Crear un compost en casa es una de las formas más efectivas y sostenibles para reciclar los residuos orgánicos del día a día. Consiste en aprovechar restos de alimentos y otros desechos naturales para obtener compost, un abono de alta calidad que mejora la fertilidad del suelo y reduce la cantidad de basura enviada a los vertederos.
Las ventajas de tener un compost en casa
El compost se forma gracias a la acción de microorganismos que descomponen la materia orgánica en condiciones controladas de temperatura, humedad y oxígeno.
- Sus principales ventajas son la disminución del volumen de residuos urbanos y la producción de un fertilizante natural libre de químicos, capaz de enriquecer la tierra, mejorar su estructura y aumentar la retención de nutrientes.
- Corea del Sur es uno de los ejemplos más avanzados en su aplicación a gran escala: el país recicla cerca del 95% de sus restos alimentarios mediante un sistema de compostaje altamente eficiente.
El compost casero: un abono natural para plantas
El compost casero: un abono natural para plantas
Materiales necesarios
- Compostera (puede ser un contenedor de plástico, madera o una estructura casera con tapa).
- Tierra o compost maduro (para la primera capa).
- Residuos orgánicos:
- Restos de frutas y verduras
- Cáscaras de huevo trituradas
- Restos de café e infusiones (sin bolsitas)
- Agua (para mantener la humedad).
frutas y verduras
Las cáscaras de frutas y verduras son una gran opción para reciclar y crear tu propio compost.
Residuos que no deben incluirse
- Carne, huesos o pescado
-Lácteos
- Aceites o grasas
Paso a paso para hacer el compost en casa
- Elegir el lugar adecuado: ubicar la compostera en un espacio aireado, con sombra parcial y sin exposición directa al sol o a la lluvia.
- Preparar la base: colocar una primera capa de tierra o material seco (ramas finas, hojas secas) para facilitar el drenaje.
- Agregar los residuos orgánicos: depositar los restos de cocina y jardín en capas alternadas con tierra o material seco.
- Mantener la proporción: usar aproximadamente 2 partes de residuos secos (hojas, ramas, papel sin tinta) por cada parte de residuos húmedos (restos de comida).
- Controlar la humedad: el compost debe estar húmedo como una esponja escurrida. Si está muy seco, rociar un poco de agua; si está muy húmedo, agregar hojas secas o papel.
- Remover periódicamente: mezclar el contenido cada 10 a 15 días con un palo o aireador para oxigenar y evitar malos olores.
- Esperar el proceso de maduración: el compost estará listo entre los 6 y 12 meses, cuando adquiera color oscuro, textura terrosa y olor a tierra húmeda.
- Filtrar y usar: separar las partes no degradadas (que pueden reutilizarse en un nuevo ciclo) y aplicar el compost maduro en macetas, jardines o huertos.