A casi tres semanas de las trágicas inundaciones que azotaron Bahía Blanca y dejaron un saldo de 16 muertos, los esfuerzos para encontrar a Pilar y Delfina Hecker, dos hermanitas de 5 y 1 año, siguen sin cesar. Las pequeñas fueron arrastradas por las violentas corrientes de agua el 7 de marzo, cuando viajaban junto a sus padres por la Ruta 3. Desde ese día, las fuerzas de seguridad, junto con expertos nacionales e internacionales, no han cesado en su intento por encontrar a las niñas, pero hasta el momento los resultados siguen siendo nulos.
El operativo de búsqueda, que comenzó al día siguiente del temporal, ha involucrado a más de 300 personas, entre policías, bomberos, voluntarios, personal de Prefectura Naval, Gendarmería Nacional y miembros de la Armada. Además, se han sumado profesionales como geofísicos, académicos y científicos del Conicet, quienes colaboran con el análisis topográfico y geomorfológico del terreno. Para aumentar la precisión de los rastreos, se incorporan nuevas tecnologías, como el sonar de barrido lateral Starfish 900, que permite detectar cuerpos o restos bajo el agua. A pesar de todos estos esfuerzos, hasta el momento, sólo se han encontrado restos de animales.
En el último tramo de la búsqueda, los equipos de rescate han extendido el perímetro de investigación desde la Ruta 3 hasta el frente marítimo de Bahía Blanca, pasando por áreas de difícil acceso debido a la geografía costera. En este terreno accidentado y con recuperaciones complicadas, se han sumado kayakistas profesionales y un georradar proporcionado por un experto español, quien recientemente participó en las labores de rescate tras las inundaciones en Valencia, que dejaron 233 muertos en octubre pasado. A pesar de estos esfuerzos, la fiscal encargada del caso, Marina Lara, destacó que "no hay plazos para finalizar el rastrillaje" y admitió que, en tierra firme, "ya no es esperable encontrar resultados positivos".
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A casi tres semanas de las trágicas inundaciones que azotaron Bahía Blanca y dejaron un saldo de 16 muertos
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El contexto trágico y la angustia de los padres
La desaparición de Pilar y Delfina Hecker ocurrió en un contexto de caos. La familia viajaba en su VW Gol gris hacia Mayor Buratovich, a unos 90 kilómetros al sur de Bahía Blanca, cuando las lluvias torrenciales comenzaron a inundar la Ruta 3. El agua alcanzó rápidamente niveles peligrosos, lo que obligó a la familia a detenerse. En ese momento, se encontraron con Rubén Salazar, el chofer de una camioneta de la empresa Andreani, a quien les ofreció trasladarse en su vehículo, más alto y seguro frente a las crecientes aguas.
Tras subir a la furgoneta con Pilar, los Hecker fueron sorprendidos por una ola que cruzó la ruta y arrastró el vehículo de Salazar. Andrés y Marina relataron que la fuerza del agua separó a la familia: Hecker quedó atrapado en la ruta, mientras que Marina logró mantenerse a flote con Delfina en sus brazos. Desesperada, luchó contra la corriente, pero una nueva ola le arrebató a su hija de las manos. "No supe qué hacer. Solo trataba de mantenerme tranquila para seguir buscando a Delfina", recordó Marina en una entrevista.
Por otro lado, Andrés, quien logró mantenerse en la ruta, corrió en busca de ayuda. Finalmente, fue rescatado por un conductor de otra camioneta, quien lo trasladó a General Cerri, donde, por fin, se reencontró con su esposa. Desde ese momento, la búsqueda de las niñas se convirtió en una prioridad para las autoridades, y aunque la incertidumbre crece, la esperanza sigue viva en los padres.
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El chofer de una camioneta de la empresa Andreani, les ofreció trasladarse en su vehículo, más alto y seguro frente a las crecientes aguas.
La Nación
El trabajo de los expertos y la ayuda internacional
La intervención de expertos internacionales ha sido clave para seguir ampliando los métodos de búsqueda. El geofísico español, con experiencia en tragedias similares, llegó a Bahía Blanca para aportar su conocimiento y tecnología. En su país, había trabajado en las labores de rescate tras las inundaciones de Valencia en octubre de 2023, y su presencia se sumó a las tareas de rastreo con georradares, capaces de escanear el terreno y detectar elementos enterrados o sumergidos.
Además, científicos de universidades locales y del Conicet, como los académicos de la Universidad Nacional del Sur y de la Universidad Tecnológica Nacional, colaboraron con estudios de la geografía local, analizando la dirección del flujo de las aguas y los posibles puntos donde podrían haberse desviado los cuerpos de las menores. Estos estudios fueron fundamentales para delinear la zona de búsqueda.
Aunque se han recorrido más de 20 kilómetros cuadrados, desde la Ruta 3 hasta el mar, la incertidumbre persiste. En todo este tiempo, se han encontrado restos de animales y algunas pruebas que podrían haber sido arrastradas por la corriente, pero no hay rastros de las niñas.
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"Queremos que la gente siga buscando. No queremos que nos olviden", expresó la mamá de las menores.
La Nación
El dolor y la espera de los padres
A lo largo de estos días de desesperación, los padres de Pilar y Delfina, Andrés y Marina, han expresado su angustia y su deseo de que la búsqueda continúe. "No hay nada más importante que encontrarlas. Seguiremos luchando hasta el último momento", dijo Andrés, con la voz quebrada.
Marina, por su parte, recordó los momentos más dolorosos de aquella mañana. "El agua subía tan rápido que no nos dimos cuenta de lo que estaba pasando. Cuando todo ocurrió, ya no había forma de detenerlo", relató. Ambos aseguran que, aunque las fuerzas de rescate han realizado un trabajo increíble, no perderán la esperanza hasta que las niñas sean encontradas.
"Queremos que la gente siga buscando. No queremos que nos olviden", expresó Marina, mientras las autoridades de Bahía Blanca siguen coordinando esfuerzos con equipos nacionales e internacionales para dar con las menores.