El Dr. Richard Restak, reconocido neurólogo y neuropsiquiatra estadounidense ha emitido una advertencia para los adultos mayores. Aquellas personas, a partir de los 65 años, deberán dejar de consumir permanente bebidas que contengan alcohol.
Un neurólogo y neuropsiquiatra estadounidense alertó a las personas mayores de 65 años sobre los riesgos de consumir bebidas alcohólicas.
El Dr. Richard Restak, reconocido neurólogo y neuropsiquiatra estadounidense ha emitido una advertencia para los adultos mayores. Aquellas personas, a partir de los 65 años, deberán dejar de consumir permanente bebidas que contengan alcohol.
Esta medida busca proteger el cerebro y prevenir el deterioro cognitivo que se vuelve más evidente y relevante con el paso de los años.
El Dr. Restak, se refiere a los efectos del alcohol en la memoria. Sin embargo, aclara que no todo olvido es señal de un deterioro incipiente.
“La mayoría de estas muestras de pérdida de memoria son pecados de falta de atención. Si estás en una fiesta y no estás prestando atención a alguien porque sigues pensando en algún asunto relacionado con el trabajo, de repente te das cuenta de que no recuerdas su nombre. Lo primero es guardar la información en la memoria, es decir, consolidarla, y luego ser capaz de recuperarla. Pero si nunca la has consolidado, no existe”, explicó el neurocientífico.
“Pero si olvidas dónde dejaste las llaves del coche y finalmente las encuentras dentro de la nevera, o la abres y está el periódico, eso es el primer síntoma de algo grave: eso va un poco más allá del olvido”, añade .
El especialista basa su advertencia en el daño que las bebidas alcohólicas causan directamente a las células nerviosas.
“El alcohol es una neurotoxina muy, muy débil, no es bueno para las células nerviosas. Recomiendo encarecidamente a todos mis pacientes que pasados los 65 años se abstengan total y permanentemente de beber alcohol” enfatiza Richard Restak. A partir de los 60 años, el cuerpo humano experimenta cambios naturales. En esta etapa es común experimentar cierta disminución en la capacidad cognitiva.
Más allá de la abstinencia de alcohol, un estilo de vida saludable es la mejor defensa contra casos de Alzheimer y otras formas de demencia. Otros hábitos clave incluyen: actividad física regular, la importancia de leer regularmente, el cuidado de la vista y audición, además de llevar una dieta saludable.
El neurocientífico concluye que : “Nadie puede garantizar que alguien no vaya padecer demencia. Yo lo comparo con conducir un coche: no se puede garantizar que no se vaya a tener un accidente, pero si se lleva el cinturón de seguridad, se controla la velocidad y se mantiene el coche en buen estado, se pueden reducir las posibilidades”.