Esta receta con pocos limones e ingredientes que tenés en tu cocina se va a volver tu favorita y un comodín para tus desayunos o meriendas.
Hay recetas que nos acompañan siempre y el budín de limón es una de ellas. No solo es aromático, esponjoso y húmedo, sino que tiene un detalle que lo eleva a otro nivel: lleva queso crema en la mezcla. Ese toque final le aporta una humedad perfecta y una textura suave, que lo diferencia de cualquier otro budín.
No necesitás ser pastelero ni tener elementos raros para poder lograr la mejor versión de este budín, solo ganas, un poco de tiempo -porque va al horno casi una hora- y seguir el paso a paso.
Es ideal para una tarde de merienda, para compartir con amigos o para darte un gusto con algo casero y delicioso. Y si encima lo cubrís con ese glaseado simple y cítrico que cae por los bordes como lluvia de azúcar.
En un bowl chico, mezclá el azúcar impalpable con el jugo de limón, hasta formar una crema espesa pero fluida. Vertelo sobre el budín y dejá que caiga por los bordes. Unos golpecitos secos al molde ayudan a que el glaseado se distribuya solo. Dejá secar y a disfrutar.