Más calor y menos lluvias en gran parte del país: el pronóstico del SMN para un verano extremo
El pronóstico trimestral advirtió que Mendoza, otras 16 provincias y la Ciudad de Buenos Aires tendrán temperaturas superiores a lo normal y un 50% menos de lluvias.
Termómetro urbano por encima de los 35 grados: 17 provincias podrían atravesar un verano más caluroso y seco, según el último informe del SMN.
El calor llegó para quedarse. El último Pronóstico Climático Trimestral delServicio Meteorológico Nacional (SMN) advierte que el verano 2025-2026 traerá temperaturas más altas y precipitaciones por debajo de lo normal en gran parte del país. Durante los próximos tres meses, el fenómeno de La Niña dominará las condiciones meteorológicas, con marcas térmicas superiores al promedio y un déficit delluvias en varias provincias.
El informe, publicado esta semana, señala que 17 provincias y la Ciudad de Buenos Aires podrían registrar entre un 40% y un 50% de probabilidad de temperaturas más elevadas que las habituales para esta época del año. Según explicó Maximiliano Vita, vocero del SMN, “para el trimestre de verano estaríamos dominados por las condiciones de La Niña, que puede traer un déficit de precipitación en el noroeste argentino. Sin embargo, también podríamos tener lluvias por encima de lo normal en la parte del noroeste”.
La Niña —fase fría del fenómeno El Niño-Oscilación del Sur (ENOS)— se caracteriza por el enfriamiento de las aguas del Pacífico ecuatorial, lo que altera los patrones de circulación atmosférica. En Argentina, su impacto suele traducirse en veranos más secos y calurosos en el centro y el litoral, y lluvias más abundantes en el noroeste.
En esta oportunidad, los modelos dinámicos y estadísticos analizados por el SMN asignan un 50% de probabilidad de continuidad de las condiciones de La Niña hasta febrero de 2026. Esto significa que la tendencia de temperaturas altas y lluvias deficitarias se mantendría al menos hasta finales del verano.
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Mapa del Servicio Meteorológico Nacional que muestra las zonas del país con mayor probabilidad de sufrir temperaturas superiores a lo normal este verano.
SMN
Las provincias más afectadas por el calor
El mapa térmico del SMN muestra que Córdoba, Santa Fe, San Luis, La Pampa, Buenos Aires, Neuquén, Río Negro, Chubut y Santa Cruz son las provincias con mayor probabilidad —entre 45% y 50%— de registrar temperaturas por encima de lo normal. “Esperaríamos tener anomalías de temperatura por encima de lo normal para gran parte del país”, explicó Vita.
En una segunda franja aparecen Mendoza, San Juan, Entre Ríos, Santiago del Estero, Chaco, Formosa, Tierra del Fuego y la Ciudad de Buenos Aires, con una probabilidad de entre 40% y 45% de incremento térmico. En tanto, Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja, Corrientes y Misiones no registrarían variaciones significativas, manteniendo un verano con temperaturas dentro de los parámetros normales.
El SMN recuerda que “el rango considerado normal incluye valores cercanos al medio grado por encima o por debajo del promedio”. Cuando las temperaturas se alejan de ese margen, se clasifican como superiores o inferiores a lo habitual.
En términos prácticos, esto significa que el verano podría llegar con olas de calor más frecuentes y prolongadas, especialmente en la franja central del país. En las grandes ciudades, como Buenos Aires, Rosario o Córdoba, la sensación térmica podría superar los 40°C en varios momentos del trimestre.
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Ola de calor en la Ciudad de Buenos Aires: el SMN anticipa un trimestre con marcas térmicas extremas y lluvias por debajo del promedio histórico.
SMN
Sequías en el centro y litoral, lluvias en el noroeste
Además del aumento de las temperaturas, el SMN advierte que las precipitaciones también se verán afectadas. Mientras que Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca y La Rioja podrían recibir entre un 45% y un 50% más de lluvia que lo habitual, la situación será opuesta en otras zonas del país.
Misiones, Corrientes, Santa Fe, Entre Ríos, Córdoba, La Pampa, parte de Buenos Aires, Río Negro y Chubut tendrán hasta un 50% menos de precipitaciones. En estos distritos, el riesgo de sequías y estrés hídrico aumentará, con posibles impactos en la agricultura y la disponibilidad de agua.
“Estas condiciones no afectan de la misma forma en toda la Argentina. Por eso vamos a tener regiones donde esperamos precipitaciones por encima de lo normal, que sería la parte del noroeste, y otras con déficits, más tirando al litoral”, precisó Vita.
El SMN destaca que, en promedio, los meses de enero y febrero suelen acumular alrededor de 100 milímetros de lluvia por mes. Sin embargo, en las zonas donde se prevén déficits, esos valores podrían reducirse a la mitad. El contraste entre regiones podría generar escenarios complejos: exceso de humedad en el norte y escasez en el centro y sur.
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Campo agrietado en la región central del país, donde el pronóstico advierte hasta un 50% menos de precipitaciones durante el verano 2025/2026.
SMN
Cómo se elabora el pronóstico y qué significa
El Pronóstico Climático Trimestral se construye a partir de la integración de modelos numéricos globales, herramientas estadísticas nacionales y el monitoreo de la evolución oceánica y atmosférica. El SMN aclara que el resultado es un consenso técnico y no una predicción puntual, ya que describe tendencias promedio a gran escala y no fenómenos breves.
Esto significa que el pronóstico no anticipa eventos específicos como olas de calor, tormentas intensas o frentes fríos aislados. “Este tipo de pronósticos describe condiciones medias del trimestre y no aborda fenómenos breves”, señala el informe.
Por eso, el organismo recomienda consultar los pronósticos diarios y semanales, junto con el Sistema de Alerta Temprana, para conocer la evolución de los eventos meteorológicos de alto impacto. Esa información es clave para la agricultura, el turismo y la planificación energética, sectores particularmente sensibles a las variaciones del clima.
A pesar de la intensa ola de calor muchos decidieron pasear por el parque General San Martín
Nubes de tormenta sobre el noroeste argentino, una de las pocas regiones donde se esperan lluvias por encima de lo normal bajo la influencia de La Niña.
Los Andes
El impacto en la vida cotidiana y la planificación
Un verano más caluroso y seco no solo implica incomodidad térmica. El fenómeno puede tener consecuencias directas sobre la salud, la producción agropecuaria y la infraestructura. Las olas de calor prolongadas incrementan el riesgo de golpes de calor, especialmente en niños y adultos mayores, y elevan el consumo energético por el uso de aires acondicionados.
En el campo, las sequías podrían afectar cultivos extensivos como soja, maíz y girasol, además de impactar en la ganadería por la reducción del pasto y el estrés térmico en los animales. En contraposición, las lluvias superiores a lo normal en el noroeste podrían beneficiar los suelos agrícolas y los caudales de ríos y arroyos, aunque también aumentar el riesgo de desbordes o anegamientos locales.
En las ciudades, los servicios de energía y agua podrían enfrentar una mayor demanda, al tiempo que se espera un incremento en las alertas por calor extremo. Las autoridades sanitarias suelen recomendar medidas preventivas como la hidratación constante, evitar la exposición solar en horas pico y prestar atención a síntomas como mareos o descompensaciones.
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El SMN advierte que la persistencia de La Niña podría extender sus efectos hasta el otoño de 2026.
Qué esperar de aquí en adelante
El SMN advierte que la persistencia de La Niña podría extender sus efectos hasta el otoño de 2026, aunque el fenómeno tiende a debilitarse hacia el final del verano. Por ahora, la tendencia dominante es clara: un trimestre con temperaturas altas y lluvias escasas en buena parte del país.
El organismo subraya que las decisiones basadas en el pronóstico recaen en cada usuario y que la información debe ser interpretada en conjunto con otras fuentes. “El pronóstico surge de un consenso entre distintas herramientas, pero no puede adelantar particularidades de escala subestacional, como la magnitud de sistemas frontales o bloqueos atmosféricos”, aclara el reporte.
En definitiva, la Argentina se prepara para un verano que exigirá atención permanente. Calor más intenso, humedad concentrada en algunas zonas y sequías en otras configurarán un escenario complejo, donde la prevención y la información actualizada serán claves para mitigar los efectos del clima extremo.