Uno por uno, los 6 pasos a seguir para evitar comer por ansiedad

En esta sociedad moderna y acelerada en la que vivimos, solemos recurrir a los alimentos para sacearnos, lo que es contraproducente para nuestra salud.

La comida y la ansiedad suele ir de la mano.
La comida y la ansiedad suele ir de la mano.

La ansiedad es un sentimiento de miedo, temor, inquietud y tensión muscular que solemos experimentar diariamente en nuestra vida. Muchas veces, como consecuencia de eso, buscamos una satisfacción inmediata para lograr una sensación de control y solemos recurrir a comer hasta encontrar un equilibrio.

La ansiedad, es un diagnóstico muy común en esta sociedad moderna y acelerada. Si predomina, puede traer consigo muchas consecuencias: desde problemas para dormir, problemas digestivos o intestinales, dolor de cabeza y hasta depresión.

Imagen ilustrativa. Foto: Web
Imagen ilustrativa. Foto: Web

Los 6 pasos para no comer por ansiedad

El primer paso es darle la bienvenida a los sentimientos y sensasiones. Es fundamental no juzgarse, abrumarse ni suprimir sentimientos. Hay que crear espacios de reconocimiento y alivio para así estar en calma y evitar sacearse con comida.

Lo siguiente es reconocer nuestro pensamiento ansioso, para determinar qué cosas nos tiene enfocado en el pasado o preocupados por el futuro. Se recomienda enfocarse solamente en el bienestar del presente, vivir el momento y experimentar el placer.

Otro paso fundamental es el de conectarse con el cuerpo. Las emociones no solamente ocurren en nuestro cerebro, sino que están directamente relacionadas con el cuerpo. Cuando sintamos sensaciones físicas, como manos frías, vacío en el estómago, dolores, entre otras cosas, se aconseja salir a despejarse y no tapar con alimentos lo que sentimos.

Persona con su perro
Persona con su perro

Luego, se debe separar la ansiedad del hambre. Es importante reconocer, cuando nos sintamos hambrientos, si ese sentimiento es por hambre verdadera o ansiedad. Cuando nos demos cuenta que la necesidad no es la comida, sino el resolver la situación, podremos ser mentalmente más fuertes.

Realizar un diálogo interno, para reconocer el origen de la ansiedad, es beneficioso para nuestra salud. El determinar la causa y tratarlo, hará que disfrutemos de las pequeñas cosas de la vida cotidiana, como tomar sol, respirar aire fresco, tomar agua y no sufrir atracones.

Por último, es necesario gestionar la emoción. Cuando notemos síntomas de ansiedad, no hay que recurrir a comer mucho, sino centralizarse en resolverlos. Lo mejor es recurrir a una relajación, proveniente de actividades o métodos como yoga, meditación, etc.

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