El asado argentino tiene ritual, tiempos y tradición. Pero una nueva forma de prepararlo —sin parrilla, sin carbón y sin humo— está ganando terreno entre quienes aman el sabor de la carne, pero buscan algo más práctico, limpio y rápido. Aprender trucos simples de cocina puede cambiar por completo la forma en que cocinamos en casa.
La técnica, popularizada en redes y en programas de cocina, consiste en cocinar la carne en olla a presión, aprovechando los jugos naturales y el vapor.
No hace falta carbón, brasas ni parrilla, y podés hacerlo incluso en departamentos.
Funciona especialmente bien en días de semana, cuando querés algo con sabor a asado sin invertir dos horas de cocción.
Qué cortes conviene usar
Cortes típicos del asado argentino que andan perfecto:
Paleta
Tortuguita
Roast beef
Falda cortada gruesa
Tapa de asado
Pecho en cubos
Todos quedan tiernos y jugosos en olla, gracias a la cocción cerrada.
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Ingredientes (versión argentina)
1 kg de carne vacuna
1 cebolla grande en rodajas
2 tomates en rodajas
1 morrón en tiras
3 dientes de ajo picado
½ taza de salsa barbacoa o kétchup
3 cucharadas de salsa de soja
1 cucharada de mostaza
1 cucharadita de pimentón ahumado
1 cucharada de aceite
Sal y pimienta
Opcional: 1 cucharadita de humo líquido o un pedacito de panceta
Preparación paso a paso
Calentá el aceite en la olla a presión y dorá la carne por todos lados.
Sumá el ajo y mezclá hasta que apenas se dore.
Condimentá con sal, pimienta, pimentón, mostaza, salsa de soja y barbacoa.
Armá capas alternadas de carne, tomate, cebolla y morrón.
Cerrá la olla, llevá a fuego medio y cociná 25 minutos desde que toma presión.
Apagá el fuego, dejá que la presión baje sola y abrí con cuidado.
Si querés la salsa más espesa, cociná 5 minutos sin tapa.
¿Por qué gusta tanto esta forma de hacer asado?
No genera humo
No necesitás parrilla ni espacio al aire libre
La carne queda tierna, jugosa y aromática
La salsa se arma sola, con los jugos naturales
Es ideal para días laborales o cocinas pequeñas
El resultado es un asado distinto, pero igual de sabroso, que puede convencer incluso a los más clásicos.