Un informe del Consejo Empresario Mendocino (CEM) revela una tasa de desempleo provincial por debajo de la media nacional, aunque advierte sobre la persistencia de salarios bajos que no garantizan superar la línea de pobreza. El debate se centra en la calidad del empleo, el avance del monotributo y la necesidad de un crecimiento económico sostenido.
Silvia Jardel, gerente del CEM, dialogó con Aconcagua Radio para analizar la situación del mercado laboral mendocino. Si bien confirmó una tendencia a la baja en el desempleo en los últimos cuatro años, situándose actualmente en un 4,8%, por debajo del 6,4% a nivel nacional, la preocupación radica en la calidad de los empleos y el poder adquisitivo.
El informe del CEM señala que un importante porcentaje de trabajadores asalariados aún se encuentra por debajo de la línea de pobreza, evidenciando que tener un empleo no es sinónimo de bienestar económico. Un dato alarmante es la caída del 27% en el salario real desde 2016 hasta el presente, lo que subraya la pérdida de poder de compra de los trabajadores a lo largo de casi una década.
A la espera de la productividad
Sin embargo, Jardel destacó una recuperación del 17% en el salario real en los últimos meses, impulsada por la desaceleración de la inflación. La expectativa es que esta tendencia continúe a medida que la inflación siga descendiendo. No obstante, enfatizó que el incremento sostenido de los salarios reales está intrínsecamente ligado al aumento de la productividad, lo que requiere mayor capacitación de los trabajadores e inversión empresarial.
Consultada sobre el crecimiento del monotributo, una forma de empleo independiente que ha proliferado en el país, Jardel no profundizó en el análisis. Tampoco pudo verificar la afirmación del gobierno nacional sobre la salida de la pobreza de 10 millones de personas, remitiéndose a los datos oficiales del INDEC y de la Universidad Católica Argentina (UCA), que sí reflejan un aumento del salario real promedio y, consecuentemente, una reducción de los niveles de pobreza.
Para el futuro, el CEM insiste en la necesidad de generar condiciones favorables para la inversión empresarial, lo que impulsará la actividad económica, la demanda de mano de obra y, en última instancia, mejores salarios. La recuperación económica tras la crisis y la alta inflación implica un reacomodamiento de precios relativos y una mayor capacidad de comparación para consumidores y empresas.
El tema de Coviar
En otro orden de temas, Jardel se refirió a la polémica en torno a la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR), abogando por la voluntariedad de los aportes en lugar de la obligatoriedad. En un contexto de alta competencia internacional, consideró crucial reducir la carga impositiva y de tributos para mejorar la competitividad del sector vitivinícola y del resto de las industrias argentinas en los mercados globales. Esta agenda de competitividad incluye la revisión de costos logísticos y la carga laboral, temas pendientes para el debate en el país.
Finalmente, consultada sobre los perfiles laborales más demandados en Mendoza, Jardel admitió desconocer esa información específica, aunque resaltó el valor que otorgan los inversores a la disponibilidad de personas capacitadas y con talento, gracias a la presencia de numerosas universidades e instituciones de formación superior en la provincia.
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