Alan cumplió 4 años peleando contra el cáncer y la burocracia: necesita la ayuda de los mendocinos

El pequeño guerrero de Maipú, que padece un tipo de cáncer agresivo y se contagió de Covid-19, va saliendo adelante gracias a su fortaleza. Sin embargo, sus padres denuncian trabas burocráticas de la obra social.

El pequeño Alan junto a su mamá Natalia y su papá Franco. Los tres son verdaderos guerreros de la vida. Foto: Gentileza
El pequeño Alan junto a su mamá Natalia y su papá Franco. Los tres son verdaderos guerreros de la vida. Foto: Gentileza

“Por cada lágrima derramada tendrás momentos felices y muchas sonrisas”. Así, Franco y Natalia Sebastianelli consuelan a su único hijo Alan, quien lucha contra el cáncer desde hace más de un año. Lo hacen cada vez que lo observan agobiado frente a largas horas de internación, medicación agresiva y agujas que tanto detesta. Y le repiten que todo va a estar bien, que estos tiempos pasarán.

Alan Sebastianelli vive en Maipú y el 3 de noviembre pasado cumplió 4 años. La vida lo golpeó con un neuroblastoma metastásico, un cáncer que se forma en las células nerviosas.

Una descompostura repentina alertó a los papás. De allí en adelante comenzaron a notar que su hijo lloraba de dolor todo el día.

Molesto, incómodo, dolorido, Alan empezó a peregrinar de médico en médico hasta que finalmente le dieron el diagnóstico en el hospital Humberto Notti.

Natalia soportó lo inimaginable. Incluso que le dijeran que su hijo estaba sano, que eran ellos -los padres- quienes lo estresaban. Que era un niño mañoso.

Pero no era maña. Alan tenía un tumor de 13 centímetros en la espalda que le comprimía el estómago y los riñones. Por eso dejó de comer y también se le dificultó caminar: la masa le oprimía un nervio que iba a la pierna derecha. Comenzó así una verdadera pesadilla.

Mientras les informaban que no había expectativas de vida para el niño, la obra social Boreal Salud, según señaló Natalia, no autorizaba en tiempo y forma el tratamiento.

No había tiempo que perder: surgió la posibilidad de realizar un autotrasplante en el hospital Austral de Buenos Aires y las autorizaciones se daban, pero a cuentagotas.

En el medio, como si fuera poco, Alan y sus padres se contagiaron de Covid-19.

“Fue una pelea constante y tiempo perdido, que es lo que más me duele, pero ya estamos de vuelta en Mendoza y Alan está mejor, es un niño buenísimo”, lo define su mamá.

Sin embargo, resta otra lucha: la autorización de la radioterapia que aún necesita Alan y que la mutual no cubre en forma específica ya que autorizó la 3D pero el niño requiere IMRT. El Instituto Radiológico de Cuyo está listo para iniciar ese tratamiento.

Así, los papás deben abonar una diferencia de 55.000 pesos que ya están reunidos gracias a la solidaridad de la gente y a las redes. “Pero no porque la mutual lo haya autorizado”, aclara Natalia, que suele cocinar empanadas para vender y reunir dinero, mientras su esposo se desempeña en un laboratorio químico de una fábrica de pinturas.

“No podemos perder tiempo, insisto, cada sesión tiene su protocolo”, reflexionó la mamá, para agregar: “Un tratamiento oncológico debe ser cubierto en su totalidad”.

“Aún no nos han reintegrado el regreso a Mendoza. Todo es dinero, todo es pelea y necesitamos contar con eso porque mi esposo se vio obligado a solicitar una licencia sin goce de sueldo para viajar a Buenos Aires”, añadió.

La prepaga asegura que está cumpliendo

La empresa de medicina prepaga Boreal Salud, a través de su gerente regional Juan Manuel Gispert, indicó a Los Andes que la radioterapia para Alan está autorizada.

Dijo que, siguiendo los lineamientos de cofinanciamiento de la Superintendencia de Seguros de Salud a través del Fondo Solidario de Redistribución (resolución 400/2016 de dicho organismo), se autorizó la radioterapia 3D y no IMRT, que es lo solicitado por la médica prescriptora del paciente y que tiene un costo superior.

Debido a la imposibilidad de costear esa suma por parte de la familia, se evaluó y Boreal se hizo cargo del 50% de la misma, quedando el saldo a cargo del afiliado, lo cual ya efectivizaron.

La empresa, agregó el directivo, está al tanto del caso de Alan y desde el inicio de su tratamiento se le ha cubierto todo tipo de prestaciones, buscando siempre garantizar que el paciente reciba las prestaciones recibidas.

“En mayo, incluso, se le hizo un trasplante de médula en el hospital Austral de Buenos Aires, incluyendo traslado en avión sanitario. Y por otro lado, se viene cubriendo todo el tratamiento farmacológico requerido para su enfermedad”, apuntó Gispert.

Manifestó que dicha prepaga sigue los lineamientos establecidos por el organismo que depende del Ministerio de Salud de la Nación.

Cómo ayudar

Quienes deseen ayudar a la familia, que debe hacer frente a diferentes gastos, pueden hacerlo al CBU 1910108055110801683817, de Alan Franco Sebastianelli, o llamar al teléfono (263) 4516416.

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