Roberto Irañeta, el Gran Capitán

Cuando Roberto Irañeta fue convocado a la Selección Argentina que disputó el Mundial de Italia de 1934 ya existía en nuestras canchas el antecedente de Vicente González aquel puntero izquierdo de Gimnasia y Esgrima que en el Torneo Sudamericano de 1921 – hoy Copa América – se había convertido en el primer futbolista mendocino citado a la representación nacional.

González, un wing de mediana estatura y físico fornido, veloz y potente por la raya, había hecho su presentación en el 3 a 0 sobre Paraguay (el debut argentino había sido un triunfal 1 a 0 ante Brasil) y había vuelto a ser titular en el decisivo 1 a 0 contra Uruguay donde realizó la maniobra previa y la asistencia con un centro preciso que permitió a Julio Libonatti marcar el gol de la victoria y lograr el título de campeón en la desaparecida cancha de Sportivo Barracas en Buenos Aires ante una multitud estimada en 35.000 espectadores.

Viejas crónicas de Los Andes recuerdan que aquellos jugadores fueron llevados en andas hasta la Plaza de Mayo donde se celebró largamente aquel primer campeonato sudamericano de la historia (1916 y 1917: campeón Uruguay ; 1919: campeón Brasil y 1920: campeón nuevamente Uruguay).
 
El mérito de Irañeta, que también pertenecía al Lobo del parque, es que ingresó en la historia como el primer comprovinciano que jugó un Mundial. Distinción que tiempo después alcanzaron Juan Francisco Pancho Lombardo en el Mundial de Suecia en 1958 y Luis Artime autor de tres goles en el Mundial de Inglaterra de 1966.

Se recuerda que ante la firme negativa de los clubes de ceder a sus jugadores profesionales (el profesionalismo regía desde 1931) la Argentina debió presentar en aquel Mundial de Italia una formación integrada únicamente por jugadores provenientes de la Asociación Amateur que estaba afiliada a la FIFA.

El paraguayo nacionalizado argentino, Constantino Urbieta Sosa, volante del club Godoy Cruz y el sanjuanino Pablo Nehin volante que actuaba en Sportivo Desamparados también integraron aquel plantel que debió realizar el viaje por vía marítima en el vapor Neptunia tras una larga travesía de 17 días.
 
El sueño de aquellos esforzados muchachos, algunos de tierra adentro, duró lo que la luz de un fósforo porque fueron eliminados apenas en el primer partido que se desarrolló el 27 de mayo de 1934 en el estadio Littoriale de la ciudad de Bolonia correspondiente a los Cuartos de Final frente a Suecia vencedor por 3 goles a 2 pese a que La Argentina había estado dos veces en ventaja. Italia resultó campeón con la presencia de cuatro argentinos: Atilio Demaría, Enrique Guaita, Luis Monti apodado "Doble Ancho" y Raimundo Bibiani "Mumo" Orsi.

Gran capitán

Irañeta que era un delantero alto y espigado, de muy buena técnica y excelente remate de media distancia y que se movía por la franja izquierda del ataque, se había iniciado en el equipo del Colegio Nacional que tenía su cancha en la calle Godoy Cruz de ciudad.

Aquella resultó la década de Irañeta, no solo por el Mundial del 34, sino también por el protagonismo que como referente y capitán alcanzó en aquel conjunto Blanquinegro que se clasificó campeón invicto en 1931 (anteriores 1922 y 1923), título que repitió en 1933 (cuarta conquista) además de un sub-campeonato en 1932 apenas a un punto de Independiente Rivadavia con quien disputaban el tradicional clásico del fútbol local.
 
Bautizado como Los Pitucos por el abolengo y nivel social de sus hinchas Gimnasia volvió a ser campeón en 1937 y 1939 (quinta y sexta consagración). El 25 de marzo había inaugurado su estadio trasladándose de la de la desaparecida cancha de la calle José Vicente Zapata al parque General San Martín. Plantel que integraban Justo Araujo Benítez, Aldo Meli, Francisco Lucena, Uberfil Sánchez, José Castro, Raúl Rodríguez, Alberto Bordón, Roberto Irañeta, Rito Irañeta, Enzo Di Chiara, Clodomiro Meli, Raúl Avalos, Bruno Rodolfi, Oscar Rosselot, Carlos González, Julio C. Jofré, Roque Funes, Belisario Videla, Raúl Santander, Enrique Quinteros, Juan F. Rodríguez, Carlos Farina, Juan Antonio Andrada, César Agostini, Nicolás Mattaro, Antonio Ruíz Díaz, Oscar Elorza, Domingo Villarreal, Isabelino Bernechea, Ernesto Domínguez, Emilio Ayuso y Vicente Lucifero.

Había nacido el 21 de marzo de 1915 y fue el tercero de 5 hermanos varones: Martín, Rito, Roberto, Luis y Carlos. Casado con Elena Erize tuvo 2 hijas mujeres, María Elena y Beatríz, y 1 varón, Roberto Isidro, que entre 1965 y 1970 siguió los pasos de su padre solo en las divisiones inferiores del Lobo porque dejó de jugar muy joven por razones de trabajo.
 
A la par del fútbol Don Roberto fue un excelente empleado bancario que se inició como auxiliar y que en la plenitud de su vida llegó a ocupar el honroso cargo de gerente del Banco de Mendoza. También se destacó en la actividad privada porque fue fundador con su hermano Rito de Irañeta Hogar una prestigiosa casa de artículos para el hogar que durante tres décadas abrió sus puertas en la calle Espejo casi Av. San Martín en el centro de la ciudad.

Sueño Millonario

Su hijo Roberto Isidro, que siempre lo recuerda con admiración y orgullo, y que ha guardado cientos de fotos y recortes periodísticos de la época, cuenta que en 1934 llegó a Mendoza el presidente de River Plate con la intención de contratarlo: "lo recibió mi abuelo, un vasco puro, duro, porfiado, muy cerrado, nacido y criado en España. No lo dejó viajar y no hubo manera de convencerlo.

"¿Qué a dónde se va a ir?"; "¿A Buenos Aires"?; "¿A River Plate?; "Usted no se va a ninguna parte porque se queda acá, trabajando en el banco"; "Confórmese con jugar los domingos en Gimnasia y Esgrima" fueron algunos de los comentarios de mi abuelo. Entonces el presidente de River se reunió con los dirigentes de Gimnasia y se llevó a Bruno Rodolfi que jugó varios años en Buenos Aires y con gran suceso como que le sacó el puesto a José Minella. Pensar que el papá podría haber integrado la famosa Máquina de los Millonarios de esos tiempos pero el abuelo no le dio permiso".

También comenta que "el papá trabajaba de auxiliar en el Banco Mendoza cuando tres directivos llegaron a la provincia con la noticia de que había sido citado a la Selección Nacional y que tenía que viajar con toda urgencia a Buenos Aires. En esa oportunidad el abuelo no pudo negarse porque para toda la familia era un orgullo muy grande que pudiera disputar un Mundial".

Histórico

En aquel histórico partido frente a Suecia la Argentina formó con Héctor Freschi; Juan Pedevilla y Ernesto Belis; José Nehin, Constantino Urbieta Sosa y Arcadio López; Francisco Rúa, Federico Wilde, Alfredo Devicenzi, Alberto Galateo y Roberto Irañeta. Los goles fueron señalados por Belis a los 3m. y Galateo a los 50m; para los suecos convirtieron Jonasson a los 8 m. y 75m. y Kroon a los 79m. Dirigió el austríaco Eugen Braun.