Un albañil cordobés se enteró que es hijo de un empresario millonario: “Me despreció toda la vida”

Marcelo Urbano tiene 58 años y, pese a que los dos ADN confirmaron que es su padre biológico, el empresario mendocino dueño de una importante bodega le negó el vínculo.

Marcelo Urbano pasaría a ser millonario. Reconoció que le correspondería el 33,3% de la herencia y dinero por daños y perjuicios.
Marcelo Urbano pasaría a ser millonario. Reconoció que le correspondería el 33,3% de la herencia y dinero por daños y perjuicios.

Marcelo Urbano busca conocer su verdadera identidad desde los 12 años. Después de una larga lucha, pudo confirmar que es hijo de un millonario empresario que vive en Buenos Aires. Sin embargo, le negó la paternidad, pese a que los dos ADN ratificaron que es su papá biológico.

Marcelo ahora tiene 58 años y su vida no fue nada fácil en Villa de Soto, departamento Cruz del Eje, Córdoba. No pudo terminar la escuela y trabaja de muy pequeño para sobrevivir: fue cartonero, hace changas y también es albañil. Su mamá murió muy joven a causa de una enfermedad. Antes del triste desenlace, le dijo que su papá es Eduardo Lapania.

Según contó el hombre a El Show del Lagarto, su mamá tenía 19 años cuando quedó embarazada por uno de los hijos del dueño de la casa en la que trabajaba como empleada doméstica. “Fue una relación sin consentimiento”, aseguró Urbano. Por este hecho, la despidieron.

A los 21 años, se reunió por primera vez con Lapania en un bar de Buenos Aires. Pero le negó el vínculo. Desde entonces, inició el reclamo por vía judicial, se realizó dos ADN que dieron positivo y, según la resolución de un juez, “debe llamarse Marcelo Omar Urbano Lapania”.

El abogado de Urbano, Federico Crucella, explicó que iniciarán un reclamo económico por daños y perjuicios por al menos 100 millones de pesos, detalla eldoce.tv.

Marcelo Urbano sería heredero del 33 por ciento de la fortuna de su padre, que actualmente tiene 85 años y es dueño de una prestigiosa bodega en Mendoza. “Me gustaría que por lo menos tenga contacto con mis hijos. No puedo decir que lo quiero porque es un desconocido que me despreció toda la vida”, sentenció.

Relato de Marcelo

Marcelo Urbano comentó como se conocieron sus padres: “Mi madre tenía 19 años, ella tuvo una historia muy difícil, la internaron en un colegio de monjas y cuando la retiran, mi abuelo la deja en esa casa trabajando como empleada doméstica. Supuestamente no sé cómo habrá sido fue una relación sin consentimiento de ella y ahí resulta ser mi padre”, relató.

Y agrega: “Vengo desde muy pequeño buscándolo. Él se negaba. Por medio de una hermana conseguí su número, que me negaba que era mi padre porque él había estado 10 años en Europa, pero cuando dije quién era mi madre ella accedió a darme el teléfono. Me reuní con él en Buenos Aires cuando yo tenía 21 años y él niega ser mi padre. Después hicimos un ADN me da el 99 99,7 y el segundo 99,99 9.6.5″

“A la conciliación no se presentó él. Es muy difícil que con dinero se tape todo el daño que se hizo. Yo no tengo ni siquiera el primario yo soy prácticamente analfabeto porque trabajé desde muy pequeño en el campo de peón rural, fui albañil, fui hasta cartonero y ahora mis abogados dicen que de ya ser heredero de su fortuna necesito una remuneración económica por los daños y perjuicios que ha ocasionado”, explica Marcelo.

Marcelo Urbano, el albañil inciará un reclamo económico contra su padre biológico (Gentileza Cba24n).
Marcelo Urbano, el albañil inciará un reclamo económico contra su padre biológico (Gentileza Cba24n).

También sabe quienes son sus hermanos

Según Vía País, además de enterarse quién es su padre, el hombre también sabe que tiene un hermano y una hermana, Cristóbal Lapania, director de Bodegas Don Cristóbal y Carine Lapania, encargada de la comunicación con clientes del exterior. Sobre las diferencias de vida que mantuvieron, comenta: “Yo tengo mi hermano que habla cuatro o cinco idiomas, hizo cursos en Harvard. Yo iba a una escuela en un burro. De Paso Viejo, 10 km para adentro. Era un paraje de dos casas donde yo vivía. No me quejo, tuve una buena abuela, unos buenos tíos. Siempre me preguntaban por qué eran todos morochos y yo blanco. Nunca se acercaron a mí. Lo choqué por última vez en el segundo ADN, en el primero también lo vi pero no tuvimos roce”.

Como se mencionó, Marcelo tiene en claro que a él le correspondería el 33,3 por ciento de la herencia que le dejaría su padre. Pero también debe recibir un resarcimiento económico por daños y perjuicios. Él no sabe muy bien cuánto dinero es, pero le habrían dicho que rondaría entre 100 y 200 millones de pesos. “Yo no tengo ni idea cuánto son 200 millones de pesos”, reconoció Marcelo.

Con respecto a esto, él ya tiene muy claro qué es lo que haría con esa fortuna: “Yo tengo cinco hijos, dos varones y tres mujeres. Un hijo es cantante folclórico, una hija que está haciendo el curso de policía, otro hijo es changarín como yo, otra hija que vive conmigo. Sinceramente sé lo que haría: cambiar la vida de mis hijos y mis nietos porque yo estoy de vuelta en esta vida”.

“A pesar de que nos hemos visto tres veces, siempre me ignoró. Él ahora va a cumplir 85 años. A veces digo ‘a quién salí tan bueno con mis hijos y nietos si el realmente no quiere ni verme’”, se pregunta Marcelo.

Y por otra parte, valora: “Tengo buenos amigos, buenos hijos, unos nietos hermosos que eso no lo compra el dinero. Mi esposa es una mujer de hierro que siempre me acompaña, María Berta Carreras”.

El abogado de Marcelo Urbano y los detalles de la causa

Federico Crucella, abogado de Marcelo Urbano, el changarín cordobés que descubrió que es hijo de un magnate, detalló sobre la causa: “Recientemente ha sido reconocido por instancia judicial que es hijo biológico del señor Eduardo Lapania. En realidad hace dos o tres semanas hemos tenido la mediación previa a la instancia judicial en la cual el señor Lapania tampoco concurrió por lo cual en breve estaremos iniciando las acciones judiciales pertinentes que consisten en el reclamo de daños y perjuicios pretendiendo resarcir lo sufrido por Marcelo. También hay que tener en cuenta que esto demanda un desgaste importante porque la tramitación de todo esto se debe realizar en Buenos Aires.”

Sobre cuándo podría llegar a resolverse todo el caso, Crucella contó: “Lamentablemente los tiempos de la justicia son complicados. Siempre la idea de estar abierto a una charla con la contraparte está, siempre la estuvo, pasa que no hubo reciprocidad. Pero estaremos a los tiempos de la Justicia, no depende de nosotros. Hemos tratado de entrar en conversación con la contraparte, porque hay cuestiones además de la económica muy delicadas con respecto a la situación que Marcelo ocupa: el tema del derecho fundamental a la identidad, y todo lo que conlleva internamente”.

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