8 de noviembre de 2025 - 20:25

¿Tu gato siente lo que vos no ves? Así se explica el mito de la protección felina

Muchos aseguran que los gatos perciben lo invisible y alejan las malas energías; entre ciencia y misticismo, este mito tiene raíces más profundas de lo que imaginas.

Desde el Antiguo Egipto, los gatos han sido vistos como guardianes del hogar y símbolos de protección. Su conexión con la diosa Bastet, asociada al amor, la fertilidad y la armonía, los convirtió en emblemas de defensa espiritual. Se creía que su sola presencia podía alejar el mal y atraer buena fortuna.

A lo largo de los siglos, este vínculo místico se mantuvo. En Japón, por ejemplo, el famoso Maneki-neko continúa siendo un talismán de buena suerte y prosperidad. Pero en la Europa medieval, la superstición los convirtió en víctimas de falsas creencias, especialmente a los gatos negros, que pasaron de ser vistos como protectores a símbolos de mala suerte.

Lo que perciben los gatos y lo que sentimos

Aunque la ciencia no respalda la idea de que los gatos tengan “poderes” sobrenaturales, sí reconoce su sensibilidad. Poseen sentidos auditivos y olfativos mucho más desarrollados que los nuestros, lo que les permite reaccionar ante estímulos que los humanos no detectamos, vibraciones, sonidos o cambios en el aire.

Esta capacidad podría explicar por qué, a veces, parecen “ver” algo invisible o fijar la mirada en la nada. En realidad, están respondiendo a señales imperceptibles para nosotros, pero que su cuerpo sí capta.

Gatos. Fuente: Canva
Gatos. Fuente: Canva

Gatos. Fuente: Canva

Los gatos son más que guardianes espirituales

En distintas corrientes esotéricas, se dice que cuando un gato elige dormir junto a alguien o permanecer en un rincón de la casa, está equilibrando la energía del lugar o protegiendo a esa persona de una carga negativa. Incluso su ronroneo, científicamente probado como relajante, se interpreta como una vibración capaz de sanar y calmar emociones humanas.

Sin embargo, más allá de la espiritualidad, su verdadera “protección” puede ser emocional. Tener un gato reduce el estrés, mejora el ánimo y genera sensación de bienestar. Su compañía nos obliga a detenernos, respirar y observar. Tal vez esa sea la auténtica magia, enseñarnos a encontrar paz en lo cotidiano.

La creencia de que los gatos sienten lo que no vemos combina historia, espiritualidad y ciencia. No hay pruebas de que absorban malas energías, pero sí de que alivian las nuestras. En su misterio, estos animales no solo acompañan, reflejan lo que somos y lo que necesitamos equilibrar. Por eso, más que guardianes del alma, son espejos silenciosos del mundo interior que a veces olvidamos mirar.

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