Entrevistada por Pablo Pérez Delgado la psicóloga Ana María Careaga contó en Aconcagua Radio la particular historia que tanto ella como su familia tuvieron con el Papa Francisco. Según Ana María hubo primero “una relación muy estrecha de él con mi madre, Ester Balestrieri de Careaga, en los años 50 cuando ella estaba al frente de un laboratorio de análisis industriales y él, terminando el colegio técnico, fue a hacer una práctica en ese laboratorio. Ella era doctora en química y farmacia y fue su jefa durante esa época”.
De acuerdo a lo que relató Ana María Careaga a Aconcagua Radio, su mamá era paraguaya y militante del Partido Revolucionario Febrerista del Paraguay. “Vino exiliada, perseguida por la dictadura Stroessner”. Ana no deja de resaltar que años después, ya siendo papa, cuando tuvieron una entrevista con él, Francisco haya reconocido aquella impronta tan fuerte que tuvo en su formación de parte de su madre, al punto de decir que “fue la mujer que le enseñó a pensar” y también “la amplitud política, el valor y la responsabilidad del trabajo”.
Víctima de la dictadura
En la entrevista con Aconcagua Radio, Ana María recordó una parte muy fuerte de su propia historia cuando fue secuestrada por la dictadura, el 13 de junio del 77 en la ciudad de Buenos Aires por un grupo armado. “Así es, me secuestraron cuando tenía 16 años, cumplí 17 en el campo de concentración. Me había casado en abril del 77 y me secuestraron en junio. Estaba embarazada de 3 meses y fui brutalmente torturada. Estuve sometida a condiciones infrahumanas de vida. Siempre con los ojos vendados, siempre con cadenas en los pies, siempre aislada. Mi mamá había empezado a acompañar primero a la madre de mi cuñado, Manuel Carlos Cuevas, que había sido secuestrado y continúa desaparecido. Ese recorrido que hacían las madres recorriendo cárceles, comisarías, cuarteles, ministerios, tratando de buscar alguna respuesta frente a la pérdida de sus seres queridos. Cuando me secuestran a mí, mi madre años después, en un intercambio que tuvimos cuando yo ya estaba refugiada en Suecia, me dijo que se sentía como un autómata a partir de mi desaparición, que se iba la mañana y volvía a la noche, todo el día con las madres. Esa búsqueda a partir de la cual las madres, yo digo, fundaron un pacto civilizatorio, idearon un modo de respuesta inédita, que fue lo que permitió denunciar la desaparición, visibilizarla...”
“Justamente el Papa Francisco en un momento me mandó un audio en un aniversario de las Madres en donde me decía que las madres nos enseñaron el camino, precisamente por cómo idearon, cómo inventaron este este modo de búsqueda que visibilizó la desaparición”.
La lucha por los derechos humanos
Ana María Careaga recibió el año pasado el doctorado Honoris Causa en la Universidad Nacional de Cuyo en Mendoza por pedido de la Facultad de Educación. Al respecto señalo: “Para mí ha sido un honor recibir esa distinción, la cual no vivo en el plano personal, sino como una un reconocimiento a la lucha histórica del movimiento de derechos humanos. De hecho, cuando me lo entregaron fui acompañada de los organismos derechos humanos, los familiares que son los que de alguna manera fueron generando las condiciones para lo que tiene que ver con la lucha histórica y con poder pensar también en el plano académico las consecuencias subjetivas del terrorismo estado”.
Ante la pregunta sobre la reivindicación que hace el actual gobierno de la dictadura, Ana María contestó: “Creo que la desaparición es una tragedia, tiene que ver con delitos de lesa humanidad, que justamente quiere decir que lesionan, que ofenden la condición humana y esto significa que no conciernen solamente a las víctimas directas, sino que ofenden al conjunto de la humanidad, por lo tanto involucran a una sociedad en su conjunto y por eso es tan importante todo lo que se pueda escribir en materia de políticas públicas, de memoria, verdad y justicia, y creo que el negacionismo y no solo el negacionismo, sino la reivindicación de los crímenes de la dictadura explicita que hay un ataque y un avasallamiento a estas políticas públicas, un intento de vaciamiento del punto de vista financiero, despidos, un vaciamiento también y desfinanciamiento de los sitios de memoria… Justamente se trata de desandar algo que en la Argentina ha sido modelo, ha sido un modelo en el mundo, que es justamente la lucha por memoria de verdad y justicia”.
Sobre el vínculo del Papa Francisco agregó que “fue en este aniversario de las Madres que él mandó este mensaje diciendo que ellas nos habían enseñado el camino, reivindicando esa lucha. En agosto del año pasado viajó mi hija Anita, que era de la que yo estaba embarazada, a verlo y volvió a mandarnos un mensaje diciendo que había que continuar, que había que dar testimonio, que no había que olvidar justamente en función de la preocupación, que él le expresó a mi hija, por la visita de un grupo de diputados a represores condenados por delitos de lesa humanidad… Así que fue un mensaje muy importante. Yo creo que efectivamente es una época de regreso al testimonio y a la denuncia internacional. Me parece que la educación en esto que se ha dado en llamar la batalla cultural es fundamental y la historia oral ocupa un lugar clave.
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