A sus 31 años, Camila Manera es una de las voces más activas en Argentina cuando se habla de Inteligencia Artificial. Con una carrera meteórica como los cambios tecnológicos de la última década, cruza diseño gráfico, programación y análisis de datos. Hoy asesora a grandes empresas y startups, brinda charlas y se capacita de forma constante.
Camila visitó Mendoza para capacitar a la empresa multinacional Movistar y, en diálogo con Los Andes, compartió su mirada sobre el presente y el futuro de esta herramienta clave en el mundo del trabajo. "El desafío ya no es tanto el cambio tecnológico, sino el cultural", afirma.
Con un pasado en Disney, donde estuvo siete años, primero en diseño de productos y luego en el área de datos, Manera es cofundadora y hoy accionista de Libre de Pases, una plataforma de fútbol que utiliza la inteligencia artificial como herramienta principal. Está convencida de que esta tecnología no reemplaza la creatividad humana, sino que puede potenciarla cuando hay una visión clara detrás. "El foco está en qué se le pide a la herramienta y con qué criterio", resume.
-¿Cuál es el principal pedido que te hacen las empresas cuando buscan tu asesoría en Inteligencia Artificial?
-Lo que más buscan es tener una estrategia y una visión a largo plazo para producir más y mejor. Pero siempre les digo que no alcanza con invertir en IA, hay que generar un cambio cultural dentro de la empresa. Es el mayor desafío. Hay que invertir en tecnología y, al mismo tiempo, acompañar a los empleados en ese proceso. Si no, los proyectos fracasan.
-¿Ahí es donde más fallan entonces?
-Sí. Muchas empresas quieren implementar herramientas de AI, pero fallan al no acompañar ese proceso con un cambio cultural. Muchas veces no están dispuestas a hacer ese esfuerzo de acompañar y capacitar al personal; prefieren despedir gente y volver a contratar, pero eso a largo plazo es más costoso. Las empresas que entienden que ambas cosas van de la mano marcan la diferencia. En Disney, por ejemplo, te daban muchas herramientas para crecer y uno, como empleado, después las capitalizaba o no.
-Sucede que muchas compañías se enorgullecen de trabajar con Inteligencia Artificial, ¿pero los creativos sienten vergüenza de admitir que la usan?
-Totalmente de acuerdo. Pasa más en Argentina y Latinoamérica, creo. Tal vez es por cómo se comunicó el impacto de la herramienta. Parece que, si usás AI, no tenés injerencia en lo que hacés. Pero en realidad, para usarla en un proceso creativo se necesita mucho conocimiento previo y una visión para ordenar ese caos de datos. El 80% del trabajo depende de qué le pedimos y cómo lo hacemos. Igual creo que la mentalidad ya está cambiando: sabemos que la AI no mata lo creativo. El peligro aparece cuando no tenemos un rol activo y no somos protagonistas del proceso.
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Camila Manera asesora a grandes empresas y startups y brinda charlas. Está convencida de que la IA no reemplaza la creatividad, sino que puede potenciarla. | Foto: gentileza
-¿Las empresas que están produciendo con IA quieren que sus trabajadores trabajen menos y mejor o que produzcan más?
-El concepto de trabajo está cambiando en todo el mundo con la AI. Pensar que por trabajar 8 o 9 horas se trabaja mucho o poco es una idea bastante antigua. Si cumplís los objetivos, podés usar el tiempo que sobra para otras cosas: estar con tu familia, descansar o recargarte para el día siguiente. Por eso se habla de jornadas más cortas. Muchas startups trabajan por objetivos, no por horarios. Aunque también está ese fenómeno de que algunas empresas, como en Estados Unidos, vuelven a las oficinas. Creo que las conexiones humanas siguen siendo valoradas.
La importancia del dato organizado
-En Disney lideraste un proceso que unificó todas las fuentes de datos de la compañía y lo vinculaste al storytelling para la toma de decisiones. ¿Por qué es tan importante procesar los datos si está la AI?
-Es el primer paso, es el punto de partida para tomar decisiones. Todas las empresas tienen datos, pero muchas no saben para qué sirven o cómo procesarlos y eso les impide tomar decisiones para sus negocios. La AI justamente "explota" porque tenemos mucho volumen de datos, pero si no están bien estructurados no es muy útil. Muchas empresas quieren usar AI, pero no tienen sus datos ordenados.
-¿Te sentís parte de una generación "puente" entre los diseñadores clásicos y los nuevos creativos que programan modelos?
-Soy parte de la generación del quiebre. En la facultad hacía afiches en papel. Hoy, todo eso ya no existe. Siempre intento salir de mi zona de confort. Si no tengo desafíos, siento que debo avanzar en algo nuevo. Pero creo que no solo es una cuestión generacional. Lo importante es tener una visión dispuesta al cambio, que es lo único constante. Si no, te quedás afuera.
La IA, como propósito y alter ego
-Hablás mucho de tener un propósito en la vida. ¿Cuál es el tuyo y cómo lo encontraste?
-Desde chica quise dejar una huella, cambiarle en algo la vida a las personas. Si mi trabajo no tiene sentido para mí, no me sirve. Creo que mi propósito lo encontré de chica, con una experiencia personal: mi papá falleció de cáncer cuando yo tenía 11 años. Fue un golpe de realidad. Sentí que no estamos acá para siempre y que todo lo que haga debe tener un significado. Hoy, con la AI, busco mejorar procesos y hacer la vida más fácil y linda a las personas.
-¿Para qué otras cosas utilizás la Inteligencia Artificial en tu vida cotidiana?
-Para casi todo. La AI es mi agenda personal. Me pongo objetivos anuales, los divido por trimestres y después los transformo en objetivos semanales. Me ayuda a organizar tiempos y actividades, incluso a decir que no. Antes decía que sí a todo. Ahora, si me piden algo que no se alinea con mis objetivos, digo que no. Me dio más equilibrio. También me ayuda con presupuestos, clientes, proyectos…
-¿Probaste alguna vez hacer "terapia" con Inteligencia Artificial? Parece que es un boom en este momento.
-Hice muchos años de terapia presencial y no lo reemplazo. Pero la otra vez usé la AI para orientarme en un tema personal y me gustó, me sentí cómoda. Creo que puede ser un complemento. No reemplaza nada. Si alguien hace "terapia" por primera vez con AI, sin conocimiento previo, puede tener una visión errónea de lo que es la realidad. Por eso está bueno hablar de esto con los chicos, para que no se confundan y sepan usar la herramienta. Ellos son los más vulnerables y es importante que desde la familia se hablen de estos temas. Como todo, es una herramienta más que puede facilitar si se usa bien.
-¿Todavía no le pusiste nombre a tu "mano derecha"?
-(Se ríe) No tiene ninguno todavía, pero podría hacerlo. Quizás le ponga Belén, como mi segundo nombre.