La “isla de calor” afecta a un millón de mendocinos, que sufren hasta 10° más

Es un efecto provocado por la influencia de la urbanización en la temperatura, que absorbe el calor y genera una diferencia con los alrededores. En Mendoza se genera en el Unicipio.

Desde el aire se aprecia el casco urbano gris, que influye en la absorción del calor. Los habitantes de Unicipio padecen mayores temperaturas que los de la periferia. | Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
Desde el aire se aprecia el casco urbano gris, que influye en la absorción del calor. Los habitantes de Unicipio padecen mayores temperaturas que los de la periferia. | Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

En el vocabulario meteorológico, “isla de calor” se le llama a un fenómeno que nace de la radiación solar y que tiene como factores determinantes las construcciones, asfaltos y concreto de una ciudad y la periferia de la misma, con sus campos y espacios verdes. En Mendoza, y sobre todo durante el verano, este efecto repercute sobre más de un millón de habitantes, según reconoció Graciela Marty, coordinadora general de Unicipio.

La doctora Érica Correa, una de las pocas investigadoras especialistas en el tema, lo define como “la diferencia de temperatura que hay entre un centro urbano y sus alrededores, que está fijada por el tipo de clima”.

“Quiere decir que, cuando la ciudad está más caliente que sus entornos, hay un impacto modificador del clima que la ciudad impone”, explicó quien es parte del Instituto de Ambiente, Hábitat y Energía de Conicet.

En una entrevista en el micro radial Cultura Científica, en Radio Nacional Mendoza, la investigadora reveló que “Mendoza tiene una isla de calor cuyas máximas alcanzan los 10 grados”, es decir, que “respecto del clima local, la ciudad modifica o incrementa esa temperatura tanto en invierno como en verano, con máximas de 10 grados y promedios que nunca descienden de los 6 grados”.

Este fenómeno afecta a más de un millón de mendocinos que viven en el área metropolitana, la zona donde se genera la isla de calor en la provincia. Es que según los datos demográficos del último censo del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), la población de los departamentos que aborda la “isla de calor” durante 2022 fue de 340.402 habitantes en Guaymallén, 240.841 en Las Heras, 208.408 en Godoy Cruz, 205.905 en Maipú, 147.214 en Luján de Cuyo y 120.246 en Capital.

Con estos números, la cantidad de habitantes del Gran Mendoza da un total de 1.263.016. Sin embargo, como no influye sobre aquellos que viven en la periferia o en zonas menos urbanizadas, como El Challao o Dalvian, alrededor de un 20% del total de vecinos que viven en el Unicipio no sufrirían el fenómeno, quedando poco más de un millón dentro de la “isla de calor”. Graciela Marty, de Unicipio, ratificó la cifra: “Se calcula que entre 1.200.000 y 1.300.000 mendocinos viven en el área metropolitana”.

En sus declaraciones, Érica Correa manifestó que, a pesar de que somos una ciudad intermedia, Mendoza tiene islas de calor “comparables a ciudades como Tokio”. Y así lo explicó: “Mendoza es una ciudad con característica particulares ya que tiene mucha disponibilidad solar, está implantada en una orografía especial en la ladera de una montaña, un clima árido y seco y baja frecuencia de intensidad de vientos”.

“Todas estas cosas, intensifican los fenómenos de producción de islas de calor”, concluyó la especialista.

Dónde queda la “isla de calor” local

Como todo fenómeno meteorológico, es difícil encasillarlo en un lugar o en una región puntual, ya que se trata de algo dinámico en mayor o menor medida. Sin embargo, este efecto está marcado por la urbe, las construcciones de hormigón acumuladas, sus calles y edificios, por lo se acerca bastante a la realidad trazar una delimitación en el casco urbano gris que se aprecia mirando a Mendoza desde el aire.

Fernando Jara es uno de los meteorólogos que ya se ha referido en varias ocasiones a la “isla de calor”, a la que define como “la influencia de la densidad de población en la temperatura”. Añadió que en Mendoza “las viviendas no son térmicas, son antisísmicas, entonces absorben la energía solar y durante la noche la temperatura es más alta”.

Más allá de las precisiones, Jara advirtió que no es sencillo ni tan exacta la delimitación, pero se animó a especificar para poder dar una buena referencia de cuál es la “isla de calor” en la provincia, y qué zonas incluye. “En Mendoza comprende Ciudad, Las Heras, Guaymallén, Maipú y Godoy Cruz, es decir, todo lo que refiere al Gran Mendoza, por lo que incorporaría parte de Luján de Cuyo, desde Carrodilla hacia el Norte”, señaló.

Partiendo siempre desde el centro del Gran Mendoza, hacia el Este, en Guaymallén, “podemos decir que sería hasta Los Corralitos”, dijo respecto al límite de la “isla de calor”. “Hacia el Norte, en Las Heras, es difícil determinarlo bien; podría terminar en los 5.000 lotes o por ahí. Godoy Cruz y Maipú ingresan completo y a Luján yo lo incorporaría completo hasta el río Mendoza”, especificó.

Hacia el Oeste, en cambio, Jara manifestó que “es todo más fresco, por lo que las zonas de Luján y Las Heras hacia ese lado estarían desafectadas; lo que sería El Challao, el Dalvian o al Norte en Villavicencio”.

Después de nombrar cada lugar, el meteorólogo insistió con que “depende de la densidad de población”, así como de las construcciones de cada zona.

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