granaderos, pero murió en 1829. Por eso descartamos también esta posibilidad”, destacó Balmaceda a La Nación, dejando en claro que él no podría haber estado en 1850 y entre estos siete anónimos granaderos.

Ya sea un mito o una realidad la historia de los siete granaderos que escoltaron los restos de San Martín tras su repatriación, lo cierto es que cada mañana -en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en la manzana que circunda a la Plaza de Mayo- puede verse a siete granaderos que marchan desde la Casa Rosada hasta la Catedral. De ellos, dos se quedan montando guardia en la entrada al mausoleo de San Martín, mientras que cada dos horas regresan los otros cinco a ese punto para concretar un cambio de guardia. Cuando el día llega a su fin, con una marcha silenciosa e inmutable, los siete granaderos regresan a la Casa Rosada.

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