Fernando Reto Reynal, el abogado que estuvo perdido seis días en la montaña, dijo que aceptará la oferta de contar su experiencia de supervivencia a “medios especializados y serios que me han convocado”.
Sin tener que pagar los costos del operativo de búsqueda, el montañista aficionado Fernando Reto Reynal planea pautar entrevistas con publicaciones especializadas.
Fernando Reto Reynal, el abogado que estuvo perdido seis días en la montaña, dijo que aceptará la oferta de contar su experiencia de supervivencia a “medios especializados y serios que me han convocado”.
Para los expertos Reto cometió un error al elegir el camino de descenso de la cumbre del cerro El Plata, pero después tomó todas decisiones acertadas, que fue lo que le permitió llegar con vida a Uspallata.
“Estoy intentando ponerme al día con la lectura de todos los mensajes que recibí en estos días y, especialmente, agradecer a todos aquellos que se avocaron a mi búsqueda”, dijo el abogado aficionado al montañismo, porteño de origen y residente en Mendoza desde hace algunos años.
“Agradecer a los periodistas que se encargaron de difundir esa búsqueda, al gobierno de mi querida provincia de Mendoza, a la Patrulla de Rescate, a Gendarmería, a los militares, al Club Andino, a Fede Mariel (experto en andinismo y rescates) y demás amigos, amigas y compañeros de la montaña”, enumeró.
Después de esto, de todos esos mensajes “que estoy intentando de a poco responder”, dijo: “Quiero poder pasar a aparecer en algunos medios especializados y serios (de montañismo) que me han querido convocar”.
Fernando Reto no deberá afrontar ningún reintegro por los gastos del operativo de rescate. No hay ley que lo establezca y, además, se supone que su pérdida fue accidental y no buscada, por lo no hay dolo en esa acción.
Reto ya declaró ante la fiscal de Hmicidios Claudia Ríos, quien solo puede incorporar la declaración a la causa abierta por desaparición y cerrar y archivar el expediente.
Reto equivocó el camino de bajada de la cumbre del cerro El Plata. “Empiezo a bajar y no veo a nadie, ninguna ruta, ningún camino, ninguna huella, nada”, recordó.
Esto se puede deber a la falta de oxígeno en el cerebro, ya que la cumbre está a poco más de 5.900 metros.
A esa altura aparece la hipoxia (falta de oxígeno). A grandes altitudes, la presión de oxígeno es menor, lo que reduce la oxigenación del cerebro y puede causar confusión, dificultad para concentrarse y disminución del juicio.
Además, el esfuerzo físico en altura es mayor y la combinación de cansancio, frío y falta de energía puede llevar a decisiones impulsivas o erróneas.
También el frío intenso puede afectar la motricidad fina y la claridad mental, dificultando la toma de decisiones.
Otro efecto puede ser la deshidratación. La pérdida de líquidos por la respiración acelerada y la menor sensación de sed pueden provocar deshidratación, afectando el rendimiento mental.
También puede aparecer el Mal Agudo de Montaña (MAM), cuyos síntomas son el dolor de cabeza, mareos y náuseas y pueden hacer que un andinista subestime los riesgos o sobrestime sus capacidades.
Además, el efecto de la altitud produce una modificación en la percepción del riesgo. La euforia o la negación de síntomas pueden llevar a ignorar señales de peligro, como mal clima o signos de agotamiento.
Pero esa equivocación en la ruta de descenso es el único error. Posiblemente, una vez que Fernando Reto fue bajando y su cerebro se oxigenó mejor a menor altura, comenzó a tomar decisiones acertadas.
“Empecé a comer solo lo justo, a tomar mucha agua, a seguir el cauce del río (Río Blanco II) y no separarme de él, a dormir de noche y caminar durante todo el día”.
La historia, esta vez, terminó bien.