Incluso esta semana se conoció el dato de que, después de una curva descendente marcada durante muchos años, volvió a subir la mortalidad infantil lo cual en gran medida tiene que ver con la calidad de vida de las personas gestantes, el acceso oportuno a los cuidados y controles de salud y claro, la alimentación.
Hospital Central
En el sistema de salud observan que las personas dilatan las consultas
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“Obviamente, cuando los índices de pobreza aumentan en una población, hay enfermedades que van a resurgir y tiene que ver con las condiciones en que la población vive”, subrayó.
Según las últimas mediciones, en Mendoza la pobreza alcanzó a 42,2% de las personas. Esto involucra a 446.995 personas.
Se encuentran en condición de indigencia 5,4% de los hogares en Mendoza y 6,7% de las personas, lo que refiere a 70.586 personas.
En el sistema de salud observan que las personas dilatan las consultas. Quienes provienen de sectores vulnerables, aunque puedan acceder a los servicios gratuitos estatales, muchas veces no cuentan ni con el dinero para el traslado, no tienen con quién dejar personas a las que cuidan o no pueden dejar de trabajar. Es que no tienen un trabajo en relación de dependencia o son cuentapropistas y si no trabajan, no cobran, un dinero que quizás es el alimento del día para la familia.
Pero lo cierto es que también está ascendiendo la prórroga de consultas entre personas que tienen obra social y mucho de esto tiene que ver con que los prestadores han incorporado coseguros que no pueden costear o deben trabajar más horas.
Enfermedades crónicas
Falaschi mencionó que se ve mucho un deterioro en enfermedades crónicas o no transmisibles como diabetes o problemas cardiovasculares y que tienen mucho componente de prevención. “Tiene que ver con la falta de cuidado de la población, de pacientes empoderados con respecto a su salud; tienen que estar ganándose el sustento o viendo cómo hacen para sobrevivir viviendo al día y los controles y cuidados que tienen que tener, que van desde la nutrición, el ejercicio físico, etcétera, que implican un tiempo y un autocuidado se pierden”, analizó. “Se pierden -continuó- porque la población tiene necesidades básicas que satisfacer, que tienen que ver con sobrevivir, con vivir al día. Más en los tiempos actuales, el estrés, que es otro de los intervinientes en las enfermedades, aumenta en la población por distintos motivos. O sea, a los que les cuesta sobrevivir como los que tienen un estándar de vida, que tienen que mantenerlo, elevan sus niveles de estrés, aumenta el cortisol y obviamente ese desequilibrio hormonal también gatilla las enfermedades autoinmunes y descontrola las enfermedades no transmisibles”.
En Cuyo habrá 50 mil niños pobres más a fines de 2020
Se encuentran en condición de indigencia 5,4% de los hogares en Mendoza y 6,7% de las personas, lo que refiere a 70.586 personas.
Otra cosa que se observa es que se han incrementado los casos de enfermedades asociados a la falta de inocuidad alimentaria, como por ejemplo la triquinosis. “Son enfermedades antropozoonóticas, que tienen que ver con que la gente empiece a comer de lugares no seguros para alimentarse porque son más baratos”, observó Falaschi. También comienzan a surgir emprendimientos informales como recurso para generar ingresos.
Jésica Pereira, Coordinadora del Centro de Salud N°605 del Barrio Foecyt de Godoy Cruz sabe que esto sucede y que la gente muchas veces no va a control.Contó que una de las causas es que si viven en barrios conflictivos no quieren salir de noche para ir a sacar un turno temprano. Por eso, en el caso de enfermedades crónicas procuran darles medicación para largo tiempo y sacarles el turno de control de manera automática para tener más chances de que asistan.
Otra de las problemáticas asociadas a la mala alimentación es la malnutrición, la obesidad y la desnutrición. Conin relevó el año pasado que aproximadamente 30% de la población infantil de barrios vulnerables está desnutrida.
Marcha atrás en salud por la pobreza
Asociado a todo este contexto también se aprecian retrocesos en las condiciones de salud en relación a problemáticas más graves. Un caso es el de la tuberculosis, una antigua enfermedad infecciosa respiratoria que afecta los pulmones. Puede ser mortal y se vincula con la pobreza y las malas condiciones de vida y el hábitat. Incluso se asocia su incremento a los ciclos económicos afectados por una crisis.
Los casos de esta enfermedad se han incrementado 41% en Argentina en lo que va de 2025 en relación al promedio de los 5 años previos, según los datos publicados por el Ministerio de Salud de la Nación. Entre 2020 y 2024, para el período que va entre la semana epidemiológica 1 y la 13 de cada año, el promedio fue de 2.349 casos. En tanto, hasta el 21 de abril pasado, en el mismo lapso, se habían notificado 3.323 casos, es decir, 974 más. Según Nación, el aumento es de 10% anual desde la pandemia de Covid.
En Mendoza, el escenario es similar. La doctora Diana Salvioli, responsable del Programa de Enfermedades Respiratorias del Ministerio de Salud local, señaló a Los Andes que desde 2021 se estima un incremento anual progresivo de aproximadamente 10%. Durante 2024 se notificaron en Mendoza 152 casos de tuberculosis.
Los ingresos de una familia tipo en Argentina deben ser superiores al millón de pesos para no ser considerados pobres.
“La pobreza es la más cruel de las dolencias, es la causa principal de muerte en el planeta y la creciente diferencia entre ricos y pobres una amenaza a la salud mundial”, ha afirmado la Organización Mundial de la Salud.
Otra marcha atrás se conoció esta semana y fue un golpe fuerte: aumentó la tasa de mortalidad infantil en Mendoza, un indicador que, aunque con repuntes esporádicos, mostraba una sostenida tendencia al descenso. Así, se incrementó en 2024 por primera vez en 4 años y pasó de 5,5 cada 1.000 nacidos vivos en 2023 a 7,5 en 2024. Al dar el reporte, el Ministerio de Salud de Mendoza lo asoció directamente a las condiciones de empobrecimiento de la población.
“Durante 2023 y el primer semestre de 2024, Argentina incrementó 15 puntos porcentuales la pobreza, llegando a niveles del 50%. La mayor parte de sus indicadores sociales mostraron marcados deterioros. Estas crisis incrementan la angustia, la ansiedad, el estrés y las tasas de consumos problemáticos, factores de riesgo para las condiciones de salud”, analizó Salud.
Cuadros más graves
En los centros de salud ven que la gente llega con condiciones de alto deterioro que podrían haber sido tratadas antes. Pereira reconoció el caso de la odontología y dijo que la gente llega directamente para la extracción, cuando ya las piezas dentales no pueden ser salvadas. Muchos requieren prótesis.
Destacó que la gente consulta menos y llega con cuadros más complicados.
“Se ve más en niños, quizás no van a hospital porque no tiene cómo ir y llegan con crisis asmática o con bronquitis, te dicen que no los pudieron llevar y pasaron bastante tiempo quizá con fiebre o vómitos”, relató.
También llegan más enfermedades respiratorias vinculadas a las malas condiciones habitacionales, que dijo que afecta a “muchísima gente”. Esto sucede en particular en el invierno.
Agregó que por lo mismo también se ven muchos herpes y la enfermedad de manos, pies y boca, una enfermedad viral frecuente en niños pequeños. Causa erupción de lesiones dolorosas y similares a las ampollas en esas zonas, incluso en la garganta y que pueden ser tipo llagas.
Aunque aún no hay datos en Mendoza, desde abril ganó agenda un nuevo tipo de diabetes a nivel mundial: la diabetes tipo 5. Ha sido recientemente reconocida aunque se venía observando desde hace 70 años a nivel mundial. Se asocia a la desnutrición y se presenta sobre todo en niños y adolescentes. Afecta la conexión entre las neuronas y el desarrollo cognitivo.
“La pobreza es la más cruel de las dolencias, es la causa principal de muerte en el planeta y la creciente diferencia entre ricos y pobres una amenaza a la salud mundial”, ha afirmado la Organización Mundial de la Salud.