La elefanta Guillermina y el tortugo Jorge, adaptados a su nueva vida y lejos del encierro en Mendoza

A casi un año de su traslado a una reserva en Brasil, la paquidermo enviada desde el Ecoparque extraña a su madre Pocha, pero se integró a una manada. El tortugo convive con tres mantarrayas en una gran pecera.

Guillermina quedó sin su mamá pero vive con cuatro elefantas asiáticas. Jorge vive en un centro de rehabilitación de fauna marina.
Guillermina quedó sin su mamá pero vive con cuatro elefantas asiáticas. Jorge vive en un centro de rehabilitación de fauna marina.

El 7 de mayo de 2022, luego de un mega operativo que incluyó un minucioso entrenamiento y adaptación que tomó más de un año, las elefantas asiáticas Pocha y Guillermina abandonaron el Ecoparque de Mendoza. Vía terrestre, fueron trasladadas al Santuario de Elefantes de Brasil, en Mato Grosso, imponente predio al que llegaron el 12 de mayo al mediodía tras completar más de 3.600 kilómetros.

El 26 de octubre por la madrugada, el tortugo marino Jorge fue retirado de su estanque en el acuario de Mendoza. En un vuelo privado, el ejemplar fue trasladado al Centro de Rehabilitación de Fauna Marina (CRFM) que funciona en el Aquarium de Mar de Plata.

Vidas nuevas: así están la elefanta Guillermina y el tortugo Jorge en sus nuevos hábitats. Foto: Facebook Global Sactuary for Elephants
Vidas nuevas: así están la elefanta Guillermina y el tortugo Jorge en sus nuevos hábitats. Foto: Facebook Global Sactuary for Elephants

Poco menos de un año ha transcurrido desde el traslado de las dos elefantas y casi seis meses desde el del tortugo. Pocha falleció estando en el santuario, mientras que Guillermina, quien todavía extraña a su madre y la busca por momentos, se ha adaptado a la perfección al recinto de elefantas asiáticas del Santuario Global de Elefantes y se ha integrado a la manada. Jorge también disfruta de un entorno mucho más acorde y similar al de su hábitat natural y ha logrado una convivencia amena con tres mantarrayas, con las que comparte espacio.

.Vidas nuevas: así están la elefanta Guillermina y el tortugo Jorge en sus nuevos hábitats. Foto; Gentileza
.Vidas nuevas: así están la elefanta Guillermina y el tortugo Jorge en sus nuevos hábitats. Foto; Gentileza

A un año del traslado de las elefantas

Cerca del mediodía del jueves 12 de mayo del año pasado, las elefantas Pocha y Guillermina llegaron al santuario en Brasil. En una caravana integrada por varios camiones y acompañadas por sus cuidadores y personal de la reserva, las paquidermas recorrieron gran parte del territorio nacional vía terrestre.

Si bien llegaron cerca del mediodía, recién durante la noche del 12 y la madrugada del 13 de mayo pudieron salir de las cajas gigantes en las que habían sido trasladadas. Y poco a poco, tomándose su tiempo, Pocha y su hija se familiarizaron con el santuario, primero, y con las otras elefantas asiáticas, después.

Ni bien se acostumbraron al nuevo hábitat, las dos elefantas se enfrentaron a situaciones que deberían haber sido normales para ellas, pero que no conocían luego de tantos años (toda la vida, en el caso de Guille) de cautiverio. Baños de tierra y en lagunas y hasta poder frotarse con el tronco de un árbol fueron algunas de esas situaciones inéditas que lograron vivenciar.

“Guille se ha transformado exponencialmente. Todavía no ha pasado un año y ya ha aprendido lo que significa ser miembro de una manada, con las complicaciones de una relación grupal y, a la vez, con cada una de ellas como individuos”, resume el director del Santuario Global de Elefante, Scott Blais, en diálogo con Los Andes.

Vidas nuevas: así están la elefanta Guillermina y el tortugo Jorge en sus nuevos hábitats. Foto:  Global Sanctuary for Elephants.
Vidas nuevas: así están la elefanta Guillermina y el tortugo Jorge en sus nuevos hábitats. Foto: Global Sanctuary for Elephants.

Junto a Guillermina conviven en el recinto de hembras asiáticas otras cuatro elefantas. “Guille pasa sus días entre las otras elefantas asiáticas explorando su extenso hábitat y se vuelve muy juguetona cuando hay una tormenta, algo bastante frecuente. Ella tiene la autonomía para explorar esta nueva vida. Con las demás, cuando así lo quiera, o bien por su propia cuenta, sabiendo que las otras nunca están tan lejos”, aclara Blais.

Y sigue, con entusiasmo: ”Uno de los mejores momentos para aquellos que la vieron en Mendoza es observar a Guille pastando junto a las otras elefantas cerca. Esta es una de las cosas más simples de la vida natural de los elefantes, pero a la vez, es uno de los más hermosos. Y si bien Guille se ha transformado enormemente, todavía está al comienzo de su viaje de redescubrimiento. Estamos ansiosos por observar qué sigue para la preciosa Guille”.

La muerte de Pocha

El 8 de octubre del año pasado, a cinco meses de haber llegado al santuario, la elefanta Pocha falleció. Tenía entre 55 y 56 años y, a raíz de esa triste confirmación, se realizó una exhaustiva investigación para determinar las causas del deceso.

La necropsia fue contundente: Pocha falleció por una falla renal y se hallaron síntomas compatibles con tuberculosis humana. De esta manera, tanto en la Provincia como en el Ecoparque se adoptaron los protocolos necesarios y las medidas correspondientes. Se hicieron pruebas en todo el personal, se testearon antecedentes y todos los resultados fueron negativos. No había indicios de esa enfermedad en el Ecoparque, ni tampoco en los registros de cuando todavía era zoológico.

.Vidas nuevas: así están la elefanta Guillermina y el tortugo Jorge en sus nuevos hábitats. Foto: Facebook Global Sactuary for Elephants.
.Vidas nuevas: así están la elefanta Guillermina y el tortugo Jorge en sus nuevos hábitats. Foto: Facebook Global Sactuary for Elephants.

“El fallecimiento de Pocha fue extraordinariamente doloroso para Guille y para todos nosotros. Pero siempre estaremos agradecidos de que ella también haya podido ver a su pequeña niña encontrar nuevos amigos y, al comienzo de su viaje, haberse podido dar cuenta de lo que realmente significa ser un elefante”, reflexiona el director del santuario brasileño.

Y suma: “Después de más de 35 años de trabajar con elefantes, uno de los recuerdos más preciados que tengo es el de haber visto a Pocha y su hija explorar la vida del santuario. La alegría en los ojos de Pocha era innegable”.

Respecto a la actitud y al ánimo de Guillermina tras la muerte de su madre, Scott Blais indica que hay días en los que la elefanta más joven (tiene entre 22 y 23 años) está “un poco callada”, con un aspecto que deja en claro que extraña a su madre. “Pero esos momentos son cada vez menos frecuentes”, sostiene.

El tortugo Jorge, cada vez mejor

A seis meses de haber llegado al centro de rehabilitación en Mar del Plata, el tortugo Jorge sigue evolucionando y cada vez se adapta más a su nuevo hábitat.

“Jorge se adaptó con mucha rapidez, ha dado pasos muy importantes. Hoy está nadando con una profundidad de casi tres metros, el doble de lo que tenía acá en Mendoza. Además, la musculatura responde bien”, destaca el subsecretario de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Ciudad de Mendoza, Sebastián Fermani.

“Se ha hecho un enriquecimiento del hábitat y se han ingresado nuevos componentes en el lugar, ahora convive con tres mantarrayas. También se ha diversificado la alimentación, llevándolo a condiciones similares a su hábitat natural, el mar”, sigue el funcionario al hablar con este diario.

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En cuanto a su comportamiento, al tortugo marino que vivió más de 40 años encerrado en un reducido espacio en Mendoza, cada vez se lo ve más activo y mucha interacción con el sol. De hecho, él mismo busca quedar expuesto a los cálidos rayos.

Jorge llegó a Mendoza en 1980 y se estima que tiene entre 65 y 70 años. Actualmente no se encuentra exhibido ni en contacto con gente ya que está en un centro de rehabilitación de fauna marina.

“La idea es que, de a poco, Jorge pueda ir comiendo por sí solo. Al principio había competencia por la comida y la venía perdiendo con las mantarrayas. Pero ahora la pelea y consigue lo suyo”, cierra Fermani, quien aclara que la dieta del tortugo está basada en calamares y otras especies propias de su ecosistema.

Otros dos elefantes y dos tigresas se alistan para dejar el Ecoparque

El consejero del Ecoparque Mendoza por parte de la fundación Franz Weber, Leandro Fruitos, se refirió a la situación en que se encuentran los otros dos elefantes que están aún en el ex zoológico provincial, a la espera de ser trasladados. Se trata de Kenya, una ejemplar africana de entre 42 y 43 años, y de Tamy, un elefante asiático macho de entre 52 y 53 años.

“Hemos seguido con la cuarentena de Kenya y ella ya tienen todos los estudios de rigor listos. Hace una semana llegaron los permisos de exportación de Kenya, que debieron prorrogarse. La Nación ha autorizado la exportación de Kenya, así como también de Pupy y Kuky, todas elefantas africanas, aunque estas dos están en el Ecoparque de Buenos Aires, y ya están autorizadas a salir del país. Ahora estamos a la espera de los permisos de importación de Brasil”, explicó Fruitos.

De acuerdo a la planificación inicial, la intención es que primero viaje a Brasil Kenya y luego las dos elefantas que están en Buenos Aires. Y, de no mediar inconvenientes, todo se haría en el transcurso de este año.

Además de la elefanta Kenya y del elefante Tamy, en el Ecoparque de Mendoza hay dos tigresas que están a la espera de ser trasladadas a un santuario de Estados Unidos. Se trata de Violeta, que fue rescatada de una vivienda particular en Rivadavia, donde la tenían encadenada, y de Lucía, que llegó hace varios años desde un zoológico de Buenos Aires.

Las tigresas Lucía y Violeta esperan poder viajar a Estados Unidos. | Foto:  Ignacio Blanco / Los Andes
Las tigresas Lucía y Violeta esperan poder viajar a Estados Unidos. | Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

“Se ha iniciado el trámite y estamos esperando el permiso de Estados Unidos para que ellos puedan importar a los animales. Son trámites que demoran meses. Mientras tanto, se las está sometiendo a estudios constantes”, indicó Fruitos sobre las majestuosas felinas que permanecen en estas tierras tan ajenas a su hábitat natural.

En el Ecoparque, además, ya comenzaron algunas obras de mejoras de recintos, lo que permitirá trasladar a algunos animales antes de comenzar con el grueso de las obras fuertes en el lugar. También continúan con el programa de adopción responsable para animales de corral.

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