El apelmazamiento de sal muchas veces nos motiva a desecharla. Sin embargo, con este truco podés evitarlo.
El apelmazamiento de la sal es uno de los problemas más comunes en la cocina. Su origen está en las propiedades del condimento, que absorbe humedad del ambiente, sobre todo en lugares con vapor constante o alta humedad atmosférica. Para evitar esto existe un truco innovador que permite conservar la sal sin recurrir a granos dentro del salero.
El resultado son grumos difíciles de manejar, que obligaron durante décadas a usar métodos caseros como introducir granos de arroz o legumbres en el salero.
Aunque funcional, esa práctica resulta poco eficiente y no siempre resuelve el problema a largo plazo.
En lugar de incorporar agentes externos, se actúa directamente sobre la causa del endurecimiento.
- El método consiste en introducir el salero —siempre que sea apto para microondas y no contenga metal ni plásticos frágiles— en el electrodoméstico durante breves ciclos a máxima potencia.
- Estos intervalos deben controlarse con precisión para evitar el sobrecalentamiento y asegurar un manejo seguro al retirar el recipiente.
- Tras unos minutos de enfriamiento, la sal recupera su textura original, suelta y granular, lista para volver a usarse sin pérdida de sabor ni valor nutricional.
La sal absorbe humedad de forma continua, pero esa misma agua retenida puede eliminarse con calor. Al evaporarla, se rompen los grumos y se restaura el estado natural del condimento.
El procedimiento puede repetirse tantas veces como sea necesario sin degradar el producto, convirtiéndose en una solución práctica y sostenible frente a los métodos tradicionales.
Este hallazgo plantea un cambio en la forma de conservar condimentos básicos. No solo optimiza la experiencia en la cocina, sino que además libera a los usuarios de prácticas engorrosas y poco eficaces, ofreciendo una alternativa inmediata, segura y aplicable a cualquier hogar.