Hidrógeno verde: qué es y para qué sirve la megainversión anunciada por el Gobierno

“Es uno de los combustibles del futuro y nos llena de orgullo que la Argentina esté a la vanguardia de esta transición tecnológica”, dijo Alberto Fernández.

La inversión de 8.400 millones de dólares de la empresa australiana Fortescue se destinará a la producción de hidrógeno verde.
La inversión de 8.400 millones de dólares de la empresa australiana Fortescue se destinará a la producción de hidrógeno verde.

En el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), Argentina acordó una inversión millonaria para producir hidrógeno verde en nuestro país.

Al respecto, el presidente Alberto Fernández señaló: “Es uno de los combustibles del futuro y nos llena de orgullo que la Argentina esté a la vanguardia de esta transición tecnológica”.

Según destaca La Nación, el acuerdo con la empresa australiana Fortescue incluye la construcción de una planta en Río Negro, que debería estar terminada para 2024. La compañía prometió una inversión de US$8400 millones y convertir a la provincia patagónica en un polo exportador de hidrógeno verde hacia 2030.

¿Qué es y para que sirve el hidrógeno verde?

Es una molécula con alto contenido energético que usualmente se obtiene a partir de combustibles fósiles. Tiene tres veces más energía que la nafta.

El también conocido como hidrógeno renovable o e-Hydrogen se trata de una fuente de energía verde porque, a diferencia de otros combustibles, no produce dióxido de carbono (CO2), principal componente de los gases de efecto invernadero. Por eso, el producto final es 100% sostenible y podría ofrecer una solución ecológica a las industrias más contaminantes, al transporte o mismo para la generación de energía limpia.

Alto costo de producción

En su libro How to avoid a climate disaster (Cómo evitar un desastre climático, en español), Bill Gates habla del hidrógeno verde como la mejor manera de innovar en materia energética con el fin de prevenir el calentamiento global.

“No sé si lograremos (producir hidrógeno verde a un precio accesible), pero si lo hacemos resolvería muchos problemas”, indicó el referente en tecnología en el podcast Armchair Expert. Y agregó: “Me entusiasma que se hable mucho sobre lograr esto. Eso no pasaba hace 3 o 4 años”.

El principal problema que indica el fundador de Microsoft para que este sueño se concrete es el alto costo que tiene producir este combustible sostenible, ya que en nuestro planeta el hidrógeno solo existe en combinación con otros elementos. Se puede encontrar en el agua (H2O), junto con el oxígeno, y combinado con el carbono para formar hidrocarburos como el gas, el carbón y el petróleo.

Entonces, para obtener hidrógeno como combustible es necesario realizar un proceso para separarlo de otras moléculas, y debe ser un procedimiento verde, ya que esto requiere grandes cantidades de energía que podrían ser contaminantes.

Afortunadamente, ya hay una técnica efectiva para producir hidrógeno limpio que comenzó a usarse hace algunos años con la ayuda de energías renovables, como la eólica o la solar, a través de la electrólisis. Este método emplea una corriente eléctrica para separar los elementos dentro de un electrocatalizador.

Otro de los inconvenientes es que el hidrógeno es un componente mucho más inflamable que otros hidrocarburos y conlleva un riesgo transportarlo de manera segura.

¿En qué países se produce?

Según consignó BBC Mundo, actualmente hay seis países líderes en la producción de hidrógeno verde, aunque no todos realizan el proceso no contaminante para obtenerlo.

En Sudamérica, Chile presentó en noviembre de 2020 una “Estrategia nacional de hidrógeno verde”. Asimismo, hasta este lunes era el único país latinoamericano con un proyecto en desarrollo: el HyEx, de la empresa chilena de servicios mineros Enaex y la energética francesa Engie.

El proyecto, que se desarrolla en Antofagasta, conocida como “La Perla del norte”, usará la energía solar para potenciar electrolizadores de 1.6GW. Juan Carlos Jobet, ministro de Energía chileno, anunció que el país no solo busca llegar a su objetivo de alcanzar el carbono cero para 2050, sino que aspira a exportar combustible verde en el futuro.

Australia, con quien Argentina acaba de firmar el acuerdo, también es uno de los países del mundo que cuenta con cinco megaproyectos en su territorio de hidrógeno verde. Esto es posible gracias a sus enormes recursos de energía renovable, sobre todo la eólica y solar.

El más importante de ellos, y el más prometedor a nivel global, es el Asian Renewable Energy Hub, en Pilbara, que implicará una inversión de US$36.000 millones y se espera que esté listo para 2027-28. Por esta incursión, hay quienes llaman a Australia “la Arabia Saudita del hidrógeno verde”.

Pero este país árabe, famoso por sus reservas de petróleo, también planea incursionar en el mercado del hidrógeno verde, con un proyecto que llamó Helios Green Fuels Project. Según adelantaron fuentes saudíes, estará ubicado en la “ciudad inteligente” de NEOM, a orillas del mar Rojo, en Tabuk. El proyecto costará US$5000 millones y se espera que esté finalizado para 2025.

Países Bajos también busca incursionar en hidrógeno verde a través de la firma Shell. La petrolera anglo-neerlandesa lidera junto con otros desarrolladores el proyecto NortH2 en el Puerto de Ems, que usará energía eólica para el proceso de electrólisis. El objetivo planteado es tener 1GW para 2027 y 4GW para 2030.

Por su parte, Alemania también cuenta con proyectos para producir e-Hydrogen, como el AquaVentus, ubicado en la isla de Heligoland, en el mar del Norte, donde utilizará los poderosos vientos de la región como fuente energética. El objetivo es construir 10GW de capacidad para 2035.

Y, finalmente, se ubica China que, pese a ser el principal productor mundial de hidrógeno, para obtenerlo usa hidrocarburos. Por lo que su plan incluye virar hacia el hidrógeno verde con la construcción de un megaproyecto, en Mongolia Interior, que encabezará la empresa de servicios públicos estatal Beijing Jingneng. Contará con una inversión de US$3000 millones. El plan es llegar a generar 5GW a partir de la energía eólica y solar. Si todo sale como lo planearon, debería estar funcionando hacia fines de 2021.

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