24 de noviembre de 2025 - 12:20

Si se rajó la suela de tu zapato: el truco de un zapatero para repararla

Uno de los trucos caseros que ayudan a rellenar grietas y reforzar zapatos agrietados de forma rápida, económica y súper resistente.

Cuando una suela se agrieta, muchos creen que no queda otra que pagar una reparación cara o directamente tirar el par. Pero existe un truco sencillo y efectivo, muy conocido entre los zapateros y también entre los trucos caseros, que permite reparar la suela de los zapatos forma provisoria usando solo pegamento universal y sal fina común.

Por qué funciona usar sal en la reparación

La sal fina actúa como un relleno que se mezcla con el pegamento y forma una estructura interna mucho más sólida. Cumple dos funciones clave:

  • Refuerza el adhesivo: los cristales quedan envueltos dentro del pegamento cuando se seca, creando una capa rígida y compacta.

  • Mejora la adherencia: al espolvorearla sobre la superficie húmeda, el pegamento “toma” mejor y se fija con más fuerza a la suela.

Este mismo principio se usa cuando se mezcla bicarbonato con pegamento instantáneo, pero la sal es más accesible y funciona igual de bien para grietas chicas.

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Cómo arreglar una suela agrietada paso a paso

Para hacerlo en casa necesitás: pegamento universal para calzado, sal fina, un palito o espátula chica y algún objeto pesado para presionar.

  • Limpiá bien la zona: sacá tierra, polvo y humedad.

  • Desengrasá la superficie con alcohol o acetona. Esto ayuda muchísimo a que el pegamento se adhiera.

  • Aplicá el pegamento dentro de la grieta, tratando de rellenarla por completo.

  • Espolvoreá sal fina mientras el pegamento está fresco y mezclala con un palito para que llegue a toda la rotura.

  • Presioná los bordes de la suela y sujetalos con algo pesado o con una pinza firme.

Dejá el zapato 12 a 24 horas sin mover, según el pegamento que uses. Cuando seca, la mezcla se endurece y forma un relleno súper resistente que aguanta la flexión al caminar.

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Cuándo sirve este truco y cuándo no

Este método funciona muy bien para:

  • grietas pequeñas,

  • suelas de goma, plástico o poliuretano,

  • reparaciones rápidas para salir del apuro,

  • extender la vida útil del zapato por varias semanas o meses.

Pero no reemplaza una reparación profesional si hay:

  • roturas grandes,

  • desprendimientos completos,

  • material muy gastado,

  • humedad constante o suelas muy blandas.

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