Desde General Alvear al podio global de la ingeniería aeroespacial. De desarmar cuanto equipo electrónico encontraba en su casa -siendo aún un niño- a consagrarse campeón mundial en la CanSat Competition junto a su equipo. El joven mendocino Juan Agustín Martínez Haarth (23) y sus compañeros -todos argentinos- hicieron historia tras ser los máximos ganadores en esta exigente competencia internacional que consiste en armar un satélite a escala -del tamaño de una lata de gaseosa-, replicando el diseño, armado y lanzamiento del dispositivo.
"Desde chiquitito siempre ha sido muy inquieto y tenido curiosidades, desarmaba y volvía a armar los equipos en casa y siempre estaba leyendo las revistas 'Muy Interesante' y cualquier cosa vinculada a los dinosaurios", describe, orgullosa, su madre Flavia Haarth a Los Andes.
El mendocino Agustín Martínez Haarth, campeón en el mundial de ingeniería organizado por la NASA. En la foto, todo el equipo argentino del ITBA.
El mendocino Agustín Martínez Haarth, campeón en el mundial de ingeniería organizado por la NASA. En la foto, todo el equipo argentino del ITBA.
Gentileza
Y agrega que Alvear es una fiesta ante este logro. Porque, además, Agustín cumplió 23 años este domingo, 8 de junio. "Es una alegría enorme, los chicos están entre emocionados y que no lo pueden creer. ¡Agus ya nos dijo que tiene el teléfono explotado, entre los mensajes de cumple y el haber ganado la CanSat!", agrega, siempre feliz, Flavia.
Qué es la "Competencia Mundial de Satélites" respaldada por la NASA y que ganó un mendocino
La CanSat Competition es un certamen tecnológico y científfco internacional, impulsado por la American Astronautical Society (AAS) y respaldada por la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA en inglés), Lockheed Martin, Siemens y el U.S. Naval Research Laboratory, entre otras instituciones de primer nivel.
El alvearense Agustín Martínez Haarth, Santiago y Ezequiel Bolzicco, Micaela Perillo, Daniela Maradei, Thomas Marthi, Agustín Pilotto, Rafael Dalzotto, Santino Agosti y Emanuel Albornoz son los diez argentinos que ganaron la competencia. Todos son representaron al país como parte del grupo del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), donde actualmente el alvearense cursa la carrera de Bioingeniería.
La competencia, cuya instancia final se desarrolló en Estados Unidos, simuló misiones aeroespaciales reales a escala reducida y convocó a estudiantes de todo el mundo a diseñar, construir y lanzar pequeños satélites del tamaño de una lata (de allí el nombre CanSat). Lo hacen tomando las bases de la ingeniería.
"Los chicos empezaron a trabajar en el proyecto en el verano, hace como 7 meses. Una vez que quedó conformado el equipo, defendieron su proyecto online con los jueces en Estados Unidos y en una primera instancia de la que participaron cerca de 200 equipos de instituciones de todo el mundo. De ahí pasaron a la final 40 de ellos, y, en la clasificación, el equipo del ITBA quedó segundo junto con los equipos de otros 4 países a nivel internacional. Y ahora se consagraron campeones". agrega la madre del alvearense.
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Quién es el mendocino que salió campeón en el mundial de ingeniería aeroespacial de la NASA. Foto: gentileza
Los jóvenes argentinos viajaron a Estados Unidos el martes 3 de junio por la noche. Llegaron el miércoles 4 a Virginia y allí permanecieron el 5, 6 7 y 8 de junio participando de las distintas instancias. Llevaban consigo el satélite desarmado y allí lo armaron para participar de las distintas pruebas.
"El sábado 7 lanzaron el satélite dentro de un cohete. El objetivo era tomar distintas mediciones, y usaron la telemetría para hacerlo. Al llegar a los 1.200 metros de altura, se tenía que abrir y caer en una especie de paracaídas. Mientras tanto iba tomando fotografías, mediciones y debía hacer el descenso ordenado hasta llegar sano a la tierra. Eran más de 80 requisitos que tenían que cumplir, y todos evaluados por los jueces", explica Flavia.
El desafío para los estudiantes que participan de la CanSat es crear una carga útil (payload) para desarrollar experimentos. Por medio de esta competencia, que se celebra anualmente, cada equipo universitario diseña, construye y lanza un satélite enlatado que simula las funciones de un satélite real, dentro del volumen y la forma de una lata de refresco.
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Quién es el mendocino que salió campeón en el mundial de ingeniería aeroespacial de la NASA. Foto: Gentileza
En cuanto al objetivo de la competencia, apunta a fomentar la innovación tecnológica y la educación espacial entre los estudiantes, desarrollando sus habilidades en áreas como ingeniería, diseño, programación y ciencia espacial.
Trayectoria destacada
El nuevo reconocimiento internacional para el mendocino no es una casualidad, sino la consolidación de una trayectoria académica sobresaliente.
Es que Agustín Martínez Haarth fue Medalla de Oro en los niveles I y II de la Olimpíada Argentina de Biología, representando a la Escuela de Agricultura de la Universidad Nacional de Cuyo, en General Alvear. También había logrado el primer puesto en la Olimpíada Argentina de Tecnología, competencia que le abrió las puertas para continuar sus estudios en el ITBA.
"Gracias a esta Olimpíada de Tecnología, de la que participó estando en la secundaria, Agus está becado 100% en la carrera de Bioingeniería en el ITBA. Si no, sería bastante salada", confiesa la mamá del joven prodigio.
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Quién es el mendocino que salió campeón en el mundial de ingeniería aeroespacial de la NASA. Foto: Gentileza
Agustín está en cuarto año y lleva al día la carrera, tanto que -de no mediar inconvenientes- a fines del año próximo estaría recibiéndose. Salvo el primer año, que lo cursó de forma remota en medio de la pandemia de Covid-19, el resto del cursado ha sido presencial, por lo que el joven alvearense se ha mudado a Buenos Aires.
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Quién es el mendocino que salió campeón en el mundial de ingeniería aeroespacial de la NASA. Foto: Gentileza
Siempre atento a los detalles, Agus es una persona con facilidad para generar vínculos, por lo que permanentemente está rodeado de amigos y con actitud proactiva. Esto ayudó a que, pese a estar en un sitio ajeno ni bien se mudó, no tardara en armar su grupo de pertenencia y acomodarse.
"Siempre ha sido una persona curiosa y con pasión por la ciencia y la tecnología. Y ahora, con esto de haber ganado la CanSat, a los chicos se les abren un montón de puertas a futuro. No hay un premio económico, pero ellos fueron a participar por el honor y por el prestigio que otorga obtener este premio a nivel académico", describe Flavia Haarth. Y resalta que, detrás de este triunfo, se combinan la pasión por la ciencia, el trabajo sostenido, el talento colectivo y el impulso de la educación pública.