"Vine porque una amiga (Mery) me dijo que iba a ser parte del programa au pair. Yo no tenía ni idea de qué era eso y me contó que consistía en ir a vivir un año a Estados Unidos, quedarse en la casa de una familia, cuidar a los hijos y te pagaban por ello", resume Guiñazú.
De entrada la propuesta le pareció atractiva, pero el paso del tiempo se había convertido en una inesperada amenaza: las aspirantes debían tener 26 años como máximo. Lau, quien ya tenía los 26 años, no lo pensó dos veces y se abocó de lleno a los trámites para inscribirse.
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La mendocina que viajó a Estados Unidos para trabajar como niñera y triunfa haciendo ropa en Nike. Foto: Gentileza Laura Guiñazú.
Así las cosas, la mendocina por adopción llegó por primera vez a Portland antes de cumplir 27 años y completó su experiencia como au pair.
"Apenas llegué, mi idea era viajar, juntar un poco de plata, conocer Estados Unidos, mejorar mi inglés y poder seguir viajando. Pero conocí a quien hoy es mi exesposo en ese momento. Cuando mi programa de au pair se terminó -después de un año y medio-, volví a Argentina, me casé y pude regresar a Estados Unidos en 2019", rememora.
Fue en su regreso al país del Norte que Laura aprovechó para perfeccionarse en lo que ya había estudiado en Mendoza. Comenzó a cursar en el Portland Fashion Institute y allí se formó en desarrollo técnico de indumentaria, a lo que se dedica actualmente.
Su primera experiencia textil en Estados Unidos, y de la mano de su incursión en la escuela de moda, fue en una tienda Zara. Primero estuvo en el área de ventas, luego Lau fue promovida para la función de "visual comercial", aquella persona que se encarga de armar la tienda para que se vea atractiva.
"La decisión de quedarme en Estados Unidos no fue difícil, porque en ese momento tenía a quien era mi esposo y sabía que había muchas oportunidades de trabajo. Sabía, además crecer podía llegar a ser un poco más fácil que en Argentina. Además, ya había vivido acá, por lo que entendía cómo funcionaba la cultura del país", rememora.
A excepción del primer año en que estuvo trabajando como au pair -y que vivió en una ciudad llamada Vancouver, dentro del Washington y donde estaba la casa de la familia donde se desempeñaba-, Laura siempre ha vivido en Portland.
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La mendocina que viajó a Estados Unidos para trabajar como niñera y triunfa haciendo ropa en Nike. Foto: Gentileza Laura Guiñazú.
"Por suerte he tenido la oportunidad de viajar bastante alrededor del país. Es muy muy grande, por lo que tampoco lo conozco todo. Pero he estado en un montón de estados y, últimamente, también he conocido muchos más lugares", acota Laura.
"Just Do It": una mendocina en Nike
Las puertas de Nike se abrieron en la vida de Laura tras dejar el puesto que ocupada en Zara y mientras aún estudiaba en el Portland Fashion Institute. En el medio hubo una pasantía en una pequeña marca de ropa, donde Guiñazú pasó seis meses.
"Ese fue mi primer trabajo más enfocado en lo que quería hacer, y así pude salir de la tienda. Esos seis meses me dieron la experiencia para entrar a trabajar en otra empresa de ropa que hacía mallas y trajes de baño para Nike. Allí estuve diez meses y recién después de ello empecé en Nike", repasa.
Tras repartir su CV en distintas agencias, un día llegó el llamado de la marca de la pipita. A Laura le propusieron un contrato por seis meses para trabajar de diseñadora técnica, ella aceptó y, cuando le llegó la confirmación, estaba en Mendoza.
De regreso en Portland, tuvo su primera entrevista y en febrero de 2022 empezó a trabajar en Nike, más precisamente en el equipo de mujeres que se dedicaba a la ropa fitness. Laura se abocó a ello durante los seis meses en que se prolongó el primer contrato y luego trabajó durante otros cuatro meses en la categoría "mujeres lifestyle".
Finalmente, después de diez meses como contratada, a Laura la tomaron en planta en Nike.
"Es una empresa increíble y donde valoran mucho a los empleados y les ofrecen beneficios muy buenos. Otra de las cosas que me ha volado la cabeza a nivel personal ha sido como poder viajar bastante por trabajo. Fui un par de veces a Nueva York, a Milán y a Londres. Y es muy loco poder trabajar con la gente de esos lugares. ¡Nunca me hubiese imaginado algo así!", describe.
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La mendocina que viajó a Estados Unidos para trabajar como niñera y triunfa haciendo ropa en Nike. Foto: Gentileza Laura Guiñazú.
La vida (norte) americana
Si bien actualmente Laura Guiñazú vive sola, está de novia con Matt -a quien define como "una persona increíble”- y ambos están buscando un lugar para irse a vivir juntos.
"Al principio fue difícil tener amigos, llegar a un nuevo país donde la cultura es tan diferente. Pero por suerte con los años he conservado varios amigos, más que nada latinos y se ha armado un grupo muy lindo", resume.
No todo es trabajo en la vida de Laura. De a poco ha retomado a su primer amor y volvió a hacer teatro de improvisación. Y, cada vez que puede, está planeando un nuevo viaje para hacer, un nuevo destino para conocer.
"En verano, en Portland, hay muchas cosas para hacer. Vamos al río, salimos a tomar algo, a cenar. Es muy grande Portland, y con Matt siempre vamos a probar cosas nuevas. Además, viajo mucho también. A Matt siempre lo invitan a hacer cosas random, y yo siempre termino invitada también", cuenta, sonriente, la diseñadora de indumentaria.
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La mendocina que viajó a Estados Unidos para trabajar como niñera y triunfa haciendo ropa en Nike. Foto: Gentileza Laura Guiñazú.
A modo de balance, Guiñazú tiene en claro que la decisión de irse a vivir a Estados Unidos le abrió las puertas a un inmejorable horizonte laboral, así como también a la posibilidad de viajar por el mundo.
Contacto con Argentina
Para despedir 2024 y recibir 2025, Laura Guiñazú viajó a Mendoza y aprovecho para reencontrarse cara a cara con su familia y amigos. Según ella misma reconoce, vuelve a Argentina mucho menos de lo que le gustaría.
"Es algo que espero cambiar pronto, sobre todo porque muchos amigos están teniendo hijos y apenas los conozco por fotos. Eso también es difícil", reconoce.
El WhatsApp y las videollamadas son claves para acortar distancias y mantenerse conectados, ya sea con sus seres queridos en Mendoza, como con aquellos a quienes conoció mientras fue au pair.
"Lo que más extraño de Mendoza y de Argentina es mi familia. Me hacen mucha falta y me encantaría poder verlos más seguido. Pero lo cierto es que no me veo volviendo a vivir en Mendoza por ahora, aunque nunca digas nunca. Sobre todo porque Mendoza es mi lugar en el mundo", reconoce.
"¡Y también extraño las facturas y los sanguchitos de miga!", cierra, siempre sonriente.