7 de noviembre de 2025 - 13:26

Preocupante: advierten que los excrementos en la cordillera ponen en riesgo un área natural protegida

“El Cajón de Arenales amenazado por tu excremento”. Así se llama la campaña ambientalista que apunta a proteger un ícono de la Cordillera de los Andes.

Con un titulo por demás contundente, el Club Andino San Carlos y la Fundación Piedra Libre lanzan una campaña para generar conciencia sobre los deshechos en zona de la Cordillera. El carrusel difundido en redes explica por qué es importante apoyar el proyecto.

Tunuyán. Distrito Los Chacayes, centro del Manzano Histórico. Hay que seguir hacia el oeste unos 14 kilómetros y, antes de cruzar el puente, se puede leer un cartel al costado del camino. “Bienvenidos al Cajón de los Arenales”, donde -además- se advierte que se está a 2.790 msnm.

Cajon de arenales
Ingreso al Cajón de los Arenales, zona administrada por la Fundación Piedra Libre.

Ingreso al Cajón de los Arenales, zona administrada por la Fundación Piedra Libre.

La teoría describe un cajón compuesto por inmensas paredes, torres y agujas de granito rosa que van desde los 15 hasta los 500 mts de altura. La práctica delimita un sendero delineado por altísimas paredes de piedra que miran al cielo.

Al poco andar aparece el refugio. El terreno cambia: del paisaje de arroyito con vegas a grandes piedras que exigen entrenamiento al paso. Quien camina por el lugar tiene la vista fija en no resbalar y sigue las marcas del sendero, como si fueran migas de pan que llevan a destino. En un descuido, con solo levantar la vista, se cae en la cuenta de que se está en la cima. Desde lo alto, las dos lagunas (las Lagunas de Arenales), aparecen abajo, quietas, como si brotaran de un espejismo.

Cajon de arenales
Laguna de Arenales, agua que yace por acuíferos y que se mantiene por deshielo.

Laguna de Arenales, agua que yace por acuíferos y que se mantiene por deshielo.

Y es sobre esos alrededores donde la Fundación Piedra Libre y el CASAC impulsan una campaña de concientización sobre el manejo de residuos, centrada en algo tan simple como necesario: el papel higiénico y los desechos humanos.

“El Cajón de Arenales amenazado por tu excremento”: la campaña que busca frenar el impacto ambiental.

Con una consigna tan directa como provocadora, el Club Andino San Carlos lanzó en redes una campaña para visibilizar la contaminación creciente en el Cajón de los Arenales, uno de los destinos más visitados por montañistas y escaladores en Mendoza.

El mensaje apunta a generar conciencia. Según confirman sus promotores, además de la contaminación visual, el papel higiénico con excremento representa un riesgo biológico por la presencia de virus y bacterias que pueden transmitirse al agua. La situación se agrava al encontrarse estos residuos cerca de la laguna y el arroyo Arenales, lo que pone en riesgo la salud de quienes consumen esa agua y una amenaza para la fauna.

Cajon de arenales
Algunos de los residuos encontrados entre las rocas durante el relevamiento del Club Andino San Carlos.

Algunos de los residuos encontrados entre las rocas durante el relevamiento del Club Andino San Carlos.

El texto de la campaña explica que desde el piedemonte hasta las áreas más elevadas existen zona de recarga de acuíferos, lo que puede derivar en contaminación del agua subterránea por filtración y lixiviación. En altitud, además, las bajas temperaturas hacen que el excremento se degrade lentamente, permaneciendo en el sitio durante largos períodos.

Pero, en el verano, cuando el nivel de la laguna aumenta por el deshielo, el contacto del agua con los residuos incrementa los riesgos. Por eso, la campaña insiste en prácticas responsables: alejarse de los cuerpos de agua al momento de ir al baño y llevarse todos los residuos, hasta el papel higiénico.

Un problema en toda la Cordillera de los Andes

El disparador de la campaña fue un relevamiento realizado por el CASAC en la zona de las lagunas. El resultado fue contundente: papeles higiénicos, materia fecal, colillas, latas y envoltorios conforman un paisaje de residuos que crece año a año con el aumento del turismo.

“Estamos embarcados en la idea de mantener el acceso libre, pero con responsabilidad”, dice el lugareño Yagua Rodríguez, socio fundador de la Fundación Piedra Libre, organización que administra el Cajón de los Arenales. “Si vas con la mochila cargada, traé el vueltito. Acostumbrate a traer ese papelito, esa colilla, esa latita. El impacto ambiental está siendo muy grande y necesitamos que la gente ayude”, refuerza.

Cajon de arenales
Papel higiénico enganchado en la flora del Cajón de los Arenales.

Papel higiénico enganchado en la flora del Cajón de los Arenales.

La ingeniera en Recursos Naturales Renovables, Gisela Fontana, egresada de la UNCuyo y socia del Club Andino San Carlos, participó del relevamiento y elaboró el diagnóstico ambiental.

“En una de las últimas salidas observamos este impacto creciente: la cantidad de papeles higiénicos y materia fecal en los alrededores de la laguna”, relata.

Aclara que el problema no se limita a la suciedad visible y explica que “hay un riesgo de contaminación biológica. Los residuos orgánicos pueden transmitir virus y bacterias que afecten el agua. Como esos residuos están cerca de la laguna y de las vegas, hay posibilidad de que pasen al agua. Esa laguna da origen a arroyos subterráneos y al arroyo Arenales, y mucha gente toma esa misma agua, principalmente los escaladores que se quedan varios días”.

Fontana explica, además, que las vegas son ecosistemas de montaña de alta sensibilidad ecológica. “Parecen pastos comunes, pero son colchones de materia orgánica donde crecen plantas que necesitan mucha agua. Ahí anidan especies como el pato del torrente. Si se contamina esa zona, se altera todo el equilibrio del ecosistema”, explica.

Cajon de arenales
Refugio del Cajón de los Arenales, construido en 1997 y de uso libre para montañistas.

Refugio del Cajón de los Arenales, construido en 1997 y de uso libre para montañistas.

La Fundación Piedra Libre nació en 2007, aunque su historia comenzó diez años antes, con la construcción del refugio en 1997. Desde entonces, sus integrantes trabajan para conservar el lugar “lo más natural posible, pero de uso público”. Pero en esta realidad, aclaran desde la fundación que “lo libre no significa que podamos ensuciar. Tenemos la libertad de usarlo, pero también de cuidarlo”, resume Rodríguez.

Educar, cuidar y sostener un proyecto más amplio

Esta campaña de la Fundación y del Club Andino apunta a construir una nueva cultura de montaña. “En la montaña no hay tachos de basura, ni debería haberlos. La gente tiene que empezar a comprender que los residuos se los tiene que llevar de vuelta”, enfatiza Fontana. El diagnóstico actual funciona como una alerta para actuar desde la educación y la prevención. “Nadie quiere poner límites, pero sí promover conductas ambientales básicas. El paisaje que disfrutamos depende de eso”, dice la ingeniera.

Y en comparación con otros espacios naturales, los controles ya son más estrictos. Fontana comenta que “en la Laguna del Diamante o en el volcán Maipo hay que llevar un dispositivo para bajar tu propia materia fecal. No estamos diciendo eso, pero sí abrir los ojos al impacto que está creciendo”.

Cajon de arenales
El refugio desde adentro,

El refugio desde adentro,

La gestión responsable de residuos forma parte de un plan más amplio que la Fundación Piedra Libre impulsa para mejorar las condiciones del lugar y reducir el impacto del turismo. A través de su cuenta de Instagram (@arenalespiedralibre), la organización invita a colaborar con donaciones.

“Estamos recibiendo aportes para mantener a los chicos que trabajan limpiando, cuidando y ordenando. También damos cursos, y este mes vamos a ordenar la playa de estacionamiento. Queremos que la gente venga, pero necesitamos medios para sostener el espacio”, explica Rodríguez.

Fontana detalla que el plan incluye la creación de un área de servicios con baños secos, una zona de acampe, señalización y un estacionamiento ordenado. “La idea es que haya una persona en la entrada informando y educando a quienes visitan el lugar. No queremos cerrarle las puertas a nadie, solo generar conciencia ”, dice.

“Queremos que la gente se sienta parte, no dueña. Que entienda que la montaña no se conquista, se cuida”, dice Yagua. Y confirma Gisela: “El impacto que dejan los residuos es un problema que no solo pasa en Arenales, sino en toda la montaña. Lo importante es hablarlo, difundirlo y empezar a cambiar los hábitos”.

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