Cada vez son más los estudiantes que pasan de año: ¿Buen nivel o facilidad?

Un informe reveló que en Mendoza, como en casi todo el país, disminuyó la cantidad de alumnos que no avanzan de grado entre 2011 y 2019, lo que abre el debate sobre el nuevo paradigma de educación.

En Mendoza, la tasa de estudiantes secundario que no pasan de año para el nivel secundario bajó de 24,1% a 17,5% entre 2011 y 2019.
En Mendoza, la tasa de estudiantes secundario que no pasan de año para el nivel secundario bajó de 24,1% a 17,5% entre 2011 y 2019.

El Observatorio Argentinos por la Educación, reconocido por sus estudios sobre el sistema escolar del país, realizó un informe en el que concluyó que cada vez son más los estudiantes que pasan de año a nivel nacional, ya que el porcentaje de alumnos que no avanza de grado cayó 4,7% en secundarias y 1,4% en primarias, desde 2011 a 2019.

Los datos surgen del estudio “¿Todos pasan? La promoción de grado/año en Argentina”, con autoría de Flavio Buccino (docente y especialista en gestión educativa), Gabriela Catri y Martín Nistal, investigación que exploró la evolución de la promoción escolar desde 2011 a partir de la información de los Relevamientos Anuales publicados por el Ministerio de Educación de la Nación.

En todo el país, la tasa de estudiantes que no pasan de año para el nivel secundario pasó del 18,4% en 2011 al 13,7% en 2019; mientras que en la primaria la tasa de no promoción cayó de 3,1% a 1,7% en el mismo período. En Mendoza en particular, la baja fue de 24,1% a 17,5% en escuelas secundarias, y de 3,4% a 1,3% en primarias, también entre 2011 y 2019. La tendencia fue así en todas las provincias, a excepción de Santa Cruz y Tucumán.

Emilio Moreno, director de Educación Secundaria de la Dirección General de Escuelas (DGE), aseguró que “en esa dirección venimos trabajando hace años”, ya que “socialmente necesitamos un país en el que todos los chicos tengan la escuela secundaria con los saberes adquiridos y las competencias desarrolladas”. El funcionario remarcó que “no solo mejoró la promoción, sino que también la retención: tenemos 12 mil chicos más en las escuelas secundarias de Mendoza y 9 mil chicos más promocionados en secundarias orientadas que hace 3 años atrás”.

Las estadísticas y los números vienen acompañados de formas y decisiones, por lo que la permeabilidad de un año a otro en las escuelas de la provincia despierta el debate sobre la educación de los niños y adolescentes mendocinos, y si el aumento de chicos que pasan de grado se debe a un buen nivel o a las facilidades que el sistema da para hacerlo. En respuesta, Moreno manifestó que “ha cambiado el formato pedagógico y la visión en el aula”, y luego agregó que “el nivel secundario era un sistema elitista, en el que el chico fracasaba y se iba del sistema”, pero que “la secundaria que necesitamos es la que el chico quiera estar en la escuela, que no falte porque es aburrida”.

En coincidencia, Ximena Miralles, profesora de grado universitario en Ciencias de la Educación, opinó que “hay un cambio social muy importante”. La profesional detalló que “muchas veces se habla del vaciamiento de contenidos y que los chicos cada vez saben menos”, y que lo que sucede en la actualidad es que ha cambiado el enfoque de enseñanza, del contenido hacia las capacidades: “Los chicos tienen la información a un click de distancia, y como la información está, nos tenemos que dedicar un poco más es a las capacidades: a desarrollar un pensamiento crítico, a trabajar en equipo y a resolver un conflicto”.

Sin embargo, Miralles explicó que “no estamos teniendo los recursos y la organización para poder llevar a cabo lo que se propone”, y profundizó analizando que “las capacidades son siempre en base a un contenido, no podés pasarte un año entero hablando de capacidades, sino que el contenido es importante para desarrollar esas capacidades”. Aunque “el enfoque no está mal”, en referencia al aprendizaje de capacidades, insistió en que “hay un desfasaje entre los que toman las decisiones y los que las llevan a cabo, porque no hay recursos para sostenerlas”, algo que genera “un cansancio” en los docentes.

Sobre la reacción de quienes dan clases con las nuevas formas decididas por la DGE, Ximena aseguró que la mayoría de los profesores está “totalmente en contra, porque hay como un sentimiento de que es una falta de ética, que están haciendo cosas para las que no estuvieron preparados o que están yendo en contra de sus ideales y los objetivos que uno se propone como profesional”. En fin, lo que hay es “un cambio de paradigma súper abrupto: estamos siendo parte de una transición, por lo que estamos experimentando todo esto”, cerró Miralles.

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