3 de octubre de 2025 - 14:14

Dolor por la muerte del periodista Cristian Ortega, ese querido "Gordo" que dejó enseñanzas de periodismo (y de vida)

A los 50 años falleció hoy en el hospital Español el periodista Cristian Ortega. Había sufrido un ACV y dos infartos. Su familia decidió donar sus órganos.

El querido y comprometido periodista mendocino Cristian Ortega (50) falleció durante las últimas horas. El Gordo, como lo conocieron en todas las redacciones y medios por las que pasó (entre ellas la de Los Andes) había sufrido un ACV y dos infartos, y permanecía internado en el Hospital Español.

"El Hospital Español de Mendoza comunica con profundo pesar el fallecimiento del paciente Cristian Ortega (50 años), ocurrido en el día de hoy a las 13 hs.", confirma el comunicado emitido desde el efector de salud de Godoy Cruz.

Ortega se había ganado el respeto y cariño de sus compañeros de trabajo y alumnos universitarios (sus clases en la Universidad Maza serán inolvidables) de la mano de su profesionalismo, carisma y empatía. Su ácido y, a la vez, naif sentido del humor eran parte de sus rasgos distintivos, así como también -y por sobre todas las cosas- el compromiso a la hora de ejercer el periodismo en la calle y siempre desde el lugar de los más desfavorecidos y quienes más lo necesitaban.

"Ortega ingresó a nuestra institución el pasado día domingo 29 de setiembre con un diagnóstico de Accidente Cerebrovascular (ACV) Hemorrágico de Tronco Encefálico. A pesar de la inmediata y constante asistencia brindada por un equipo multidisciplinario de Terapia Intensiva, Neurocirugía y Hemodinamia, y de haberse realizado todos los esfuerzos médico-quirúrgicos y terapéuticos posibles, el cuadro clínico irreversible derivó lamentablemente en su deceso", sumaron en el comunicado.

Además, desde la institución médica confirmaron que la familia del comunicador y docente decidió donar sus órganos. "En medio de este dolor, destacamos la inmensa generosidad de la familia, quienes tomaron la noble decisión de proceder con la ablación y donación de sus órganos".

Su trayectoria lo hizo destacarse en diario Los Andes, UNO, El Sol Investiga (semanario), luego convertido en diario. También pasó por MDZ y El Ciudadano News. Pero no solo su trabajo se limitó a medios gráficos, sino también en formatos digitales, televisión y radio. También se hizo un respetable lugar en la prensa institucional, así como también en la creación de contenidos para redes sociales.

image

Un tipo querido por todos

Sin importar que ocurriera y si la redacción estuviese explotada en cuanto a noticias o impregnada de una atmósfera hostil, a El Gordo nunca le faltaba una sonrisa en su rostro, ni un chiste en sus palabras (aunque fuese de esos chistes fuera de lugar y que no cualquiera se hubiese animado a hacer).

Comprometido con las causas sociales y de Derechos Humanos, Ortega siempre se las ingeniaba para que estas noticias trascendentales no quedaran afuera de la agenda mediática. Como editor, siempre veló porque los Juicios por Delitos de Lesa Humanidad perpetrados durante la dictadura militar tuvieran espacio en las páginas de los diarios donde trabajó.

Su familia -su esposa Ina y sus hijos, Lautaro y Mora- siempre estaban en cualquiera de sus conversaciones. A tal punto de que, aunque uno no los conociera en persona, era como si estuviesen en el grupo desde toda la vida.

Incluso, en eventos sociales y donde coincidía con otros colegas, tenía una predilección por acercarse a hablar e intentar integrar a aquellos que, más retraídos y tímidos, se mantenían al margen del gran grupo. E intentaba hacerlos "romper el hielo".

Cristian Ortega 3

"¿Llevar a cabo? ¿Qué, es un barco?"

Profesor de la Facultad de Periodismo de la Universidad Maza, donde también había estudiado, Cristian Ortega fue de esos profesores que trascendieron (y trascenderán) las aulas. Sus filosas frases -de esas que, sin anestesia, son por demás necesarias- quedan aún en la memoria de sus alumnos.

El Gordo renegaba, como pocos, de las frases hechas y clichés dentro del periodismo y la redacción gráfica. Por eso no sorprendía que en su rol de editor, recostado con la espalda hacia atrás en su silla y frente a la computadora -quizás, con un cigarrillo apagado sobre la oreja-, llamara a alguno de los redactores.

"¿Por qué usás acá 'llevar a cabo'? ¿Estás hablando de un barco?", decía, en voz alta, y con picardía. "Podés poner llevar adelante y se entiende igual, porque 'a cabo' se llevan los barcos", completaba, sonriente, y con ese rol de profesor (que trascendía de la facultad).

PILARES II- generales 1
Cristian Ortega como moderador en un evento de Pilares

Cristian Ortega como moderador en un evento de Pilares

Ni hablar si llegaba a encontrar en su revisión de texto frases del estilo "Vale recordar" o "Como todos sabemos". "Volvé a leer la frase que escribiste acá, pero sin el 'vale recordar' del principio... ¡Se entiende igual! Y ahorrás espacio de escritura", aclaraba ante el primero de estos ejemplos.

"Che, ¿y qué pasá si hay alguien que no lo sabe? Podés evitar el 'Como todos sabemos'" era su segundo consejo, siempre infaltable.

Tan infaltable, quizás, como la recomendación que daba a cualquier estudiante de periodismo de leer Tinta Roja, el libro de Alberto Fuguet (obra que estaba incluida en su programa de estudios) y que cuenta la historia de un joven periodista que está comenzando en su oficio y se choca con las dificultades inherentes de la profesión y sus imprevistos, aquellas de las que nadie habla en los manuales de periodismo y comunicación.

Cristian Ortega 2

El Gordo era la personificación de la memorable frase de Ryszard Kapuscinski quien, con contundencia, escribió: "Para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser buenos seres humanos. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas. Si se es una buena persona se puede intentar comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus dificultades, sus tragedias".

LAS MAS LEIDAS