21 de octubre de 2025 - 12:51

El artista que puso aire acondicionado al oso polar del ex Zoo y su libro incómodo: "el cautiverio es un pacto"

En 2013, Norberto Filippo estuvo 7 meses como director del ex Zoo de Mendoza. Ello lo inspiró a escribir un libro con "incómodas verdades". Todos sus actos.

Cada vez que el polifacético y excéntrico artista plástico Norberto Filippo abre la boca, las aguas se inquietan. Eso es algo que él mismo tiene bien en claro y, disfruta. Porque es su sello distintivo. "Si todo el mundo coincide con lo que digo, significa que estoy siendo complaciente con todos. Y eso no está bien", describe Filippo a Los Andes.

Norberto Filippo, el artista que emocionó a Cristina, fue director del Zoológico de Mendoza y logró que se vaciara por única vez el Lago del Parque. Foto: Archivo Los Andes.
El artista que instaló un aire acondicionado al oso polar del Zoo y su libro incómodo:

El artista que instaló un aire acondicionado al oso polar del Zoo y su libro incómodo: "el cautiverio es un pacto"

Filippo saltó a la fama en marzo de 2011, luego de obsequiarle a la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner un cuadro de Néstor Kirchner hecho por él mismo y logrado con un "blend" de pinturas y vino malbec. Desde entonces, Filippo no paró: rescató el casco abandonado del histórico barco La Cuyanita para restaurarlo (trabajo que, aclara, sigue en marcha), vació el lago del Parque San Martín para estrellar un auto viejo arrojado desde las alturas contra un bloque de hormigón (para demostrar la resistencia de estos cubos, donde pretendía almacenar pilas usadas y chatarra electrónica) e hizo obras que incluían siluetas y que podían verse dese las alturas (al mejor estilo Líneas de Nazca).

Sin embargo, entre sus "locuras" -como él mismo define a sus acciones, u obras- más recordadas, se destaca su gestión como director del ex Zoológico de Mendoza, actualmente reconvertido a Ecoparque y cerrado al público desde mayo de 2016. En 2013, durante la gobernación de Francisco Pérez, Filippo estuvo siete meses al frente del entonces paseo ubicado a la vera del Cerro de la Gloria.

Entre otras acciones resonantes al frente del Zoo, resulta imposible de olvidar el día en que Filippo decidió retirar un equipo de aire acondicionado de su despacho en este predio para hacerlo instalar en el recinto del deteriorado y alicaído oso polar Arturo, quien pasaba sus días en un entorno completamente hostil y con temperaturas de hasta más de 40° en verano.

Y fue precisamente esta efímera estadía como director del ex Zoológico de Mendoza lo que despertó en Filippo la necesidad de publicar su propio libro, "Prisioneros del Silencio". En este trabajo, ya escrito y a la espera de ser publicado (tanto en formato físico como digital), el artista de “alma bonaerense, pero corazón mendocino” no se guarda nada.

En sus años como director del Zoológico junto al por entonces secretario de Ambiente, Marcos Zandomeni. Foto: Archivo Los Andes.

"Hay una verdad incómoda, que contradice la lógica simple del opresor y el oprimido, y que pocos están preparados para comprender: los animales, contra todo pronóstico, contra todo poema sobre la libertad, añoran a sus carceleros", larga, así, sin anestesia, Filippo.

"En el libro se van a leer muchas verdades que se ocultan y los pobres animales pagan con su carne todo el sufrimiento", describió el diseñador industrial y artista plástico. Y hasta confirmó haber recibido amenazas referidas a "tener cuidado" con lo que fuese a incluir en el libro.

La particular visión de Filippo sobre los animales en los Zoológicos

Aunque sabe que va en contra de lo políticamente correcto y del discurso que busca eliminar la idea del Zoológico como un espacio de disfrute a expensas del cautiverio de los animales, Norberto Filippo plasma en su libro su particular punto de vista. Y se explaya en sus propios fundamentos.

"Los animales añoran a quienes van a mirarlos. El encierro, comprendí, no es una condición meramente física; es un estado del alma, un pacto perverso y delicado que se teje entre dos especies. Cuando el último visitante se marchó y los candados giraron, no comenzó la libertad, sino una lenta y metódica disolución", describe el artista, quien hoy vive en Buenos Aires.

Más frentes contra la designación de Filippo como director del Zoo
Filippo y sus cuadros de presidentes latinoamericanos hechos con pintura y vino.

Filippo y sus cuadros de presidentes latinoamericanos hechos con pintura y vino.

En las líneas posteriores, Filippo se anima a imaginar a la elefanta Kenya (ya trasladada de Mendoza al Santuario Global de Elefantes de Brasil), aunque todavía en su recinto de piedra y cemento. En ese sentido, Filippo la imagina caminando en soledad, deteniéndose donde siempre lo hacía para balancear su trompa ante la mirada de los niños que la visitaban. Pero sin ese público. También se anima a hablar de una de las tigresas que, por entonces, aún vivían en el lugar.

"Dejó de rugir. ¿Para qué rugir si no hay un corazón al otro lado que se estremezca? Su rugido no es un simple sonido; es un lenguaje, una conversación íntima con el miedo ajeno, una forma de esculpir su ferocidad en el aire. Cuando no hay nadie que tema, el rugido se convierte en un monólogo absurdo, una palabra sin oídos", resume Filippo en las páginas de su libro.

"El cautiverio es un pacto psicológico. Estos animales no solo se han acostumbrado a nosotros; nos han incorporado a su biología, a su etología más profunda. Somos el estímulo que confirma su existencia. Nuestra mirada es el espejo en el que se reconocen. Sin ella, dudan de ser reales", continúa.

De hecho, quien fuera director del ex Zoo mendocino no duda en afirmar que, de reabrirse las puertas del paseo, "los animales, al escuchar de nuevo el murmullo de las voces (...) revivirían de una manera que jamás hubiéramos creído posible". En esa sintonía, y con un tono por demás reflexivo, Filippo se anima a ir más allá y comparar las conductas de los animales en cautiverio con las del ser humano.

Filippo quiere convertir el Zoo en un paseo "virtual”
Postales del ex Zoo de Mendoza antes de que sea reconvertido a Ecoparque

Postales del ex Zoo de Mendoza antes de que sea reconvertido a Ecoparque

"¿Acaso no somos igual? ¿No corremos desesperados buscando testigos para el drama de nuestras vidas? Publicamos nuestros logros, nuestros amores, nuestras cenas, necesitando esa validación externa, esos 'me gusta' que son los rostros modernos tras el cristal, para sentir que existimos de verdad. Nos hemos convertido, sin apenas darnos cuenta, en animales de zoológico que necesitan del público para sentirse vivos. Hemos internalizado la mirada del otro hasta convertirla en la jaula más elegante y opresiva", describe Filippo.

"Esta es la paradoja última, la que duele admitir: captor y cautivo terminan por necesitarse, por definirse mutuamente, en un baile de dependencia recíproca. Nosotros, los humanos, necesitamos creer que nuestro dominio sobre la naturaleza es benévolo, educativo, un mal necesario para un bien mayor. Y ellos necesitan desesperadamente nuestra presencia para recordar quiénes se supone que deben ser, incluso si esa identidad no es más que un pálido reflejo, una sombra grotesca de la criatura magnífica que un día fueron", acota.

La frase de Filippo al asumir: "Yo no voy a vacunar al mono”
El artista que instaló un aire acondicionado al oso polar del Zoo y su libro incómodo:

El artista que instaló un aire acondicionado al oso polar del Zoo y su libro incómodo: "el cautiverio es un pacto"

Las otras denuncias que incluye en el libro, y sus respectivas amenazas

Según explica a Los Andes, en el libro, Filippo también se detiene en el sistemático y preocupante robo de agua -por medio de pinchaduras- que particulares hacen desde el caño que conecta un ojo de agua ubicado en uno de los puestos del piedemonte mendocino con el Cerro de la Gloria (con la función de abastecer de agua al ex zoo y a la zona).

LAS MAS LEIDAS