De los 115 alumnos sancionados en el Colegio Santa María, 11 no podrán evitar rendir libres. Todos deberán pagar por los destrozos.
Destrozos en un colegio: cuántos chicos deberán rendir libres y cómo pagarán por los daños
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Los Andes A ocho días de la revuelta en el Colegio Universitario Santa María (Godoy Cruz) y que derivó en duras sanciones para 115 alumnos de quinto año, desde el establecimiento confirmaron cómo se desarrollará el cierre del ciclo lectivo. De los 115 estudiantes involucrados y sancionados por los destrozos -en un comienzo se habló de 140-, son 11 los que ya no podrán zafar de rendir todo el último año libre.
No obstante, de los otros 104 chicos implicados -y sancionados, aunque sin haber quedado libres-, varios de ellos estaban a la espera de la definición referida a los exámenes integradores formativos. Se trata de aquellos chicos que debían rendir contenidos pendientes para poder completar el año y, en consecuencia, terminar el secundario.
En ese sentido desde el establecimiento confirmaron que a partir de hoy, viernes 5 de diciembre, comenzará el cronograma de integradores formativos. Y que se extenderá a partir del martes próximo -9 de diciembre- hasta el jueves 11.
"Muchos chicos de quintos tenían la necesidad de rendir integradores formativos, que es parte del calendario de exámenes cuando hay necesidad de mejorar complementar o complementar notas. El esquema de fecha de esos exámenes integradores formativos se habían suspendido transitoriamente hasta que surgiera la decisión final. Y, ya determinadas las medidas, correspondía confirmarlas", destacó el representante legal del Colegio Santa María y secretario legal y administrativo del rectorado de la UCh, Juan Andrés Torrecillas.
No obstante, el vocero del colegio advirtió que la posibilidad de zafar de quedar libres para estos 104 chicos se desprende de la reducción de sanciones -de 20 amonestaciones pasarían a 14- y está condicionada obligatoriamente al cumplimiento del Plan de Trabajo de Reparación y Recapacitación Escolar.
"Si el chico rinde los integradores y los aprueba, pero después no cumple con el plan, no va a tener la reducción y las amonestaciones serán 20. Y al tener 20 amonestaciones, deberá rendir todo el año libre", destacó Torrecillas.
El 27 de noviembre, cerca de las 13:15, el director de la escuela les comunicó a los estudiantes de los cinco quintos del Colegio Santa María que ese sería el último día de clases y no el viernes 28, como estaba previsto.
Ello motivó el enojo de los adolescentes, quienes tenían previsto celebrar aquella noche el Último Último Día (UUD) en un salón de fiestas, desayunar en un local de comida rápida y llegar todos juntos a las 7 al colegio el viernes para disfrutar lo que iba a ser su último día de clases.
Ante esta inesperada comunicación, los 115 estudiantes comenzaron a insultar y cantar contra el director ese mismo jueves. Además, rompieron las hojas de sus carpetas para convertirlas en lluvia de papelitos y despedir su último año. Pero la situación no tardó en desmadrarse y algunos de ellos comenzaron a voltear bancos de las aulas. Algunos, más violentos, rompieron un matafuegos, el parlante de una computadora del colegio y las maquetas que alumnos de la Facultad de Diseño habían realizado y estaban en el edificio (el secundario comparte sede con algunas facultades de la Universidad Champagnat).
A raíz de estos desmanes, mediante resolución, el secundario -dependiente de la U Ch- dispuso sancionar con 20 amonestaciones a todos los chicos que habían sido identificados por preceptores, docentes y directivos en medio de la revuelta.
La misma resolución plantea que aquellos estudiantes que no contaran con más de 5 amonestaciones previas podrían acceder a una reducción de la sanción, llegando a 14. Para ello deberían participar de un plan de trabajo de reparación y recapacitación, que incluye actividades comunitarias, institucionales y de formación ética y convivencial. Este se desarrollará entre el 12 y 18 de diciembre y comprende tareas de limpieza y reparación, proyectos pedagógicos, elaboración de materiales para los distintos niveles, actividades solidarias y participación en talleres de convivencia.
Además, todos los estudiantes deberán preparar y aprobar un coloquio formativo como instancia obligatoria de reflexión y aprendizaje sobre normas institucionales y responsabilidades.
No obstante, aquellos alumnos que ya contaran con más de 5 amonestaciones previas, quedan excluidos de la reducción. Y es que, al sumarse esas cinco amonestaciones con las fijadas en la reciente sanción -incluso, ante una eventual reducción-, son estudiantes que superan los 20 apercibimientos y deberán rendir libre todo quinto año.
"En los últimos artículos, la resolución 65 dispone que se va a hacer el relevamiento de datos y la determinación de daños en cifras. Ello se va a prorratear entre los chicos que intervinieron y ese monto se va a aplicar en las cuotas que restan pagar", destacó Torrecillas.
Si bien los chicos están completando el secundario y la última cuota regular que deberían abonar es la de diciembre 2025, también deben cancelar el pago del título y la solicitud del certificado analítico. Y es en esos pagos donde se aplicará el recargo para costear los daños en el establecimiento.
Si bien Torrecillas destacó que aún ni siquiera tienen una estimación de los montos, trascendió que es millonario y ello deberá ser costeado por las familias de los 115 estudiantes involucrados.
Ni bien se conoció el detalle de la sanción el martes de esta semana, fueron varios los padres de los chicos sancionados que denunciaron públicamente -y ante las autoridades del colegio- que no todos los chicos causaron destrozos. De hecho, contaron que fueron muy pocos los violentos, mientras que la mayoría de los estudiantes dio vuelta bancos (sin romperlos), insultó al director y tiró las hojas.
Además, se quejaron de que esos pocos que causaron daños mayores -cerca de 10 estudiantes- ni siquiera quedaron entre los sancionados, por lo que están en condiciones de terminar el secundario sin contratiempos.
Indignados por haber colocado a todos dentro la "bolsa de los violentos" e, incluso, por haber dejado afuera a quienes realmente causaron daños de consideración, los padres solicitaron reuniones con las autoridades. Además, hablaron de la "falta de autocrítica" de los directivos, quienes decidieron unilateralmente que el viernes no habría clases. Todo ello derivó en el malestar de los chicos.
"¿Qué tan justa es una sanción por destrozos, cuando aún no se sabe quiénes son los verdaderos culpables?", se preguntó una de las madres consultadas por Los Andes, con una mezcla de ironía y enojo. Además, aclaró que no cuestionan las sanciones, sino la desigualdad a la hora de castigar a algunos y a otros no.
"¿Por qué hay una lista de estudiantes sancionados en la que misteriosamente faltan nombres? ¿Y por qué entre esos nombres que faltan, la mayoría de los chicos dicen que están los que rompieron matafuegos, parlantes y cortinas?", acotó.
Incluso, la mujer fue más allá y advirtió que los chicos están recibiendo amenazas de aquellos que no están en las listas donde se les advierte “que no hablen”. Y contó que el ambiente no es el mejor de cara al inminente viaje de fin de secundario.
"En 15 días tienen su viaje de egresados. Todos juntos. ¿Quién se hará responsable de las posibles consecuencias?", cerró.