Mariano Garavaglia (56) dio una batalla cuerpo a cuerpo contra el Covid-19. Fue el único médico privado en San Martín que no dejó de atender durante toda la pandemia, en su consultorio y haciendo cientos de visitas domiciliarias, desde el primer día y hasta el último. Después, se le sumó un segundo médico, Fabián Ferro.
"Yo nunca dejé de atender y estoy orgulloso de eso. Sólo fuimos dos los médicos que atendimos en la parte privada. Desde el primer día atendí a toda la gente que me lo pidió, en el consultorio o en sus casas, cuando hacía falta. Me mandaban WhatsApp o me llamaban, ¿cómo les iba a decir que no?", dice.
Ahora, cinco años después de aquel 20 de marzo de 2020, cuando inició la cuarentena en Argentina, Garavaglia cuantifica: "El 11 de marzo de 2020 la OMS declaró la pandemia. Durante casi un año y medio, casi 2.600 millones de personas estuvieron encuarentenadas, es decir, restringidas en sus movimientos. La pandemia ha sido el mayor experimento psicológico de la historia moderna".
"Yo atendí más de 2.000 pacientes con Covid, de los cuales se murieron más de 300. Estuvieron frente a mí y se murieron. Lo lamento en el alma, por más que hubo algunos que no conocía. Porque, como se comenzó a correr la bola de que yo era el único que atendía particular y que iba a los domicilios si era necesario, me llegaban decenas de mensajes todos los días", rememora.
Y agrega: "Los pacientes obesos eran un problema. Los veías con fiebre y neumonía bilateral y sabías que se iban a morir; se morían todos. Empezaba a hablar con esa gente, podía sentir el miedo del paciente y sabía que había muy pocas chances. Ese contacto era muy triste porque no se podía cambiar nada. Ese paciente había llegado en un estado de desventaja total".
Cinco años después, dice que "como en toda guerra, la tecnología avanza a fuerza de espada, porque no hay tiempo". "La pandemia y la necesidad de encontrar una vacuna generaron una serie de cambios a nivel de protocolos de experimentación muy interesantes y se dejaron de usar y hacer cosas que eran obsoletas. Además, se generó mucha tecnología que ahora se sigue usando para otras cosas. Se produjo un gran avance desde el punto de vista científico", apunta.
E insiste: "En nueve meses tuvimos la vacuna. En tiempo récord. Hasta ese momento todas las vacunas habían tomado 10 años de pruebas, algunas hasta 20 años".
Garavaglia, médico muy respetado en la región del Este, pero especialmente muy querido por el compromiso con sus pacientes, dice que durante la pandemia "muchos pensamos que íbamos a tardar décadas en volver a la normalidad". "Pero acá estamos, a cinco años y la gente ya ni se acuerda de la pandemia. ¡Pasó! ¡Se fue! Hoy la gente me pregunta si hay que vacunarse contra el Covid y la realidad es que ya no se vacuna nadie, es algo superado", sentencia.
Sostiene que la pandemia "nos ha puesto en perspectiva, sobre toda a la gente que perdió familiares o amigos y vivió todo más de cerca". "También hay gente que estuvo grave, al borde de la muerte, y esa experiencia le cambió la vida. Creo que todos podemos ponderar mejor las cosas que tenemos y no estar tan atento a las cosas que nos faltan", señala.
A pesar de dar batalla en la calle, teniendo contacto directo con 2.000 casos positivos de Covid, el médico nunca se sintió enfermo. "Nunca pensé que me fuera a pasar algo. Y nunca me pasó. Ni siquiera me enfermé. Hace un tiempo me han medido los anticuerpos y he tenido un montón de variantes de Covid, pero nunca tuve síntomas. Por ahí será que uno tiene un ángel protector", dice.
También rescata el apoyo familiar. "Yo no me enfermé ni se enfermaron ellos. Yo llegaba acá, me desnudaba en la cochera, entraba en calzoncillos, me daba una ducha, me ponía ropa limpia y mi familia la tuvo que apechugar", cuenta Garavaglia.
Después, subraya: "Si vos sos soldado y empieza una guerra, no te podés ir a tu casa. No podés, porque fracasás en todo sentido. Sos soldado y estás para la guerra. Si no, tenés que dedicarte a otra cosa. No es criticar a todos los que se fueron a la casa, que fueron casi todos. Los que pusieron el pecho fue la parte hospitalaria, pero en la parte privada desapareció todo, no quedó nada".
Sostiene que esta sociedad "tiene una capacidad de recuperación asombrosa, realmente increíble". "Han pasado sólo cinco años y parece que la pandemia nunca ocurrió o es muy lejana. Hasta produce cierta nostalgia encontrar en alguna vereda las marcas de la separación obligatoria", apunta.
Este destacado galeno reconoce que la pandemia le cambió la vida. "Uno no se tiene que hacer problemas por pelotudeces", sentencia. También apoya el aislamiento y remarca que "se murió mucha gente en pandemia, pero si no se hubiera hecho lo que se hizo, se hubieran muerto todos los contagiados".
E insiste en que "con la vacuna parece que se han olvidado de todo lo que pasó en la primera etapa". "Después, cuando la gente no se muere más, es fácil ser gallito", remata.
La vuelta a los congresos
Mariano Garavaglia, como todo médico reconocido, suele asistir seguido a congresos profesionales y viaja con frecuencia. Pero claro, en pandemia esos viajes desaparecieron.
"En 2020 iba a ir con mi hijo (también médico) a un congreso en Chicago. Obviamente, se suspendió todo y estuvimos dos años sin ir a ninguno. Esta foto (muestra a Los Andes) es muy significativa para mí, porque es de la primera vez que pudimos viajar después de la pandemia. Fue a un congreso de la Asociación Americana de Diabetes, en San Francisco. Fue como volver a vivir", cuenta.