La pérdida de poder adquisitivo, profundizada los últimos dos años, ha implicado dificultades para cubrir aspectos básicos de la supervivencia cotidiana. En Mendoza 3 de cada 4 personas asegura que le resulta difícil y hasta imposible comprarse ropa.
En una encuesta realizada por la consultora Demokratía, lo aseguró 74,86% de los consultados. En tanto, 73,91% dijo que le resulta difícil y hasta imposible afrontar los costos de la vivienda, como alquiler, cuota de un plan o mantenimiento del hogar.
“¿El pueblo argentino podrá conformarse con circunstancias económicas estables pero resentidas?”, se preguntaron los encuestadores. El relevamiento buscó tener una fotografía sobre cuánto le cuesta a la gente afrontar los costos de vida y llegar a fin de mes.
Dentro del “top five” de las cosas que a los mendocinos más le cuesta cubrir quedaron, en tercer lugar los créditos como tarjetas o préstamos, que a 43,31% le resulta difícil de afrontar, los servicios e impuestos, al 27,62% y la alimentación a 21,99%.
La proporción de gente que no puede cubrir los tres primeros aspectos: vestimenta, vivienda y créditos ha ido en paulatino aumento entre octubre 2023 y noviembre de 2024. Por el contrario ha habido un descenso en la proporción de quienes no pueden pagar servicios de impuestos y cubrir sus necesidades de alimentación. Esto denota hacia dónde se ha ido el recorte en los hogares.
En el caso de la vestimenta, la proporción de quienes no pueden costearla pasó de 39,14% en octubre de 2023 a 47,13 % en abril 2024 y 74,86% en noviembre de este año.
Una particularidad llamativa es que la proporción de quienes no pueden comprarse vestimenta no varía demasiado según el nivel de instrucción. Esto pese a que en general las personas con mayor formación suelen tener más acceso a empleo de mejor calidad y con mejores salarios.
La plata no alcanza
En la encuesta, 28,37% de los consultados dijo que no le alcanza el dinero que percibe para llegar a fin de mes y dentro de ese segmento, 17,07% dijo que logra subsistir gracias a la ayuda de otras personas. En el extremo opuesto, 3,61% dijo que tiene capacidad de ahorro y 29,37% afirmó que llega sin problemas.
En este punto cabe tener en cuenta que el Índice de Pobreza es de 52,9% entre los mendocinos, igual al promedio nacional. Son datos del primer semestre de 2024 de la Encuesta Permanente de Hogares del Indec. Es decir que 5 de cada 10 mendocinos no pueden cubrir la canasta básica, situación que alcanza a más de medio millón de personas y abarca a 4 de cada 10 hogares.
En este análisis no puede dejar de mencionarse el fenómeno del trabajador pobre, con salarios depreciados, tan insuficientes que ha empujado a más miembros del hogar a insertarse en el mercado laboral, hay un aumento del mercado informal de trabajo y un incremento del empleo demandante. Entre otras cosas, muchos trabajadores se han visto obligados a sumar empleos complementarios al principal.
Según la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas del Gobierno de Mendoza (DEIE), en octubre una familia tipo (de 4 miembros) necesitó tener ingresos por $890.060,72 para no ser pobre. En tanto, para no ser considerado indigente, gente que no puede cubrir ni la canasta básica alimentaria, se necesitó $357.454,10.
Los datos de la consultora mostraron además, que la proporción de quienes no logran llegar a fin de mes ha ido en disminución: pasó de 51,07% en octubre de 2023, a 35,98% en abril de 2024 y a 28,37% en noviembre.
En tanto, es mayor la proporción de mujeres que no logra cubrir sus necesidades: 44,97% versus 31,87% entre los varones. Y es aquí que hay que mencionar otros fenómenos y situaciones, como la feminización de la pobreza asociada al impacto que tiene en sus oportunidades la distribución social de las tareas de cuidado y del hogar, que asumen mayormente.
Reflejo en el mercado
“Hace mucho que no me compro ropa, un poco menos de un año, la última que compré fue el verano pasado, en enero o febrero, fueron unas bermudas”, contó Gerardo (40). La necesidad de ajustarse por ingresos que perdieron poder adquisitivo, pese a tener varios trabajos, lo llevó a priorizar ese rubro como el “menos doloroso”, ya que nunca fue muy “fan” de la ropa. Pero aseguró que hubo otros recortes que debió hacer que le dolieron más. Dijo que en el invierno fue su cumpleaños y recibió regalos mientras que también sobrevive con “donaciones” de miembros de la familia. Ahora está próximo a ser papá. “Nos han dicho que de por sí al recién nacido la ropa no le dura ni un mes, así que la ropa del bebé también es toda heredada, de amigos y de mi prima, más los regalos del Baby Shower”, contó.
Otros se han volcado a la moda circular y compran ropa usada en ferias. “La ropa está carísima y no pienso gastar tanto, así que vamos a ferias y nos encanta, más que nada compramos ropa para ir a trabajar o para el día a día de los chicos, pero también hemos comprado cosas para salir, te ahorrás muchísimo y conseguís cosas muy lindas”, relató Paola (42).
En este contexto, las dificultades de las personas para cubrir una necesidad tan esencial como la ropa, se ha visto reflejada en el mercado. El sector de la indumentaria habla de una verdadera crisis. En setiembre, un informe de la Cámara Argentina de la Indumentaria (CIAI) dio cuenta de que 72% de las empresas reportó caídas en las ventas y aumentaron los despidos en el sector. Según esta encuesta entre empresas del rubro, a nivel nacional, la disminución interanual de las ventas de indumentaria fue del 11%, mientras que 37% de los encuestados registraron caídas de entre el 15% y el 25% en el período analizado.
En Mendoza, hay un condimento extra para este escenario: la cercanía con Chile. La caravana de mendocinos que se dirige al vecino país ha ido en aumento de la mano de un cambio que favorece notoriamente. Allá se consiguen las mismas cosas por un promedio de 50% menos del valor que tienen en la provincia. “¡Me compré esta remera por $5000! Me traje varias” relató una reciente viajera, quien reunió ahorros y dinero prestado para viajar y hacerse de cosas que necesitaba para bastante tiempo.
Los que mejor y peor están
Se observa además que las personas económicamente activas pero de mayor edad son las que se encuentran en mejores condiciones ya que 48,58% asegura llegar sin problema a fin de mes en la franja etaria de entre 55 y 65 años y 4,10% tiene capacidad de ahorro. Es decir, más de la mitad.
También es llamativo que entre las personas jubiladas es entre las que hay una mayor proporción de quienes afirman tener capacidad de ahorro. No es una proporción enorme (13,35%) pero sí es la mayor segmentada por edad. Sin embargo, más de la mitad de ese los adultos mayores (55,74%) dijo que llega con dificultades. Entre ellos, 13,19% llega gracias a la ayuda de otras personas o directamente no llega y tiene carencias, lo cual asciende a 21,39%.
Pero fundamentalmente hay que destacar que entre los más jóvenes se encuentra la mayor cantidad de personas que aseguran que no les alcanza para lo indispensable. Entre los 16 y los 30 años son 42,2%, entre los 31 y los 44 son 31,56% mientras que entre los 45 y los 54 son 23,16%.
“Ahora bien, ¿el pueblo argentino podrá conformarse con circunstancias económicas estables pero resentidas?”, se pregunta Nicolás González Perejamo, Director de Demokratía. “La paciencia reducida a un contrato electoral de objeto único continuará recorriendo solo esa senda o se comenzarán a exigir otras cosas …¿hay esperanza?¿cuánto aguantamos?¿en qué gastamos y en qué no? y ¿para dónde vamos los argentinos que elegimos seguir arriba del barco?”, plantea el analista.
El abordaje se realizó entre el 20 y el 27 de noviembre en Ciudad de Mendoza, Godoy Cruz, Guaymallén, Las Heras, Luján de Cuyo y Maipú entre personas mayores de 16 años.