Hay más de 500 comedores y merenderos en el Gran Mendoza a los que llegan cada vez más personas con trabajo y jubilados

Asisten al menos 26.500 personas. La gente no llega a fin de mes y por eso la demanda aumenta la última quincena. Estiman que 80% son personas con ingresos. Son generalmente iniciativas de vecinos y organizaciones sociales que por las dificultades económicas reciben cada vez menos donaciones y no siempre pueden abrir.

Noche fría en El Algarrobal, Las Heras: Comedor Horneritos. Hay más de 500 comedores y merenderos en el Gran Mendoza a los que llegan cada vez más personas con trabajo y jubilados


Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
Noche fría en El Algarrobal, Las Heras: Comedor Horneritos. Hay más de 500 comedores y merenderos en el Gran Mendoza a los que llegan cada vez más personas con trabajo y jubilados Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

Comedores y merenderos no son una novedad en un país con altibajos económicos que castigan todo el tiempo. Tampoco lo son aquellos a quienes la pobreza golpea en las necesidades más elementales, que se miden en números pero que son vidas y pesares cotidianos. Pero sí son novedad, cada vez que la volátil situación argentina maltrata a su población, aquellos que tras lograr hacer equilibrio en tiempos más o menos mansos (nunca tanto) tropiezan y se golpean. Es lo que está sucediendo. Los comedores, creados para aliviar el hambre de los más vulnerables, están recibiendo a trabajadores y jubilados que no logran cubrir lo esencial: un plato de comida. Los relatos se repiten en estos lugares e incluso desde la Subsecretaría de Desarrollo Social de Mendoza los reconocen: son los “nuevos actores” en estos espacios, tal cual señaló su titular, Alejandro Verón.

“Vemos que los comedores son un complemento, tenemos un nuevo actor que es el pobre con trabajo; antes era el pobre sin trabajo que venía a buscar ayuda, después de pandemia y más con el aumento de la inflación que mata cualquier salario, la gente no llega a fin de mes”, señaló.

Y luego, subrayó con un dato contundente: “En los comedores 80% de la gente tiene algun tipo de trabajo, ya sea formal o en negro, y lo utilza como una forma de estirar los recursos que tiene”.

Hay más de 500 comedores y merenderos en el Gran Mendoza a los que llegan cada vez más personas con trabajo y jubilados
Hay más de 500 comedores y merenderos en el Gran Mendoza a los que llegan cada vez más personas con trabajo y jubilados

Dijo que se trata de una situación compleja, que hay un estigma social sobre que la gente que asiste a esos lugares por ayuda es cómoda o que no quiere trabajar. A la inversa, remarcó: “La gente va a veces con incomodidad a pedir la comida, es gente acostumbrada al trabajo, no a solicitar ayuda, se ve también mucho con las personas grandes, con los jubilados”

Y resaltó que la gente es muy solidaria en los barrios, saben quién la está pasando mal y se le acercan para ofrecerle la vianda, porque quizás muchos de otro modo no van.

En números

En el Gran Mendoza, la zona más urbana del territorio, que es donde suele acumularse mayor pobreza como en cualquier ciudad, hay al menos 81 comedores. Son los que tienen registrados en el área porque han llegado para pedir o recibir algo de ayuda en su cruzada solidaria, que suele ser iniciativa de organizaciones sociales o vecinos inquietos por aliviar a otros. El segmento que llega a ellos, se amplía cada vez más. Si antes iban más niños, adolescentes y adultos mayores sin ingresos ahora llegan familias completas. Es lo que relatan quienes hacen enormes esfuerzos por conseguir mercadería y trabajar tardes completas para poder brindarles un plato de comida algunas noches. En general lo hacen dos veces por semana, cuando pueden abrir. Es que como agravante, cada vez reciben menos donaciones.

Además, hay registro de 425 merenderos, que suelen ser más pequeños, usualmente casas de familia que abren sus puertas para ofrecer una merienda destinada mayormente a niños, en general una vez por semana o quizás dos.

Pero como se trata de iniciativas que no necesariamente requieren una inscripción, no se descarta que puedan existir algunos otros.

Calcular la gente que busca este tipo de asistencia no es fácil porque varían y no hay registros. Como para esbozar una cuenta, según las estimaciones de Desarrollo Social, a los comedores llegan en promedio unas 60 0 70 personas por jornada mientras que a los merenderos unas 50. De todas formas, en los comedores hablan de números mucho más grandes y Verón señaló que habría al menos tres que pueden rondar las 200 personas. En el comedor Horneritos de Las Heras han llegado a contar unas 1.600 y en el Niños de Dios, del mismo departamento, unas 550. Pero si se toman de mínima los cálculos oficiales, se puede estimar que son al menos unas 26.500 personas las que deben ir a hacer una fila en un comedor para saciar el hambre.

Y no son los únicos canales por los que las personas reciben ayuda. En Desarrollo Social entregan módulos, que son bolsones de comida destinados a las familias. Estos se cuadruplicaron con la pandemia: pasaron de entregar 10 mil en 2019 a dar 40 mil en 2020. Nunca bajaron. Es el total de los 18 departamentos y la mitad se entrega en el Gran Mendoza, que incluye 6. Estos tienen 12 productos básicos como una caja de leche, harina, azúcar, entre otros, calculan que puede durar, con una buena gestión, una semana. Pero, Verón destacó algo no menor: es poco tiempo pero con los costos actuales para una familia es mucho dinero.

El comedor y merendero Los Horneritos da raciones de comida y ha llegado a tener  más de1500 personas entre niños, adultos y ancianos.
Daniel y sus nietos Aron y Nicolay esperan a la intemperie para recibir su ración.

Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
El comedor y merendero Los Horneritos da raciones de comida y ha llegado a tener más de1500 personas entre niños, adultos y ancianos. Daniel y sus nietos Aron y Nicolay esperan a la intemperie para recibir su ración. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

La ayuda alimentaria que los niños reciben por parte de estamentos del Estado en centros educativos de educación formal y no formal es otro ejemplo. Este ciclo lectivo, la Dirección General de Escuelas (DGE) decidió duplicar el presupuesto destinado a comidas escolares: se brindan 230.000 raciones por día en concepto de desayuno o merienda y 60.000 almuerzos.

A pulmón

Tras la pandemia no hubo mejoras, e inflación mediante, la pobreza en el país alcanza a 4 de cada 10 personas y en particular a 6 de cada 10 niños.

En 2020 surgieron ollas populares, de las cuales según relató Veron luego muchas desaparecieron y otras se reconvirtieron en estos comedores. Es el caso de Horneritos, en El Algarrobal, que ha sido testigo del aumento de la demanda.

En 2020 llegamos a tener entre 300 y 500 personas como mucho (por día), en 2021 teníamos unas 700, en 2022, 1.200, es cuando más tuvimos y en mayo de 2023 llegamos a tener 1.647 personas”, detalló Gabriela Carmona, quien lidera la iniciativa.

“El comedor se nutre gracias a la gente que hace donaciones, nuestro problema es que casi tuvimos que cerrar”, contó. “De parte del municipio no tenemos ayuda, nosotros desde el minuto cero decidimos que el comedor no sea con fines de lucro para ningún político, por eso hay funcionarios que no lo ayudan o directamente lo desconocen pese a que es de gran ayuda para Mendoza”, señaló.

“No contamos con el apoyo ni del gobierno ni del municipio, el único apoyo que tenemos es el de la gente, la que nos ve en las redes y el boca en boca”, dijo Juan Villegas, del comedor y merendero Niños de Dios, de Las Heras.

“Estos últimos meses se ha tornado muy difícil llegar a llenar tres ollas los días miércoles porque se han caído muchas donaciones de gente que antes te ayudaba una vez cada 15 días y hoy lo hace una vez al mes”, contó. De hecho, durante tres semanas no pudieron abrir.

“Llega el miércoles a las 14, cuando empezamos a cocinar, vemos lo que tenemos y tratamos de imaginar qué podemos hacer que sea llenador, que rinda y de calor”. agregó.

En el comedor y merendero Corazones Felices, de El Sauce, en Guaymallén, también hacen malabares. Allí, Soledad Castro contó que reciben a unas 150 personas. “No tenemos ayuda del municipio - relató- hemos pedido pero nunca la hemos recibido”. Dan almuerzo y merienda: “Antes de lunes a viernes, ahora no nos alcanza y la damos lunes, miércoles y viernes”.

Por otra parte, algunos reciben módulos (bolsones) para entregarlos a las familias, pero son meros intermediarios. Gabriela dijo que si bien esto ayuda a la gente ellos necesitan insumos para cocinar. Por el contrario, en Desarrollo Social creen que es mejor la estrategia de que las familias preparen la cocina en su casa.

En los municipios

El Gobierno de Mendoza tiene registro de 15 comedores en Capital, 11 en Luján, 10 en Las Heras, 30 en Guaymallén, 5 en Godoy Cruz y 10 en Maipú. En tanto, “los merenderos afloraron por todos lados”, apuntó Verón. Tienen registro de 37 en Ciudad, 71 en Luján, 83 en Las Heras, 75 en Maipú, 130 en Guaymallén y 29 en Godoy Cruz, que suman 425. El funcionario dijo que todos ellos reciben de algún modo ayuda del estado, mientras que en general, con excepciones, los municipios no prestan ayuda directa con su propio presupuesto sino que transfieren lo que da el gobierno. Lo que hacen algunos es solventar otro tipo de recursos.


Hay más de 500 comedores y merenderos en el Gran Mendoza a los que llegan cada vez más personas con trabajo y jubilados

Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
Hay más de 500 comedores y merenderos en el Gran Mendoza a los que llegan cada vez más personas con trabajo y jubilados Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

Consultados los 6 departamentos metropolitanos sobre el panorama, se obtuvo respuesta de cuatro.

En Guaymallén informaron que hay aproximadamente 150 entre merenderos y comedores y que el 80% son los primeros. “El municipio no cuenta con el presupuesto para asistir a merenderos y comedores”, explicaron. Facilita el acceso a donaciones y realiza operativos Silvia Donatti, Directora de Desarrollo Social explicó: “A mi como municipio el Tribunal de Cuentas no me permite entregar a los merenderos o asociaciones por eso lo hace la subsecretaria de Desarrollo Social, tenemos permitido hacer ayudas directas a las familias”.

Refirió que hay dos modalidades que también se ven en el resto del territorio. En los merenderos generalmente les dan la comida mientras que en los comedores lo habitual es que les entreguen vianda para que la gente se lo lleve.

En Luján, Stella Huczak, secretaria de Desarrollo Humano, detalló que hay 3 comedores que dependen del municipio a los que llegan unas 120 personas en total y que se mantienen con fondos provinciales y municipales. De gobierno llegan unos 200 pesos por ración. Además colaboran con un cuarto. “Hay que tener en cuenta que el tema de alimentación ha sufrido cambios en los últimos tiempos, con la incorporación de la tarjeta alimentaria”, destacó en referencia a que con esta asistencia hay personas que dejan de ir a los comedores. Es que dijo que se hace una evaluación y no deben cobrar AUH ni Tarjeta Alimentaria.

En Godoy Cruz tienen 5 comederos con los que tienen contacto y según informaron trabajan con ellos más que nada en proporción de derechos.

Ciudad entregó un pormenorizado detalle: hay 55 merenderos y comedores, de los cuales 15 son de este último tipo. Allí, 12 que asisten 1 vez por semana, el resto dos.

Además, hay 34 merenderos. De ellos, 28 asisten 1 vez por semana y el resto más días.

Por otra parte hay 6 registrados como comedores y merenderos.

Aquí, como en otros casos, también se da la situación de estar supeditados a los recursos. El comedor y merendero “Yo si te Creo” es uno de ellos, está en el barrio San Martín, en una casa y abre sus puertas eventualmente cuando tiene con qué hacerlo. Trabajan 2 veces por semana y brindan alimentos a aproximadamente 300 personas de entre 1 a 90 años.

En el barrio La Favorita hay 4 comedores y todos se organizan con recursos propios mientras que desde la municipalidad comentaron que hay algunos que “se niegan” a recibir donaciones como el merendero “Rosalía”.

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